La razón millonaria que habría provocado la detención de mexicanos en Nicaragua

En días recientes el gobierno de Nicaragua encarceló a algunos mexicanos, sin ofrecer argumentos, que se encontraban en ese país realizando actividades relacionadas con el ejercicio de su profesión. La nación centroamericana es gobernada por Daniel Ortega quien busca su séptima reelección, con lo que se convirtió en el mismo tipo de dictador que combatió cuando encabezó la revolución sandinista, que derrotó a Anastasio Somoza, y fue apoyada desde México por el presidente José López Portillo, entre 1976 y 1982.

La actitud del gobierno de Nicaragua hacia los mexicanos llama la atención debido a que no existen antecedentes sobre desacuerdos entre los dos países. En el último mes ocurrieron “incidentes” por los que ciudadanos mexicanos fueron detenidos, privados de su libertad y posteriormente expulsados.

El primer detenido fue el estudiante mexicano, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, Jobany Torres Becerra, ocurrida el 1 de junio cuando se informó que había desaparecido. Realizaba sus prácticas de profesionales y colaboraba con una empresa minera de Managua. El gobierno nicaragüense declaró mediante un comunicado de prensa que lo había detenido bajo la acusación de fingir su desaparición. “Con el fin de desprestigiar la labor que realiza el gobierno de reconciliación de mantener la seguridad nacional, aparentó su desaparición”, según el Ministerio Público.

En el segundo evento inició el 21 de junio, fue protagonista la mexicana Viridiana Ríos, investigadora del Wilson Center de Washington, que se encontraba de vacaciones en Nicaragua cuando se percató de que estaba siendo vigilada por la policía, cuyos agentes preguntaron por ella en el hotel donde se hospedada así como en la oficina del Banco Mundial, al que había acudido a consultar unos documentos. Al respecto, solicitó orientación al consulado mexicano en Nicaragua que le respondió que abandonara el país de inmediato. Salió el 23 de junio por la frontera con Honduras. Su estancia fue de menos de 48 horas.

Tres días después, el 25 de junio, la Policía Nacional detuvo a 13 ambientalistas, entre ellos tres mexicanos, Salvador Tenorio Pérez, Emmanuel de la Luz Ruiz y Eugenio Paccelli Chávez Macedo, además de Daniel Espinosa Giménez Cacho, con nacionalidad mexicana y española. El grupo era parte de la Caravana Mesoamericana para el Buen Vivir cuyo objetivo era enseñar a la población de escasos recursos a construir estufas y hornos ecológicos. Explican los estudiantes que en el pueblo de La Fonseca ocurrió una explosión cuando elaboraban uno de los aparatos, por lo que posteriormente fueron acusados por la policía de utilizar explosivos sin autorización. Los jóvenes permanecieron incomunicados durante 48 horas en una comunidad del sur del país y fueron expulsados en la noche por la frontera con Honduras.

Ante estos acontecimientos la Secretaría de Relaciones Exteriores de México emitió una alerta para los mexicanos que viajen a Nicaragua. Jacob Prado González, director de Protección a Mexicanos en el Exterior, comenta: “Sugerimos a quienes viajen para allá, turistas o en otras actividades, que tomen algunas precauciones. Recomendamos que no se acerquen o tomen parte de actividades o manifestaciones se carácter político, informen a sus familiares y amigos los itinerarios de viaje y su número de contacto”.

Aunque por el momento no se encuentra explicación sobre el comportamiento del gobierno de Nicaragua hacia los mexicanos, algunas informaciones mezclan el tema con el proyecto de construcción de un canal interoceánico que estaría compitiendo con el recientemente ampliado Canal de Panamá, y que en su trazo atraviesa por el Lago de Managua, en la región sureña de Nueva Guinea, a lo que se oponen diferentes organizaciones campesinas y de ambientalistas. En esa zona del país “se ha desarrollado un fuerte movimiento social de oposición a este megaproyecto que, según investigaciones independientes, generará una catástrofe a la zona lacustre y una oleada de despojos de tierras a lo largo de su trazo.”

La abogada ambientalista Mónica López Baltodano explicó al diario digital Confidencial que con su actitud el gobierno de Daniel Ortega lo que pretende “es enviar un mensaje” a los nacionales y extranjeros que tengan la intención de solidarizarse con los campesinos que serán afectados por la construcción de un canal interoceánico.

En este contexto tiene sentido el discurso agresivo pronunciado apenas el pasado 4 de junio, por el presidente de Nicaragua Daniel Ortega, en el acto del Frente Sandinista de Liberación Nacional, en el que anunció su séptima candidatura para ocupar la presidencia. En esa ocasión se dirigió al cuerpo diplomático y a los representantes de los organismos internacionales y los llamó observadores sinvergüenzas y a los embajadores injerencistas y les anunció: “Aquí se acabó la observación; váyanse a observar a otros países”.

Tal vez por eso es que la policía preguntaba de manera insistente a los estudiantes mexicanos de la Caravana Mesoamericana para el Buen Vivir “¿Qué organización los financia? ¿Qué información tienen del Canal?”

Esta versión de los sucesos en Nicaragua indica que la tensión en ese país empieza y que lo hizo con los mexicanos pero que, conforme pasen los meses, la “paranoia” del presidente Daniel Ortega y su gobierno se incrementará cuando se opongan desde el extranjero, no solo los ambientalistas y ecologistas que pudieran solidarizarse con los campesinos, sino los intereses de los Estados Unidos que en el Canal de Panamá ven un tema de seguridad nacional para sus intereses políticos y comerciales. De manera que este asunto apenas empieza.