La FIFA y su absurda nominación a fan del año: un padre por darle biberón a su bebé
Alimentar a un bebé no tendría que ser considerado algo excepcional, aunque se haga dentro de un estadio.
La FIFA anunció las nominaciones para las diferentes categorías de los premios The Best que, como indica el nombre, premian a lo más selecto del universo futbolístico año tras año. Sin embargo, una nominación se robó la atención de la opinión pública. Fue la que premiará al mejor aficionado del año. Uno de los candidatos es un hincha del club Colón de Santa Fe, que durante un partido de la liga argentina, en mayo pasado ante Barracas Central, fue captado mientras le daba el biberón a su hijo.
El aficionado tiene como nombre Daniel Iñiguez, y se dijo sorprendido por la noticia. "Me enteré esta mañana. Es una locura, pensé que solo era una imagen viral", señaló en entrevista para Radio Aire. El argumento de la FIFA para contemplarlo en la nominación es el siguiente: "La tierna escena captó el deseo de este aficionado por transmitir a su hijo el amor por los colores del club desde bien pequeño".
La terna también cuenta con la presencia de la fan inglesa Fran Hurndall, que durante 32 días recorrió 32 kilómetros, con el balón pegado al pie, de Gold Coast a Sídney, Australia, para inspirar a las niñas y mujeres a alcanzar sus metas. Su travesía constante sirvió para recaudar fondos destinados a la fundación Women Sport Australia. La nominación concluye con Miguel Ángel, aficionado de Millonarios de Bogotá, que padecía una enfermedad terminal y, antes de recibir la eutanasia, pidió conocer a los jugadores del plantel, deseo que le concedido en la previa de un cotejo ante Alianza Lima.
La iniciativa de la FIFA tiene una intención que debe reconocerse, porque hay una idea diferente: premiar a los aficionados, el factor que hace del futbol una megaindustria a nivel mundial. Sin ellos, nada sería lo mismo. Sin embargo, la nominación de Daniel Iñiguez entraña un problema de interpretación que excede el ámbito futbolístico. Y no, él no tiene nada de culpa. De hecho, como la FIFA lo dice, la imagen sí que es tierna —aunque algunas personas objetaron lo riesgoso que puede ser acudir con un bebé a un partido del futbol argentino—. Pero no debe perderse de vista que ver a un padre dando el biberón a su hijo no debe ser considerado algo excepcional.
Esa es más bien la imagen que se ha construido en el imaginario colectivo: que si un hombre se involucra en tareas de crianza, o en las del hogar, está realizando una labor heroica. Y es ahí donde radica el error de interpretación de la FIFA. La imagen puede causar ternura, pero no debe ser vista como loable, porque al hacerlo, se está considerando que las tareas de crianza ejecutadas por hombres ameritan un reconocimiento sólo por eso: porque son realizadas por hombres.
Además, aunque eso ya abarca otras interpretaciones, es muy subjetivo afirmar que le está transmitiendo la pasión por el futbol únicamente porque le está dando un biberón en un estadio. Finalmente, este premio queda abierto a la valoración de las personas (que con su votación elegirán al vencedor) y su fin, cabe recordar, es darle un sitio en la gala a los fans, el corazón de este deporte. Pero queda claro que la visión está tergiversada: alimentar a un bebé es una obligación, de padre y madre, de ambos, no un acto heroico.
Y una obligación cumplida, así sea en un estadio de futbol, no puede ameritar un reconocimiento excepcional. Es lo que es y punto. Vale recordarlo: al padre no puede hacérsele ningún reproche, pero tampoco puede caerse en la errada visión de convertirlo en un ejemplo cuando está haciendo lo elemental, lo que todo padre, y madre, debería hacer.
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