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La manía que tenía Bill Gates para controlar el trabajo de sus empleados

Los multimillonarios, incluidos los que están a tope en la lista de Forbes y tienen fortunas de decenas de miles de millones de dólares, son a fin de cuentas seres humanos. Y tienen sus estilos y sus manías, algunas de las cuales tienen efectos en la forma como ellos interactúan con sus empresas y sus empleados.

El peculiar, y al parecer frenético y a veces irascible, estilo de dirección que practicaba Bill Gates, fundador y por mucho tiempo presidente de Microsoft, durante los primeros años de su carrera al frente de la compañía permite conocer un poco más cómo era la vida trabajando con y bajo quien es hoy la persona más rica del mundo (con 79,200 millones de dólares, según Forbes).

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Bill Gates, la persona más rica del mundo y en una época trabajador y administrador frenético. (Journal.ie)

Según relata The Washington Post, Gates tenía una actitud de dedicación brutal al trabajo durante sus primeros años al frente de Microsoft. Con frecuencia trabajaba, y hacía trabajar, durante toda la noche y más allá, e incluso fiscalizaba a sus empleados revisando durante el fin de semana los autos que estaban en el estacionamiento de la empresa para ver quiénes habían ido a trabajar en esos días.

El propio Gates dijo que entonces (es de suponer que entre mediados de la década de 1970 hasta bien entrada la de 1990) trabajaba los fines de semana, no creía en las vacaciones y aunque comentó que cuidaba de no imponer su ritmo frenético a todos, aceptó que vigilaba de cerca a sus empleados para enterarse de cuándo y cuánto estaban trabajando.

Otra anécdota mencionada en el Post es la de Bob Greenberg, un programador y compañero de clase de Gates en Harvard, que trabajó 81 horas durante cuatro días para avanzar en un proyecto crítico (el sistema Texas Instruments BASIC, que se lanzó en 1979). Después de esa labor extenuante, cuando Greenberg se encontró con Gates, este le preguntó en qué iba a trabajar el día siguiente. Cuando Greenberg le dijo que pensaba tomarse el día libre, Gates le preguntó por qué quería hacer eso.

81 horas de trabajo en cuatro días al parecer no justificaban ese respiro a los ojos de Gates.

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Un joven Gates, en los tiempos en los que trabajaba y hacía trabajar, según se cuenta, días y noches seguidos en proyectos de Microsoft. (Business Insider)

Y eso no era todo, el Post comenta que Gates en una época tuvo una propensión a estallar durante las juntas, molesto y hasta vociferante cuando algo no le agradaba o le parecía impropio o improcedente. Al grado de que, ya entrados en la década de 1990, había una persona dedicada a contar la cantidad de veces que el jefe estallaba en improperios. Dependiendo de cuántas fueran, y mientras menos mejor, era la tensión del momento y la calidad del clima laboral en esa oficina.

Con el tiempo, Gates fue tranquilizándose y él mismo reconoce que ha abandonado el frenesí de sus primeros años y ha suavizado su forma de ser. Y, ciertamente, ya no es el CEO de Microsoft desde 2000 y a partir de 2006 incluso comenzó a separarse de las actividades de su compañía, para dedicarse de tiempo completo a su fundación filantrópica. Incluso ya dejó su cargo de ‘chairman’ en Microsoft y, junto a otro millonarios, entre ellos Warren Buffet, hoy el tercer individuo más rico del mundo (el segundo es el mexicano Carlos Slim) y Mark Zuckerberg (Facebook), firmó un compromiso para donar al menos la mitad de su fortuna a fines caritativos.

Un destino singular para el fruto de esas largas horas sin dormir de su juventud.

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Carlos Slim, el segundo más rico del mundo (solo superado por Gates), tendría una vida personal ahorrativa y austera. (Reuters)

Y, desde luego, Gates no es el único en tener sus peculiaridades. Slim, por ejemplo, con una fortuna de 77,100 millones de dólares, no tiene chofer y, se deduce, conduce su propio automóvil, anda en calcetines por su oficina y pese a sus enorme riqueza y los muchos millones que ha destinado para fines caritativos (hay quien dirá que es más bien gracias a ello) mantiene una actitud siempre ahorrativa y austera, hasta cierto punto. Al menos eso señaló el portal Economía Hoy.

Otros multimillonarios tienen hoy, como tuvo el joven Gates, una actitud autoritaria. Peter Thiel, fundador de PayPal, al parecer exige a sus empleados concentrarse exclusivamente en un solo asunto clave, al grado de que si alguien le habla sobre algo que no sea esa prioridad #1, Thiel simplemente no le dirige la palabra, como cuenta el portal Inc. Para Thiel, que según Forbes tiene 2,200 millones de dólares, el foco en lo prioritario sería lo único importante, pues dedicar la atención a múltiples cosas diluye la capacidad y lleva a la mediocridad.

Cada quien tiene su estilo.