La industria farmacéutica no comparte todos los resultados de los ensayos clínicos

Por Lisa Rapaport (Reuters Health) - Un informe demuestra que las empresas farmacéuticas no publican todos los datos de los ensayos clínicos de los nuevos medicamentos. Los autores analizaron los datos publicados de los estudios sobre 15 productos nuevos de 10 empresas y que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su nombre en inglés) autorizó para la venta en el 2012. Dos empresas publicaron todos los estudios y cumplieron con los requisitos legales de difusión de la información de los fármacos aprobados ese año, según publican los autores en BMJ Open. Pero casi la mitad de los productos revisados incluía por lo menos un ensayo clínico avanzado en seres humanos que nunca se había divulgado. "El médico receta medicamentos de acuerdo con las guías del etiquetado que surgen de la evidencia publicada", explicó la autora principal, Jennifer Miller, investigadora especializada en ética del Centro Médico Langone de New York University. "Es casi imposible hacer medicina basada en la evidencia sin toda la evidencia". Su equipo revisó la información publicada sobre los fármacos que la FDA había aprobado y que 20 empresas de la industria farmacéutica promocionaban con el precio más alto del mercado. Esos productos incluían terapias para los cánceres de mama, colon y recto, piel, riñón y sangre, además del VIH, la tuberculosis, la esclerosis múltiple y trastornos genéticos raros. Los autores también analizaron los ensayos clínicos con una vacuna para la meningitis y un anticoagulante. Los autores examinaron un total de 318 estudios sobre casi 100.000 personas. Sólo el 57 por ciento de los ensayos clínicos de cada fármaco estaba registrado adecuadamente y apenas el 20 por ciento de los resultados finales apareció publicado en ClinicalTrial.gov, una base de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. El 56 por ciento de los resultados estaban publicados en revistas académicas y apenas un 65 por ciento estaba publicado o se había difundido masivamente. Las limitaciones del estudio son que los autores incluyeron información de un solo año y que se concentraron en las grandes empresas farmacéuticas. El equipo ampliará el análisis a las empresas más pequeñas y los centros académicos que desarrollan fármacos. Mientras que las diferencias entre la difusión y la publicación de los ensayos clínicos serían esotéricas, la calidad de la información pública tiene un alto impacto en los pacientes, según opinó el doctor Andrew Prayle, de la Universidad de Nottingham, Reino Unido, y que no participó del estudio. "Finalmente, todos padecen la difusión incompleta de los resultados porque en algún momento todos seremos pacientes", dijo. "No publicar los hallazgos de las investigaciones significa que podríamos indicarles fármacos que no son efectivos a poblaciones completas de pacientes y exponerlas a los efectos adversos con una pérdida de los recursos en el camino", agregó. Otro problema, según citó Nicholas Rasmussen, del Centro Charles Perkins de Enfermedades Crónicas, Sídney, Australia, es que esa ausencia de información puede llevar a repetir ensayos. Esto es especialmente preocupante con los resultados de los estudios finales sobre seres humanos o de fase III. Entonces, dijo, "la comunidad científica no aprendería de sus errores y los tratamientos experimentales dañinos, sin beneficios, se volverían a probar una y otra vez en los enfermos". FUENTE: BMJ Open, online 12 de noviembre del 2015.