Patrulla Fronteriza retiene a familias de inmigrantes con niños en celdas heladas bajo condiciones "degradantes", denuncia Human Rights Watch
El cruce de la frontera entre México y Estados Unidos y el largo viaje para llegar hasta allí desde sus lugares de origen es un rudo y costoso calvario para los migrantes –hombres, mujeres y niños– que emprenden esa travesía.
Y para los que logran entrar a territorio estadounidense existen nuevos peligros: entre ellos los naturales como los rigores del desierto, los de grupos de traficantes que con frecuencia los secuestran y extorsionan… y los que les impondrían con frecuencia los propios agentes de la Patrulla Fronteriza a muchos de los indocumentados que detienen.
Un informe de la organización Human Rights Watch (HRW) denuncia una situación que, afirma, es ominosa y frecuente: agentes de la Patrulla Fronteriza tienen a indocumentados detenidos en celdas donde la temperatura es muy baja, gélida indica el reporte, y lo hacen con familias enteras, incluidos bebés y hasta por tres días. Se trata de las ‘hieleras’, como los propios indocumentados les han llamado.
Eso implica una vulneración de los derechos humanos de esos detenidos, que son sometidos, de acuerdo a Michael García Bochenek, abogado de HRW, a prácticas “degradantes y punitivas”.
Además, es común que separen a los varones, adultos y adolescentes, del resto de sus familias, lo que sería contrario a los propios procedimientos de la Patrulla Fronteriza. Eso y la exposición de los detenidos a una reclusión en condiciones de congelación son causa de daños físicos y mentales a quienes lo padecen.
El reporte de HRW se elaboró con 110 entrevistas a indocumentados, con la participación de mujeres y menores, y la denuncia de la práctica de reclusión gélida coincide con testimonios que por cierto tiempo han recogido medios y organizaciones defensoras de los inmigrantes.
El frío y la separación no son las únicas lacras a las que los indocumentados son sometidos. Según el reporte, deben pasar muchas horas y días protegidos solo con sábanas de papel aluminio, sobre duras bancas de cemento y con frecuencia despojados de otras ropas que poseían.
Tampoco se ofrece en muchos casos condiciones higiénicas apropiadas ni opción de lavarse, ni siquiera tras ir al baño o antes de comer o alimentar a sus hijos. Y en ocasiones se sufre hacinamiento y presión para que se acepte una deportación expedita o cargos legales sin antes tener una audiencia ante un juez de inmigración.
Técnicamente, esas celdas solo deberían ser usadas por un tiempo muy corto, pero de las entrevistas realizadas por HRW a detenidos se concluye que muchos de ellos pasaron largas horas, incluso días, en esas condiciones. Esa organización señala enfática que “Estados Unidos no debe persistir en prácticas que traumatizan a niños y sus familias”.
De acuerdo a fuentes de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) citadas por Newsweek, las autoridades de esa entidad “están al tanto del reporte de Human Rights Watch y se han reunido con esa organización”. Y añadió que trata a “todos los individuos con dignidad y respeto y se asegura que todas sus instalaciones cumplan los requerimientos legales y de política relevantes”. CBP por lo general ha rechazado que practique esa gélida detención de inmigrantes.
Los testimonios del reporte de HWR, con todo, afirman lo contrario y aunque se recabaron durante 2017 no se trataría de algo que apenas haya empezado a suceder sino de una práctica que habría estado ya sucediendo por años.
El reporte incluyó entrevistas con indocumentados detenidos en celdas en varias ciudades fronterizas: McAllen, Laredo, Eagle Pass y El Paso, en Texas: Santa Teresa, en Nuevo México; Nogales, Tucson, Sonoita y San Luis, en Arizona; y Calexico y San Ysidro, en California. Eso indica que la práctica de las ‘hieleras’ no sería algo localizado, sino que se realiza de modo extensivo por las autoridades de protección fronteriza.
HRW ha llamado a las autoridades a que esas celdas solo sean usadas por tiempos muy cortos, de no más de 10 horas, que se provea a quienes allí sean detenidos de ropa y mantas apropiadas y que la temperatura en esos sitios sea razonable y confortable.
También pidió que no se someta a los detenidos a presión para aceptar deportaciones voluntarias u otras acusaciones y en general que se ofrezcan condiciones de dignidad básica, con servicios higiénicos privados y manteniendo a las familias reunidas.