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La primera ciudad flotante del mundo podría ser una realidad en pocos años

Parece una idea extravagante de ciencia ficción pero pronto será realidad: colonizar el mar, crear ciudades y países flotantes.

Pues el Seasteading Institute, una organización sin fines de lucro con sede en San Francisco, ha estado desarrollando esta idea desde su fundación en 2008, y finalmente llegó a un acuerdo con el gobierno de la Polinesia Francesa para crear una ciudad flotante en sus aguas tan pronto como en 2020 -o sea, en un par de años.

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“Sería esencialmente un país de nueva creación”, dijo Joe Quirk, presidente del Seasteading Institute, al diario The New York Times. “Podemos crear una gran diversidad de gobiernos para una gran diversidad de personas”.

El gobierno de ese archipiélago en el Pacífico sur ofreció 40 hectáreas de tierra frente al mar con el fin de que el grupo pueda trabajar.

Una nueva empresa creada por Quirk, Blue Frontiers, construirá y operará las islas flotantes. Se prevé que construirán incluidas casas, hoteles, oficinas y restaurantes, con un costo cercano a 60 millones de dólares. Las estructuras buscan ser ecológicas, con superficies cubiertas de vegetación, madera local, fibra de bambú y coco, así como metal y plástico reciclables.

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También detrás del proyecto hay una idea utópica: una ciudad flotante podría permitir un rediseño de las estructuras sociales. Según Quirk, la tierra y las disputas por territorios “incentivan el monopolio violento para controlarla”.

Pero otras amenazas a esa hermosa idea incluyen la creciente piratería marítima, y potenciales disputas con gobiernos en tierra firme.

El Instituto Seasteading ha contado un respaldo financiero inicial de Peter Thiel, el multimillonario fundador de Paypal. La compañía lanzó un prototipo inicial para la bahía de San Francisco en 2010 que no se materializó nunca.

Pero ahora parece estar más cerca que nunca de conseguirlo. Quirk y sus colaboradores estiman que el costo total del proyecto es de 167 millones de dólares y aunque cuenta con generosas donaciones -entre ellas las de Thiel- se necesita más para la siguiente fase y por eso se encuentra inmerso en una campaña para recaudar fondos.

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“Quiero ver ciudades flotantes en 2050; espero que sean miles de ellas, cada una con diferentes formas de gobierno” -dijo Quirk a The New York Times. “Cuanta más gente se mueva entre las ciudades, más opciones tendremos y será más probable que tengamos paz, prosperidad e innovación”.