Al león solo le quedan 32 años, se extinguirá gracias a la soberbia y la ignorancia del hombre
Los cazadores furtivos están exterminando a los leones en África. Y lo hacen con gran eficacia porque ya no tienen que esperar el momento preciso para acertar el tiro final.
La nueva rutina no requiere perseguir a sus presas durante días. Ahora le colocan una trampa más letal que las balas: carroña envenenada. Los lugareños saben que la mitad de los siete kilos de carne que come a diario un león adulto proviene de animales cazados por otros depredadores.
Los cazadores dejan restos de pollo relleno con potentes insecticidas con la certeza de que el león acudirá atraído por su desarrollado sentido del olfato.
There are now fewer #lions left than #elephants. Lions scavenge, #poachers poison a carcass with pesticide and wait. Lions die, their faces and paws are hacked off by the poachers.
Pls, support effective anti-poaching : @IAPFhttps://t.co/Si1VZmWSrD#Akashinga #Vegan #IAPF pic.twitter.com/nxvla5lg0k
— SebastianoCC (@sebastianocc) 6 de noviembre de 2018
La desventaja del gran gato es que su sistema olfativo detecta los restos del animal muerto pero no el condimento químico desarrollado por el único depredador capaz de destronarlo como líder indiscutible de la pirámide animal: el hombre.
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Los exterminadores tampoco necesitan adentrarse demasiado en las extensas e inhóspitas llanuras. Ahora les resulta más efectivo burlar las cercas de las reservas creadas para resguardar las especies en peligro. Esa estrategia les ofrece la ventaja de encontrar varios felinos a la vez, porque los leones acostumbran a descansar hasta 20 horas al día junto a sus manadas. También se aseguran de que los animales estarán en condiciones óptimas para pedir una elevada recompensa por sus cabeza, huesos y piel.
Quedan 22.000 leones
“La encantadora de leones” Charmaine Joubert tuvo el peor día de su vida hace 4 meses cuando 6 leones que consideraba sus hijos fueron descuartizados en el Parque para la Vida Silvestre Mystic Monkeys & Feathers, ubicado en la ciudad sudafricana de Pretoria.
Los comerciantes de leones cortaron las cabezas y las patas de los leones adultos. Los cachorros quedaron inertes e intactos en el suelo, presumiblemente porque los criminales tuvieron que apresurarse en la huida.
“Los vi la semana pasada y jugamos juntos. Eran como mis hijos. Eran mi vida. Simplemente estoy devastada”, dijo Joubert a la publicación digital IOL.
Si los cazadores furtivos siguen matando al ritmo actual habrán culminado la macabra tarea de exterminar al gran felino africano para el año 2050.
La amenaza de los humanos es tan nociva para la vida salvaje que sólo quedan 22.000 leones en algunas regiones de África y ya se han extinguido regionalmente en 15 países. Los expertos han advertido que en 32 años ya no quedará ninguno.
La organización African Wildlife Foundation calculó que al menos 200.000 ejemplares de la especie Panthera Leo merodeaban por toda África hace 100 años.
¿Por qué los matan?
Es natural que existan conflictos entre dos poderosos mamíferos que luchan por un espacio vital. Lo que es contra natura es la matanza despiadada que realizan los humanos por motivos distintos a la supervivencia.
Una de las grandes amenazas de los leones es el aumento de asentamientos humanos en zonas remotas donde tenían sus hábitat. Los pobladores mantienen las fieras a raya para proteger a sus familias y a sus rebaños. Tribus tradicionales como los maasais no matan leones por placer sino como retaliación cuando sus aldeas son atacadas.
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La caza por diversión es otro factor que ha acelerado la disminución de la población de leones.
Cecil, un célebre león que vivía en Zimbabue, atraía a decenas de turistas al parque nacional Hwange y era estudiado a distancia por un equipo de la Universidad de Oxford, fue cazado por Walter Palmer, un dentista estadounidense aficionado a los trofeos de caza.
Andrew Loveridge, biólogo de la Unidad de Investigación y Conservación de la Vida Silvestre de Oxford, denunció que 42 de los leones estudiados han sido cazados por diversión desde que comenzó la investigación en 1999.
El uso del hueso de león triturado para la elaboración de vinos y medicinas tradicionales en China también representa una enorme amenaza. Loveridge también ha advertido que desde Asia afianzó la protección del tigre se disparó la caza furtiva de leones en África.
El refrán popular vender “gato por liebre” se aplica en los mercados de pociones asiáticas y los cazadores venden cuerpos de leones para satisfacer la demanda de tigres.
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La caza ilegal no sólo amenaza al león. El rinoceronte negro, el elefante, el gorila, la jirafa y la cebra también se encuentran en grave peligro.
En algunas ocasiones los leones se defienden y devoran a los cazadores furtivos. La muerte de 3 cazadores en una reserva sudafricana a comienzos de julio de 2018 generó euforia por parte de algunos grupos conservacionistas.
Pero el corresponsal del diario La Vanguardia, Xavier Aldekoa, llamó a la reflexión sobre el incidente en su cuenta de Twitter.
Hace días, varios cazadores furtivos fueron devorados por leones en Sudáfrica. Las reacciones del tipo “karma”, “merecido”, etc no se hicieron esperar. Que se jodan, y tal. Yo no guardo simpatía por las mafias que matan animales, ninguna. Pero si me permitís algún matiz, HILO
— Xavier Aldekoa (@xavieraldekoa) 9 de julio de 2018
Aldekoa explicó que las mafias de Vietnam y China están masacrando a los rinocerontes. En el mercado negro, un cuerno de marfil de 10 kilos cuesta la exorbitante suma de un millón de euros.
Pero los negociantes de fauna silvestre se mantienen a salvo de los colmillos de sus víctimas.
Los que se enfrentan al peligro son los africanos pobres que reciben el equivalente a 3.500 euros por un colmillo de rinoceronte, lo cual es una fortuna en la región más pobre de Sudáfrica, pero representa una pequeña fracción de lo que se embolsillan los traficantes, de acuerdo con el relato de Aldekoa.
Sentido común en extinción
La principal solución usada por los africanos pudiera ser peor que la enfermedad.
Una investigación sobre el conflicto entre los humanos y los leones en África Central y Occidental indicó que la magia es el único método de mitigación que se practica en toda la región.
“Todos los individuos que hemos conocido invirtieron importantes sumas de dinero (con un promedio aproximado equivalente a una cabeza de ganado por rebaño por año) en protección mágica como, por ejemplo, pagar por rezos realizados por maestros religiosos, comprando amuletos o adquiriendo derivados de especies silvestres”, dijo un estudio encabezado por Hans Bauer, del departamento de Zoología de la Universidad de Oxford.
Otra alternativa es resguardar a los rebaños de sus depredadores naturales con conocimientos ancestrales de las tribus locales.
Las bomas son pequeñas aldeas o agrupaciones familiares tradicionales del África Oriental rodeadas por cercas concéntricas fabricadas con espinas de acacia que rodean a las viviendas y protegen a las personas y los rebaños.
Un grupo de conservacionistas y pastores masais fortificaron las bomas al sembrar plantas entre las cercas y crear “paredes vivientes” que impiden la entrada de los felinos.
La creación de fuentes de empleo en las zonas rurales de África también ayudaría a disminuir la presión sobre las especies amenazadas. Con un trabajo digno, los aldeanos no se verían forzados a despedazar enormes animales para alimentar a sus familias.
Pero la mayor tarea es la educación. ¿Quién ha dicho que matar a un enorme animal en extinción como un rinoceronte o un león y cortar su cabeza para colgarla como un trofeo en casa es una acción de la que hay que estar orgulloso?
Los conservacionistas aseguran que la caza por diversión debe ser completamente prohibida y opinan que es una práctica repugnante, aunque algunas celebridades y miembros de la realeza aún la practiquen.
Pero el mayor problema está en el comercio que mueven los millones de personas comunes, que creen que su salud o su suerte mejorará si consumen vino o sopa mezclada con huesos de tigre o león.
No hay ninguna prueba científica que respalde la efectividad de esos remedios medicinales ni posición ética que lo justifique.