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La inmaculada 4T de México que no se equivoca nunca, aunque eso le destruya la vida a alguien

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la CDMX. | Foto:  ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images
Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la CDMX. | Foto: ALFREDO ESTRELLA/AFP via Getty Images

El largo camino que deben transitar los aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador tiene obstáculos que deben superar. No hay lugar para problemas y equivocaciones y si se presentan, su “manual” dice que deben hacer responsables a los adversarios, los neoliberales, los conservadores y demás, no asumir el problema como propio.

En el caso de la CDMX, los problemas se manifiestan de manera permanente, y en la movilidad urbana y la seguridad, son recurrentes. El caso del Metro y su funcionamiento es un obstáculo para Claudia Sheinbaum, en caso de que su operación falle, como ha sucedido en meses recientes. Hace dos años se derrumbó un tramo de la Línea 12, posteriormente se incendiaron las instalaciones del Centro de Control, recientemente hubo un choque en la línea 3, una desconexión en la línea 7 y diversos incendios y humaredas. El saldo en este gobierno es de 27 muertes y cientos de heridos e intoxicados.

Sobre los problemas que se manifiestan por la mala operación del Metro, especialistas, sindicato y usuarios dicen que se deben a la falta de inversión para su mantenimiento. La jefa de Gobierno afirmó que el presupuesto aumentó en los últimos años y manifestó que la frecuencia de los “accidentes” no eran casuales sino acciones de sabotaje.

Metida en esta “percepción de sabotaje” solicitó a López Obrador apoyo de la Guardia Nacional y le fueron asignados 6,000 elementos para garantizar la seguridad de los cinco millones de usuarios y de las instalaciones del Metro. Con esta acción evadió la responsabilidad de los accidentes y se ubicó en la escena política como víctima.

La narrativa del sabotaje y la justificación de la Guardia Nacional en el metro, necesitaban “pruebas” para acreditar su “percepción” y la mejor manera de obtenerlas era capturar a un saboteador en acción.

El 12 de enero la señora Viviana Salgado, “peligrosa” ama de casa, se trasladó al centro de la CDMX para adquirir unas aspas de plástico para reparar su lavadora. De condición humilde y madre de cuatro hijos, mientras esperaba el Metro en la estación Centro Médico, se le cayeron las aspas que fueron a dar a las vías. De inmediato, la Guardia Nacional la detuvo y traslado ante las autoridades judiciales, fue acusada de ataques a las vías de comunicación y enviada al reclusorio. Estuvo detenida algunos días hasta que su abogado comprobó que fue un accidente la caída de las aspas y que no era saboteadora. Dos semanas después, las autoridades dieron por terminado el proceso en su contra. Viviana no recibió ninguna disculpa del gobierno de la CDMX. No tiene “ni un peso” y debe pagar los honorarios del abogado.

Otro caso relacionado con el Metro es la “desaparición”, el 19 de enero, cerca de las instalaciones del Metro Indios Verdes, de la joven de 16 años María Ángela 'N', que después de algunos días de búsqueda apareció atada de pies y manos en una calle del municipio Nezahualcóyotl, Estado de México.

El caso le pareció atípico a las autoridades por lo que, con el apoyo del sistema de cámaras de la CDMX y el Estado de México, investigaron y establecieron que la menor no fue secuestrada, sino que se retiró voluntariamente del lugar. Convivió algunos días con un grupo que desempeña sus actividades en la Alameda Central. Los peritos en psicología, medicina forense y trabajo social establecieron que María Ángela no sufrió algún ilícito antes, durante y después de su ausencia.

La pesquisa para su localización fue exhibida en diversos medios y redes sociales con lo que fue afectada en su privacidad y derechos por ser menor de edad. La investigación debería de haber quedado reservada para sus padres. Pero, como la 4T “no se equivoca”, no se disculpó el gobierno de la CDMX por este exceso y posiblemente no lo hizo porque Claudia Sheinbaum necesita “aciertos” en su carrera hacia la candidatura presidencial.

Otro caso relacionado con el Metro es la acusación del delito de homicidio y lesiones culposas que la Fiscalía General de Justicia de la CDMX ha hecho en contra del conductor del tren que se impactó en la interestación Potrero-La Raza en la que falleció una joven estudiante de 18 años y hubo 106 personas lesionadas. Según la Fiscalía el conductor, Carlos Alfredo N, actuó de forma negligente al no respetar las medidas de pilotaje para seguridad, luego del reporte de una falla presentado dos días antes. El acusado se encuentra en prisión.

Estos casos documentan que la 4T no reconoce sus equivocaciones, en la CDMX el Metro y la seguridad son dos temas que, por la frecuente incidencia de problemas, se han convertido en un lastre para las aspiraciones políticas de Claudia Sheinbaum que, al no encontrar culpables en el pasado, en el que se están sus raíces, recurre a culpar de las consecuencias de sus abusos a los débiles que no tienen recursos para defenderse.

La práctica de la 4T es hacer como que el tiempo todo lo borra. No hay culpables por los muertos en el Metro, ni por los lesionados. Cortan las cabezas ajenas, cuidan las propias. Creen que la historia no tiene memoria.

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