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Un nacimiento con Jesús, María y José enjaulados: dura crítica a la política migratoria de Trump

Uno de los significados, con proyección religiosa y laica a la vez, de la celebración de la Navidad es que Jesús de Nazareth haya nacido, según la tradición, en un establo en Belén luego de que nadie más le proveyó a sus padres de refugio en su travesía. Los orígenes más humildes para el hijo de Dios y el imperativo de dar atención al más débil, al que busca refugio y al que nada tiene sino la esperanza son parte de los preceptos fundamentales de la ética del Cristianismo y en general de la justicia social.

El singular Nacimiento colocado en la Iglesia Metodista Unida Claremont, ubicada a unas 30 millas al este de Los Ángeles. (Facebook / Karen Clark Ristine)
El singular Nacimiento colocado en la Iglesia Metodista Unida Claremont, ubicada a unas 30 millas al este de Los Ángeles. (Facebook / Karen Clark Ristine)

Y ese mensaje tiene, fuera del contexto religioso o tradicional, fuertes resonancias adicionales en el presente: un ejemplo es la imagen del Belén o Nacimiento, que presenta la escena de la Natividad de Jesús, que fue reinterpretada por los fieles de la Iglesia Metodista Unida Claremont, ubicada a unas 30 millas al este de Los Ángeles, como una severa crítica a la ruda política del gobierno de Donald Trump hacia los migrantes.

En esa iglesia, la representación de la Natividad se expresó colocando a María, José y el niño Jesús cada uno dentro de una jaula distinta, separados rudamente. Justo como las autoridades de inmigración han hecho en la frontera con multitud de familias migrantes que llegaban a Estados Unidos para pedir asilo, tras huir de la violencia y la miseria en sus países de origen.

“En tiempos cuando en nuestro país familias refugiadas buscan asilo en nuestras fronteras y son separadas contra su voluntad, consideramos a la más famosa familia de refugiados del mundo, Jesús, María y José, la Sagrada Familia… ¿Qué habría sido si esa familia buscara refugio hoy en nuestro país? Imaginen a José y María separados en la frontera y a Jesús… arrebatado a su madre y puestos tras rejas en un centro de detención de la Patrulla Fronteriza al igual que a más de 5,500 niños en los pasados tres años”, comentó Karen Clark Ristine, reverenda en la citada iglesia, en un post de Facebok.

La severa crítica contra la política de inmigración del gobierno y el hondo llamado a expresar compasión y solidaridad que expresa la escena de Nacimiento en la iglesia Claremont son notables y han generado interés y reflexión en su comunidad y, vía la viralización del post en Facebook, también a escala mucho mayor.

En ese post, que ha sido compartido 22,000 veces y comentado por más de 10,000 usuarios en Facebook, se registra el impacto que ha tenido la crítica expresada en esa escena del Belén tras las rejas.

Algunos encuentran ofensa, o lo ven como algo blasfemo. “Esto es muy ofensivo. ¡Quítenlo! ¡Tú debes ser removida de tu posición”, dijo en un comentario Angela Henderson en alusión al nacimiento y a la reverenda Ristine. Y varios la criticaron señalando que María y José no eran refugiados sino que viajaban para participar en un censo y deploraron que se mezclaran cuestiones religiosas con políticas. Algunos de esos reproches incluyeron afirmaciones punzantes, incluso de corte xenófobo o sexista, criticando a Ristine por ser mujer.

En cambio, Doug Cottrill dijo: “Gracias pastora Ristine por mantener esto en nuestra conciencia en esta temporada. Y a quienes les enoja que esta iglesia esté ‘arruinando’ la temporada navideña les pregunto: ¿están tan enojados con la escena de la Natividad mostrada como con las políticas de Trump separando a familias refugiadas y si es así, por qué?”.

Muchos otros comentarios en uno y otro sentido respondieron a ese post. Y, sea como sea, el nacimiento de la iglesia Claremont atrajo atención y motivó discusión a gran escala.

Otra iglesia en Los Ángeles, en el área de Los Feliz, también colocó un Belén que alude críticamente a la separación y encarcelamiento de los migrantes, en este caso de Jesús, María y José, como relató la televisora ABC7.

Al final, aunque muchos han debatido sobre esas expresiones, lo cierto es que la cruel política de separación de familias y reclusión de inmigrantes, incluidos menores, en la frontera causó consternación e indignación a escala nacional e internacional. Tanto que el propio Trump emitió en su momento una orden ejecutiva para detener esa política.

“Vamos a tener fronteras fuertes, muy fuertes, pero vamos a mantener a las familias unidas. No me gusta la visión o el sentimiento de familias que son separadas”, dijo en 2018 el presidente de acuerdo a la radio pública NPR.

La necesidad de un trato justo, humano y solidario a los migrantes que llegan a pedir asilo a las fronteras estadounidenses es, en todo caso, un imperativo moral indiscutible.