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La sorprendente historia de la joven con un llamativo tatuaje en la barbilla en tiempos del Viejo Oeste

La proliferación de redes sociales ha permitido que la cada vez más extendida moda por hacerse un tatuaje y mostrarlo públicamente a través de ellas haya hecho que algunos usuarios rebusquen entre viejas fotografías históricas en las que aparecen todo tipo de personas tatuadas y las publiquen con la esperanza de conseguir un buen número de ‘likes’.

Olive Ann Oatman, la joven con un tatuaje en la barbilla en tiempos del Viejo Oeste (imagen vía Wikimedia commons)
Olive Ann Oatman, la joven con un tatuaje en la barbilla en tiempos del Viejo Oeste (imagen vía Wikimedia commons)

Una de esas fotos que ha circulado durante los últimos meses (convirtiéndose en viral) tiene poco más de un siglo y medio (está datada hacia 1857) y en ella aparece una joven de 20 años, vestida con ropas típicas de la época pero que luce un curioso y llamativo tatuaje tribal en su barbilla.

Se trata de Olive Ann Oatman, una muchacha perteneciente a una familia mormona que a los 13 años de edad fue secuestrada junto a su hermana Mary Ann (tras haber sido asesinados sus padres) por un grupo de indios nativos (posiblemente Yavapais) que posteriormente las vendieron a la tribu de los Mojaves.

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Era principios de la década de 1850, en plena expansión de los colonos hacia el Oeste. Esa zona central de los Estados Unidos , en dirección al Pacífico, era llamada Oeste no solo por el punto cardinal sino por encontrarse geográficamente en la parte occidental del rio Mississippi que durante largo tiempo fue lo que delimitó la parte ‘civilizada’ (Este) de la ‘salvaje’ (Oeste) y que a partir del siglo XIX se realizó la expansión del país.

Un grupo de colonos, pertenecientes a una fracción de la Iglesia mormona, se dirigió hacia esas nuevas tierras siguiendo a un nuevo líder religioso, aunque varios desacuerdos entre los integrantes provocó que el grupo (que era de aproximadamente de 90 personas) fuese disgregándose, marchando finalmente cada clan familiar hacía un punto diferente.

Los Oatman era uno de esos clanes familiares en busca de una vida mejor dirigiéndose hacia el Oeste en plena fiebre del oro en la que muchos fueron quienes se hicieron prósperos gracias a montar negocios alrededor de la búsqueda del preciado metal.

Pero tras separarse del grupo de colonos mormones con quienes viajaban, la familia Oatman tuvo la desgracia de cruzarse con un grupo de indígenas (en la zona donde hoy en día se encuentra Arizona), siendo atacados y aniquilando a la mayor parte de los miembros de esa familia numerosa (compuesta por el matrimonio y siete hijos).

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Olive y Mary Ann salieron con vida del ataque, siendo el destino de éstas el acabar cautivas de los nativos yavapais, con quienes tuvieron que convivir un año lleno de maltratos y en unas pésimas condiciones.

Posteriormente fueron vendidas a una tribu mojave, siendo adoptadas por un matrimonio de nativos que decidieron cuidarlas como si fuesen sus propias hijas.

Ahí fue cuando se les tatuó en varias partes del cuerpo como los brazos, piernas y en la barbilla. Los tatuajes consistían en una serie de trazos gruesos en forma de líneas horizontales y verticales, que distinguía a los distintos clanes familiares dentro de la tribu de los mojave.

Durante los siguientes años las dos muchachas vivieron totalmente integradas dentro de la tribu, como si fuesen dos más entre ellos. Pero la desgracia se cebó con este grupo de nativos al sufrir unas inundaciones a causa de unas lluvias torrenciales que acabaron con la cosecha y provocó una época de hambruna que acabó con la vida de varios de los integrantes y entre ellos falleció la pequeña Mary Ann.

En 1857, cuando Olive Ann Oatman tenía 19 años de edad, fue entregada por los mojave a un emisario enviado desde el cercano Fort Yuma, tras enterarse que una joven blanca convivía con los nativos, exigiéndoles que la liberasen (evidentemente, tras unas tensas negociaciones, ya que los miembros de la tribu no querían dejarla marchar, pues la consideraban una más de los suyos).

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Se le proporcionó un vestido (debido a que llevaba le torso desnudo, forma tradicional de ir las mujeres mojave) y la fotografiaron para difundir la noticia.

Muchos fueron los relatos que se explicaban sobre cómo había sido su vida viviendo casi seis años con los nativos, pero muchas de esas cosas eran puras invenciones. Fue la propia Olive quien, unos años después escribió un libro explicando cómo fueron sus años de cautiverio.

También cabe destacar que la joven pudo reencontrarse con su hermano Lorenzo, dos años mayor que ella y que había logrado sobrevivir al ataque de los yavapais.

Olive cursó estudios universitarios (pagados con los beneficios obtenidos de los libros sobre su sorprendente historia), contrajo matrimonio y vivió el resto de su vida con los tatuajes que tanto la caracterizaron. Falleció a los 65 años de edad.

Fuente de la imagen: Wikimedia commons