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La moda hipster que podría poner en riesgo la vegetación de los desiertos americanos

With the White Tank Mountain in the distance, saguaros flank the Maricopa Trail inside the White Tank Mountain Regional Park Wednesday, Nov. 28, 2018, in Waddell, Ariz. Maricopa County has completed a 315-mile (507-kilometer) hiking and biking trail that circles Phoenix and most of its suburbs. (AP Photo/Ross D. Franklin)
With the White Tank Mountain in the distance, saguaros flank the Maricopa Trail inside the White Tank Mountain Regional Park Wednesday, Nov. 28, 2018, in Waddell, Ariz. Maricopa County has completed a 315-mile (507-kilometer) hiking and biking trail that circles Phoenix and most of its suburbs. (AP Photo/Ross D. Franklin)

Los saguaros son uno de los ejemplares más codiciados por los cazadores furtivos de cactus en los desiertos americanos. (AP Photo/Ross D. Franklin)

Si se preguntara qué relación hay entre un hipster y los desiertos americanos, la respuesta podría ser fácil: los cactus. Se podría decir que son los fans número uno de esas plantas y su pasión resulta hasta un admirable ejemplo ecologista.

Pero no muchos saben que esa adorable “pasión ecologista hipster”, tiene un lado polémico y hasta oscuro porque sus gustos decorativos están fomentado la recolección furtiva de cactus y suculentas en los desiertos americanos y poniendo en riesgo a esas valiosas especies, según un reporte del diario The Guardian.

En los últimos diez años varias plantas de la familia de las cactáceas se han convertido en la tendencia favorita de la denominada decoración inconformista de los hipsters, con seguidores tanto en Estados Unidos, China, Japón y Rusia como en Francia.

Entre 2012 y 2017, según la investigación de The Guardian, en Estados Unidos las ventas de cactus y suculentas -miembro de la familia de los cactus– aumentaron un 64%. Los saguaros están entre los más codiciados.

Pero la velocidad de la creciente demanda de estas plantas no se equipara con el tiempo que necesitan para desarrollarse. Los cactus son de crecimiento extremadamente lento.

Varias de sus especies tardan décadas para llegar a su madurez, por lo que los recolectores furtivos han preferido llevárselas de los propios desiertos. Según los expertos entrevistados para el reporte del diario inglés, el robo de ejemplares en los desiertos americanos es un problema que va en aumento.

Aunque esta escalada es difícil de cuantificar, porque no resulta fácil atrapar a los recolectores furtivos con la mano en la masa, en el 2014 se pudieron incautar en las fronteras de Estados Unidos 2,600 cactus robados, cifra casi siete veces superior a lo decomisado el año anterior.

Esos números, de acuerdo con las autoridades y los científicos de campo, son una pequeña parte de los cactus realmente robados de sus hábitats naturales.

Ray O’Neil, jefe de los guardaparques en el Parque Nacional Saguaro, de Arizona, aseguró que “la gente intenta robar todo tipo de cosas del parque, incluso las serpientes de cascabel. Pero los cactus siempre han sido el objetivo más grande”.

Para evitar el robo en el parque optaron por insertar diminutos microchips para seguir el rastro de los cactus cuando son desenterrados de la tierra. Allí hay saguaros de hasta 18 metros de alto, ejemplares más que cotizados en el mercado negro. La medida ha atenuado las incursiones de los recolectores furtivos.

Los frutos de algunas especies de cactus son valiosos para las comunidades que viven en los desiertos. (Foto AFP News)
Los frutos de algunas especies de cactus son valiosos para las comunidades que viven en los desiertos. (Foto AFP News)

Él lleva más de diez años investigando este delito. Dijo que “ahora estamos procesando casos que involucran miles de plantas a la vez. La demanda es tan alta que me temo que no podemos detener el comercio ilegal”.

Pero no solo los recolectores furtivos son los únicos depredadores de los desiertos. Los visitantes internacionales, turistas que llegan a los parques, van en busca de los más raros cactus y no solo les toman fotos, también los incluyen dentro de su equipaje.

Wendell Minnich, expresidente de la Sociedad de Suculentas y Cactus de América, cultivador de cactus y operador de viveros en Nuevo México por medio siglo, está convencido de que Internet ha acelerado significativamente el robo de especies raras de cactus de crecimiento lento en la última década.

“Hemos tenido coleccionistas austriacos, alemanes e italianos que expresaron un gran interés en las redes sociales para estas plantas y comparten las coordenadas del GPS”, explicó.

“Algunas de estas personas vienen a robar, especialmente cuando se identifica una nueva especie. Ocultan las plantas en su maleta y las llevan de vuelta a su invernadero en Europa “, refirió Minnich.

Asegura que con una simple búsqueda en Google de Sclerocactus se puede encontrar personas en Rusia vendiéndolos. “He estado en terrenos públicos de Arizona, Nuevo México y Colorado, donde hace años había Sclerocactus en todas partes, y recientemente solo encontré un montón de pequeños agujeros en el suelo”.

Minnich está convencido, como el resto de los expertos y autoridades entrevistados por The Guardian, que mientras exista el comercio no regulado por Internet de estas especies de plantas, conjugado con la demanda de la cultura hipter, los cactus y suculentas están en peligro, al igual que los desiertos donde crecen.