La revolución en México ya es feminista, a pesar de AMLO y su gigante ego

Fotos: Cuartoscuro / Presidencia de México
Fotos: Cuartoscuro / Presidencia de México

El Día Internacional de la Mujer fue celebrado en todo el mundo el domingo 8 de marzo. En México, salieron a gritar su enojo cientos de miles en apoyo al movimiento feminista que en más de 50 ciudades protestaron en contra de la violencia de género.

En la Ciudad de México la convocatoria fue atendida por de miles de mujeres (80 mil según la policía de la capital, aunque las imágenes y la realidad mostraban muchas más) que acudieron a las avenidas para dirigirse al Zócalo. La transmisión directa que algunos medios hicieron de la manifestación y marcha de los diferentes contingentes, indicó la asistencia de cientos de miles de mujeres, abuelas, madres, hijas, viejas, jóvenes y niñas que tomaron las calles para gritar su enojo y demandar enérgicamente al Estado la seguridad que está obligado a otorgarles.

Esas manifestaciones se complementaron en México con la convocatoria “El Nueve Nadie se Mueve”, también atendida por millones de mujeres en el país, al no asistir a sus labores en empresas, escuelas, universidades, oficinas, bancos, servicios y demás para enviar el mensaje a la otra mitad de los mexicanos que ellas son fundamentales en la vida, ritmo, desarrollo y crecimiento por la sencilla razón de que las mujeres están en el centro de la vida nacional.

La importancia de las mujeres en la vida de las empresas e instituciones es fundamental y por esa razón los medios de comunicación dieron cobertura amplia, en tiempo real, a los eventos como fueron concentraciones, marchas, discursos, protestas y violencia en el día de la manifestación y en su inactividad al día siguiente.

La manifestación fue vista por televisión y comentada en redes sociales. El presidente López Obrador también se informó por esta vía. En su conferencia de prensa mañanera comentó sobre el movimiento de las mujeres: “la marcha contiene varias aristas. Es un movimiento de mujeres que legítimamente luchan por sus derechos y en contra de los feminicidios, pero hay otra vertiente de quienes están en contra del gobierno. Lo que quieren es que fracase el gobierno y sobre todo, que no pueda consumarse la 4T”.

López Obrador se dijo sorprendido por la cobertura que los medios otorgaron al evento pues, en otro momento, lo habrían minimizado o ignorado. Señaló que tanto Televisa como Milenio transmitieron en vivo, “muy atentos informando”.

“Me llamó mucho la atención”, dijo el presidente, “porque nosotros venimos de la lucha social, de la oposición, hemos hecho infinidad de marchas, concentraciones, creo que, en los últimos años, hemos estado unas 30 o 40 veces en el zócalo, hemos marchado y nunca tuvimos cobertura de los medios como ayer.” (Aristegui Noticias, 9 de marzo de 2020)

Los comentarios de López Obrador refrendan que no ha sabido o no ha podido por falta de capacidad para comprender, que no todo lo que sucede en México gira en torno a él. No existe ni ha existido la intención de los grupos feministas de atentar contra su entelequia la 4T, no todo lo que sucede en el país está relacionado con su actividad política, aunque él aspiré a que los demás veamos y entendamos al mundo como él lo propone en su insistente discurso de todas las mañanas.

El objetivo de la propaganda y su herramienta el lenguaje, es hacer que todos piensen igual y los que no aceptan son eliminados. Basta ver el comportamiento de los fanáticos religiosos y políticos para entender cómo durante toda la historia ha sido así.

Parece que el enorme ego de López Obrador no le permite ver que muchos en México no ignoran el disgusto de la otra mitad de la población que, como en ocasiones anteriores, también se expresó en forma violenta, con particular énfasis en los objetos que representan símbolos de autoridad, como el Palacio Nacional, convertido en residencia presidencial, por obra y gracia de la propaganda sin límites de López Obrador.

La manifestación y protesta de las mujeres significa una demanda que debe ser atendida para generar un cambio que las favorezca e iguale en las oportunidades sociales, políticas, económicas, educativas y laborales a las que tienen derecho.

Tendremos que seguir tolerando la percepción del Primer Ego de México. En redes sociales lo retrataron como es:

El presidente y muchos en su gabinete han querido sembrar la especie, solo comprada por sus más fanáticos seguidores, de que toda revolución tiene que venir dirigida por la 4T y, por supuesto, por AMLO. Será de ellos o no será, lo han dicho una y otra vez. Lo que no pueden ver es que la revolución no será, sino ya es feminista y no han necesitado de un caudillo o una heroína para iniciarla. La revolución en México ya es feminista, a pesar de AMLO y si gigante ego.

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