La tecnología emergente podría eliminar hasta una cuarta parte de los abogados

La robotización del empleo es algo que incomoda a muchos trabajadores. Tanto que puede llegar a ser uno de los desafíos más importantes de nuestro siglo. Por un lado, la tecnología permite automatizar y optimizar varios aspectos de nuestras vidas, pero por el otro, deja obsoletas varias de las tareas que actualmente realizan seres humanos. El temor de ser reemplazado por una máquina en el empleo se encuentra hasta en los sectores donde menos se espera, como en la abogacía.

No estamos hablando de abogados robots ni nada por el estilo, sino de inteligencia artificial y software. Serían innovaciones que traerían más eficiencia a los despachos de abogados y estudios jurídicos.

Durante un reciente encuentro organizado por El Confidencial e IE Law School, se presentaron varios ejemplos de ‘legaltech’, tecnología destinada a aplicarse en los servicios jurídicos. Su ventaja se centra en la eficiencia, permitiendo, por ejemplo, una veloz revisión de documentos. Al optimizar la lectura, así como el manejo de una cantidad mucho mayor de textos, esta tecnología puede llegar a ser mucho más potente que el esfuerzo de una persona o hasta un grupo de personas.

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Foto: Getty
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Entonces, ¿cómo podría la legaltech afectar el mundo laboral del sector? Un informe de The Law Society predice que se pueden perder hasta 114.000 puestos de trabajo en el Reino Unido en 20 años. O sea, hasta un 25% de abogados pueden perder su empleo. Habrá que ver cómo estas cifras pueden diferir en España u otros países, como por ejemplo Argentina, donde hay saturación de abogados en el mercado laboral.

Los bufetes, por su parte, no están todavía muy dispuestos a aceptar la introducción de nueva tecnología en sus despachos. Más allá del temor a ser reemplazados, tienen un nivel alto de escepticismo hacia la legaltech. Según el fundador de la consultora española Legaltechies, un margen de error del 6% es capaz de disuadirlos de implementar el software. Hay una falta notable de confianza entre los profesionales hacia la adopción de nuevas tecnologías, que posiblemente radica de la formación universitaria.

El decano de IE Law School señala que muchas escuelas de derecho no están al día de su potencial, mientras que los estudiantes de abogacía tampoco están interesados en dominar las ciencias exactas necesarias para desarrollarla y manejarla. Todo esto culmina en una falta de conocimiento y ‘mitificación’ de la tecnología para servicios jurídicos, generando a día de hoy un rechazo a su implementación masiva.

Da la impresión de que el empleo en este sector actualmente no peligra tanto como en otros, pero en un mundo tan digital, es sólo una cuestión de tiempo que muchos bufetes comiencen a contemplar seriamente la posibilidad de integrar la legaltech. La decisión puede llegar a ser muy impactante. Pero aunque las nuevas tecnologías pueden generar nuevos tipos de empleo que todavía ni imaginamos y compensar en muchos casos la destrucción de empleos obsoletos, la abogacía quizá sea demasiado peculiar como para que se generen nuevos trabajos dentro de la profesión.

Lo único que se sabe con certeza es que es cada vez más difícil resistir el progreso tecnológico, y que hay que poner un serio esfuerzo en aprovechar sus ventajas para generar nuevas oportunidades de trabajo. Sólo así se podrá lograr una transición más armoniosa.

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