La fórmula 'mágica' para deshacerse rápido de los migrantes en México
La caravana migrante ya abarca prácticamente todo el territorio nacional en su parte sureste, centro y noroeste y eso ha encendido alertas en al menos 5 estados, cuyas autoridades no quieren hacer lo mismo que la Ciudad de México y mantenerlos por días en albergues. Y para eso encontraron la solución ideal para, literalmente, deshacerse de cientos de centroamericanos.
Bajo una medida que en un principio se vende como de solidaridad por parte de los gobernadores, en los estados de Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora se les está proporcionando autobuses.
No se trata de llevarlos hasta su destino final, que es la frontera con EEUU, sino de subirlos a unidades de transporte y bajarlos en donde terminan los límites de su estado. Así, el gobierno de Jalisco los deja en la línea que los separa de Nayarit y ahí repiten el mismo sistema para no tener que lidiar con ellos, máxime que aún tienen la emergencia de damnificados afectados por el paso del huracán Willa.
El sistema ha funcionado y la caravana, que a paso lento cruzó por Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla y la Ciudad de México, se desplaza a gran velocidad luego de llegar a Jalisco.
Sinaloa y Sonora son los dos últimos tramos donde también los esperan autobuses hasta llegar a la única frontera donde ya no pueden pasar: Tijuana, Baja California, donde se está conformando una olla de presión pues los migrantes, en su mayoría centroamericanos, saben que no podrán aplicar el mismo método de dar ‘portazo’ en las garitas que dan acceso a Estados Unidos, menos después de las medidas de seguridad tomadas por el gobierno de Donald Trump, con las cuales se pusieron nuevas barricadas y alambre de púas, además de instalar a miles de elementos militares.
El miércoles de esta semana ocurrió la primera protesta en México contra la caravana migrante fuera de las redes sociales. Vecinos de la colonia Playas de Tijuana se manifestaron y casi llegaron a los golpes con los migrantes por querer instalar ahí un campamento.
Aunque Tijuana es la ciudad fronteriza de México por excelencia, difícilmente podrá atender a los miles de migrantes que le estarán llegando a una velocidad que no se tenia prevista, gracias a la técnica de los autobuses de los otros estados. Y es que ninguna entidad de la república tiene la capacidad de reacción, ni los protocolos y recursos de la capital, donde se habilitó una macro albergue en la Ciudad Deportiva para recibir y alimentar a más de 5 mil migrantes en su punto más alto, con un costo de 12 millones de pesos, de acuerdo con datos proporcionados por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva.
Cabe destacar, que esa cifra millonaria no implica que sea un gasto con recursos del presupuesto de la capital. Al menos no del todo. Así lo confirmó Amieva, quien dijo que ese es el gasto total entre la CDMX, el el equipo de transición de Claudia Sheinbaum, las alcaldías, la Comisión de Derechos Humanos u la sociedad civil, de donde han surgido muchos donativos y voluntarios.
Como se tenía previsto, el problema no será el tránsito de la caravana migrante a lo largo de todo el territorio nacional. El problema será cuando Tijuana se convierta en el cuello de botella de un éxodo masivo. La cuenta regresiva con los migrantes llegará a ceros antes de lo previsto por la fórmula que encontraron los gobernadores de deshacerse de ellos.
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