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La herramienta que vigilará la diversidad en el cine, ¿necesidad o censura?

La diversidad y la inclusión serán mirados con lupa en el cine.
La diversidad y la inclusión serán mirados con lupa en el cine.

El racismo y el sexismo han estado irremediablemente extendidos a lo largo de la Historia del Cine. Infinidad de películas han mostrado una manera particular de ver la vida desde puntos de vista que en la mayoría de las ocasiones han guardado conceptos estereotípicos que no han favorecido a diferentes razas o géneros. Por eso, la actriz estadounidense, Geena Davis, anunció recientemente que Disney comenzará a utilizar una herramienta digital que analizará guiones y películas ya realizadas con el fin de identificar esos estereotipos y corregirlos para el futuro.

Esta técnica de Inteligencia Artificial se llama GD-IQ y se define como “una herramienta de intervención que sirve para infundir diversidad e inclusión en el mundo del entretenimiento”. Davis es la fundadora del Instituto de Género en los Medios y junto a la Escuela de Ingenieros Viterbi de la Universidad del Sur de California y Google, han desarrollado este método con el que determinarán el porcentaje de aparición e intervención de personajes según sus géneros, razas, identidades LGBTQIA y discapacidades. El objetivo es dar más visibilidad a este tipo de roles en un cine que, según los análisis de GD-IQ, favorecen claramente la presencia masculina sobre las demás.

“Colaboraremos con Disney para usar esta técnica que ayudará al proceso de toma de decisiones e identificará oportunidades para incrementar la diversidad e inclusión en los guiones que reciban. Estamos entusiasmados con las posibilidades de esta tecnología y animamos a todo el mundo a que se ponga en contacto con nosotros para probarla”, afirmó Davis durante una charla en Nueva Zelanda.

Geena Davis presentó la nueva herramienta digital (REUTERS/Mario Anzuoni)
Geena Davis presentó la nueva herramienta digital (REUTERS/Mario Anzuoni)

En caso de que esta herramienta se aplique de manera generalizada, ¿cómo afectará al mundo del cine? ¿Pondrá trabas contra la creatividad? ¿Servirá realmente para que haya una representación igualitaria en la gran pantalla? ¿Qué efectos secundarios puede tener esta medida?

Probablemente, si el GD-IQ se hubiera aplicado hace décadas, quizás clásicos del cine y la televisión nunca hubieran visto la luz. Incluso contenido etiquetado como ‘Disney’ que tanto han influido en diversas generaciones hubieran quedado guardados en un baúl. Dumbo, La Sirenita, La Cenicienta, Blancanieves o la Bella Durmiente, nunca hubieran visto la luz. Eso sin hablar de otros clásicos cuyo contenido no es infantil. Es difícil medir el impacto que hubiera tenido en la humanidad el no haber estrenado estos títulos; también es complicado cuantificar de qué manera estas películas han potenciado estereotipos en diferentes generaciones.

Según la teoría de Davis, y no le falta razón, es necesario que haya más representación de raza, género, identidad y discapacidad, sin embargo, la aparición del GD-IQ y su utilización no está solucionando el asunto de raíz e incluso puede ser interpretado como una herramienta de censura que podría impactar en el proceso creativo de los guionistas.

No son solamente las películas las que potencian estereotipos, sino los libros y en muchísimas ocasiones, esas cintas nacieron a raíz de las novelas e historias infantiles, como el caso de muchos de los títulos anteriores. ¿Significaría entonces que habría que readaptar esas historias a la gran pantalla de manera que los personajes se adaptaran a los requerimientos de diversidad marcados por esta nueva herramienta? No hablemos ya de las artes pictóricas o de la música.

Disney se tomará en serio el ser más inclusivos en su contenido.
Disney se tomará en serio el ser más inclusivos en su contenido.

Toda expresión artística nace de los diferentes contextos en los que han vivido y viven sus autores. El que un escritor o un guionista no sea inclusivo en sus creaciones es porque su creatividad está yendo por otro lado, porque su sensibilidad está condicionada por sus circunstancias, y porque sus perjuicios inconscientes no le permiten ver más allá de sus propios sentimientos. La solución a este problema real no está en que Disney use el GD-IQ para medir cuánto tiempo de pantalla tiene un joven en silla de ruedas, un personaje africano o una persona de género neutro; tampoco reside en los comerciales en los que marcas como Nike tocan nuestra fibra sensible para promover la igualdad. La solución reside en que esas compañías contraten en sus equipos a personas de diferentes géneros, razas, identidades y condiciones. No solo eso, sino que formen parte de las posiciones ejecutivas, esas que durante décadas han decidido qué tipo de contenido es el conveniente y cuál no.

El cine no es más que una representación ficticia - o no - de lo que sucede o podría suceder en la realidad. Si en lugar de hacer malabarismos con la censura creativa, los ejecutivos de las grandes productoras se dedicaran a predicar con el ejemplo, quizás así promoverían un cambio que es necesario, pero desde la raíz, no desde un punto aleatorio.