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La ‘Mujer dormida’ del volcán mexicano Iztaccíhuatl tiene una 'gemela' en Alaska

Cuando el tiempo y la contaminación ambiental lo permiten, una maravillosa y colosal figura es vista desde el Valle de México y, también, desde el de Puebla. Y, a miles de kilómetros de distancia, otra forma relativamente similar se alza en el sur de Alaska.

          El Monte Susitna, en el sur de Alaska, conocido como la 'Mujer dormida'.  Flckr/Mel Green (https://www.flickr.com/photos/henkimaa/5587293363/in/photolist-9vJkEc-7E6Jar-69KJqV-ZVRZUE-pXc2o-njWjnF-FFPamS-HSz1iB-udwRe-neQnzC-5xg7y5-dcJkb-21ZoKCx-9gsiSB-Ji5BM-bu15gy-92fqH4-buTede-92ixjq-6KhQU-863Nvn-8fz2n6-4eVVRL-bvB3Dy-9UX48v-9UZTM7-7WXUjy-8z1Jym-awLPkE-9gHYjV-7Z2Qcs-bGUSNK-bGUTpT-aZUgbX-bu15xU-bHnjxH-LPb4j-74Ysgf-5BZ6X7-bHnjvr-9KXvAX-5JF2dz-866Yjw-8mLRWX-86mBYX-86mBAP-9KXrdV-4MfXyk-23yUyvC-7YKbag) Creative Commons CC BY-NC-ND 2.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/)

Ambas son producto de inmensas fuerzas.

Ambas han hecho brotar historias parecidas que aspiran a lo legendario.

Ambas han sido denominadas la ‘Mujer dormida’.

El volcán Iztaccíhuatl, a unas 43 millas (unos 69 kilómetros) de la Ciudad de México, es junto al cercano volcán Popocatépetl un referente icónico de la geografía mexicana. Su singular silueta, que evoca una mujer recostada, y su cubierta de nieve han motivado que se le llame la ‘Mujer blanca’ o la ‘Mujer dormida’ y ambos volcanes mexicanos son también famosos y entrañables por la historia asociada a su singular configuración desde tiempos prehispánicos: la princesa que yace muerta, o dormida para siempre, al suponer erróneamente que su amado y prometido, un guerrero enviado a la guerra, cayó en combate. A su regreso, el guerrero se queda a su lado, velándola sin fin. Los dioses, compasivos, los convirtieron en volcanes y la antorcha con la que el guerrero iluminaba a su amada continúa encendida, como su amor perdido, en el vulcanismo del Popocatépetl.

Mexico City, Mexico - 2019: View of the Iztaccíhuatl volcano from the Colonia del Valle district.
Mexico City, Mexico - 2019: View of the Iztaccíhuatl volcano from the Colonia del Valle district.

En Alaska, el Iztaccíhuatl tiene una suerte de volcán gemelo.

Al Monte Susitna, a 33 millas (unos 53 kilómetros) al noroeste de la ciudad de Anchorage, se le ha llamado también la ‘Mujer dormida’, porque su silueta se asemeja también a una joven recostada sobre el horizonte.

Y, aunque se diría que su ‘orografía femenina’ es menos patente que la del Iztacíhuatl, el Monte Susitna también comparte una leyenda similar: al saber que su amado se fue a combatir en defensa de su aldea, ella le prometió esperarlo en el mismo lugar en el que se despidieron. Pero el guerrero murió en combate y ella se quedó dormida para siempre en espera del retorno de su prometido.

La noción de la ‘Mujer dormida’ es seductora y, en el caso de Alaska, una imagen se ha vuelto viral en redes sociales. Lo que ella muestra, una foto supuestamente tomada por un dron desde lo alto, por encima de la cima del Monte Susitna, muestra una silueta que alude directamente a una mujer dormida.

Ello ha causado fascinación, pero en realidad esa imagen no es real. Fue creada por el artista digital Jean Michel Bihorel, como señaló Snopes, quien la difundió con el título de ‘Sueño de invierno’.

Y, ya en desmitificaciones, se afirma que la historia asociada al Monte Susitna no sería una leyenda centenaria, como sí sería el caso de la del Iztaccíhuatl y el Popocatépetl, pues se afirma que la historia de la mujer dormida no provendría del pasado indígena de Alaska sino que sería de reciente creación, quizá de la décadas entre 1930 y 1950.

Sea como sea, el Monte Susitna en Alaska genera fascinación, como es el caso también del Izacacíhuatl.

La ‘Mujer dormida’ mexicana tiene una ventaja milenaria: está acompañada por su amado para la eternidad. La doncella del Monte Susitna, en cambio, yace sola en la inmensidad de Alaska.

Pero la doncella de Alaska tiene en su favor que, aunque tiene en su entorno menos espectadores que los muchos millones de personas que viven en el Valle de México, ella resulta mucho más visible: su visión no es afectada por la contaminación ambiental y otros fenómenos atmosféricos en la capital mexicana.

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