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La "maldición" de Fort Hood: desaparece otro soldado que había reportado abuso sexual en la base militar

Algo extraño sucede en la base Fort Hood, del Ejército de Estados Unidos, cercana a la ciudad de Killeen, Texas: otro soldado ha desaparecido. Se trata del sargento Elder Fernandes, de 23 años, quien de acuerdo a la agencia AP no ha sido visto desde el pasado lunes, cuando otro militar lo dejó en su casa.

El sargento Elder Fernandes, asignado a la base militar Fort Hood, en Texas, fue reportado como desaparecido. (US Army)
El sargento Elder Fernandes, asignado a la base militar Fort Hood, en Texas, fue reportado como desaparecido. (US Army)

La desaparición de Fernandes es en sí preocupante, pero al colocarse en el contexto de otros casos recientemente sucedidos en Fort Hood se convierte en motivo de ruda alerta.

El pasado mes de abril, la soldado Vanessa Guillén, de 20 años, desapareció de Fort Hood, en donde se encontraba asignada y pasaron meses sin que se supiera nada de ella. En julio pasado, luego de que intenso clamor social se encendió ante la falta de información sobre el paradero de Guillén, su cuerpo destrozado fue hallado en el Río León, a unas 20 millas de Fort Hood y cerca de la localidad de Killeen, Texas.

Antes de su muerte, Guillén había dicho a familiares que sufría acoso por parte de un militar de Fort Hood, y fue luego de que se hallaron los restos de la mujer que se identificó que el sargento Aaron Robinson, de 20 años y también asignado a esa base, mató y desmembró a Guillén y luego, con la ayuda de quien sería su novia, Cecily Aguilar, de 22 años, se deshizo del cuerpo.

Robinson se suicidó a poco de que los restos de Guillén fueron hallados y Aguilar fue acusada de participar en el ocultamiento del cuerpo de la soldado.

Un mural en  homenaje a la soldado Vanessa Guillén, asesinada por un sargento de la base militar Fort Hood, Texas. (Sergio Flores/Getty Images)
Un mural en homenaje a la soldado Vanessa Guillén, asesinada por un sargento de la base militar Fort Hood, Texas. (Sergio Flores/Getty Images)

La tragedia de Guillén dejó devastada a su familia y causó consternación a escala nacional, pero no es el único crimen vinculado a militares de Fort Hood.

En agosto de 2019, el soldado Gregory Morales, de 24 años, también fue reportado como desaparecido y nada se supo de él hasta junio de 2020, cuando sus restos fueron hallados en un campo cercano a Killeen. El cuerpo de Morales fue encontrado no lejos de donde se halló el de Guillén. Se considera que su muerte se habría tratado también de un crimen, aunque no se ha divulgado información sobre sospechosos.

No se ha establecido que exista conexión entre las muertes de Morales y Guillén, pero las suspicacias corren con intensidad.

Y aunque en realidad no se sabe si Fernandes –un especialista militar en asuntos químicos, biológicos y radiológicos asignado a la Primera División de Caballería– se encuentra o no con vida y por el momento solo se le considera desaparecido, que nada se sepa de un tercer militar de Fort Hood, también de origen hispano, ha elevado numerosas sospechas.

Los antecedentes

El director de relaciones públicas de Fort Hood, el teniente coronel Chris Brautigam, emitió un comunicado informando que “existe una investigación abierto sobre contacto sexual abusivo” de Fernandes.

“El coordinador de denuncias de abuso sexual de esa unidad ha estado cooperando con el sargento Fernandes, asegurándose de que Fernandes esté al tanto de todas sus opciones en cuanto a su protección, su derecho a denunciar y su derecho a ser activista por las víctimas”, expresó Brautigam.

Añadió que Fernandes había sido trasladado a otra unidad “para garantizar que reciba la protección adecuada y descartar toda posibilidad de represalias”.

Las autoridades continúan la búsqueda y la investigación, al grado de que, según AP, el comandante de Fort Hood, general Scott Efflandt, permanecerá en su puesto y no será reasignado al comando de Fort Bliss, otra base militar en Texas, mientras se dan las pesquisas.

Por añadidura, Fort Hood ha sido foco de otros punzantes escándalos.

Por ejemplo, de acuerdo a la televisora KCEN, seis soldados asignados a Fort Hood fueron arrestados en marzo pasado en la localidad de Temple, Texas, acusados de ser parte de un esquema de prostitución y tráfico sexual. Junto a los militares, que fueron implicados en tráfico de personas, fueron arrestadas otras ocho personas.

Y, el pasado 8 de agosto, otros dos soldados asignados a Fort Hood también fueron arrestados en Killeen, por cargos vinculados a abuso sexual de menores, de acuerdo al periódico Star Telegram.

Las propias autoridades militares estadounidenses han reconocido que los índices de homicidios, acoso sexual y otros delitos en Fort Hood son más altos que en otras instalaciones y, de acuerdo al ArmyTimes, de ocho muertes que se han registrado en este año en Fort Hood, cuatro han sido consideradas crímenes.

Un tercio de las mujeres soldado que en Fort Hood participaron en una encuesta dijeron haber sufrido acoso sexual.

Actualmente la búsqueda de Fernandes continúa, y las autoridades de Fort Hood han pedido ayuda de la comunidad para encontrarlo. Y, de acuerdo a CNN, tras el hallazgo del cuerpo de Guillén el Ejército creó en esa base militar un grupo especial, compuesto de cinco civiles, para investigar el “clima de comando y la cultura” en Fort Hood.

Un clima que, dado el historial de muertes, desapariciones y arrestos citado, parece maldito y tormentoso y que urge, en su caso, corregir.

Reporte complementado con información de AP.

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