La maleta mexicana que contenía el corazón de España
En el marco de los 80 años del exilio español y de la guerra que lo provocó hay que recordar a “La maleta mexicana”.
Esa guerra fue documentada durante 3 años (1936-39) por Robert Capa y dos fotógrafos más cuyas imágenes contribuyeron decisivamente a que el mundo supiera lo que ocurría.
Miles de rollos de ese importante trabajo estuvieron desaparecidos durante 70 años, de siglo a siglo. Al paquete se le conoce como “La maleta mexicana”.
EL FOTÓGRAFO ROBERT CAPA, CENTRO DE LA TRAMA
El que es considerado primer fotoperiodista de la historia, Robert Capa, de origen húngaro, está en primera línea en lo que a historia de la fotografía se refiere.
Alcanzó su prestigio por la calidad de su trabajo y por hacerlo en ambientes de guerra. Así cubrió nada menos que el desembarco en Normandía –el mismo que acaba de cumplir 75 años. Gran profesional, fundó la agencia “Magnum” junto a otro influyente fotógrafo, Henri Cartier-Bresson. Retirado, tuvo que cubrir una suplencia en Vietnam donde un explosivo causó su muerte.
VALOR DE LA MALETA
Las fotos cuyos rollos no vieron la luz por tantos años tienen –entre otros- el valor de que fueron hechas con rollo de película, por vez primera, lo que permitió a nuestros personajes construir verdaderos ensayos con imágenes; una serie de impresiones desglosando una sola escena. Una secuencia. Ya no escrita, plástica.
Eso llevó a los medios con fotógrafos de excelencia a convertirse en un imán que cautivó a los lectores. Nació un nuevo perfil de aficionados a los medios.
PERIPECIAS DE LA MALETA
De regreso de la Guerra Civil Española, Capa preparó lo que sería la maleta pero tuvo que salir precipitadamente de París, -la conflagración se había extendido. Un paisano –por cierto el que reveló los rollos- los llevó en bicicleta a Burdeos para, mediante un contacto, hacerlos llegar al consulado mexicano.
Ahí hay una laguna. Es hasta apenas que nos enteramos que ya en México el precioso acervo quedó en poder de la hija del diplomático Francisco Aguilar - antiguamente destacado en Francia. Ella lo entrega a Benjamín Tarver.
Se abre entonces un nuevo compás, ya que al igual que los anteriores depositarios Tarver no difunde lo que tiene, en concreto por no saber de qué se trata; hasta que viendo una exposición del exilio relaciona lo que tiene en casa con el gran hecho hispano y europeo del siglo XX.
INGREDIENTE TRUMPIANO EN LA DICHOSA VALIJA
Ahora que celebramos la inmigración española a México en medio del asedio de Trump, hay por coincidencia un ingrediente de su estilo en lo de la valija.
Resulta que Tarver emprendió largas negociaciones para su entrega con el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York, -tal vez considerando que un hermano de Capa fue el fundador del Centro.
El hecho es que los empresarios neoyorquinos lo presionaron, bajo la amenaza de que el derecho internacional estaba de su lado, para que se decidiera a proporcionarles el tesoro. Intimidado, Benjamín Tarver detuvo todo.
Fue la curadora Trisha Ziff quien 10 años más tarde (ya bien entrado el siglo XXI), con apoyo de Juan Villoro, localizó al poseedor y retomó –ahora con éxito- el diálogo con el Centro.
… Y ahí termina el andar de la maleta
CAPA NO ERA CAPA… ¿NI SU TOMA INMORTAL TAMPOCO?
Sin embargo, todo mundo sabe de Robert Capa mas no por aquellos miles de fotos, sino por una sola; que, además, no venía en el paquete (¡!)
Se trata de “La caída de un miliciano” víctima de un disparo mortal. La toma se ha convertido en símbolo universal de la crueldad de las guerras.
Pero he aquí que existen firmes datos en contra de su autenticidad.
Ya desde siempre hay elementos cambiados, por así decirlo, en el expediente del fotógrafo. Su apellido no era Capa, sino Friedmann; con su compañera alemana ocurrió lo mismo, se hizo llamar Gerda Taro -aunque eso fue para librar su salida de Europa Oriental hacia occidente. Las fotos atribuidas a él no son todas suyas, pero normalmente aparecen como si lo fueran. Rarezas. .
En el caso de la foto celebérrima se le cuestiona a partir de su propio dicho: que en aquellos momentos combatientes y periodistas jugaban deslizándose por la ladera aquella.
De ese punto parten dos versiones. Una que da hasta el nombre del miliciano, fecha, hora y lugar de la muerte que la foto documenta. Otra según la cual ese día no hubo enfrentamientos ni ahí ni en las cercanías y que la foto fue actuada.
Esta última es la versión prevaleciente. (Consciente), su autor evitaba hablar de la imagen… que lo inmortalizó.
—————-
hectorosoriolugo2013@yahoo.com.mx