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La fascinante ‘cascada de fuego’ de Yosemite

Cada año, un espectáculo natural fascina a quien lo contempla en las inmensidades del parque nacional Yosemite, en California. Se trata de la llamada “Firefall” o “cascada de fuego”, un fenómeno que a ojos del espectador parece tratarse de una suerte de flujo ígneo, como de llamas o lava de intensa coloración roja y amarilla, que fluye desde la cima de la montaña El Capitán y cae por cerca de 500 metros, casi como si se tratara de un sutil manantial volcánico.

En realidad, no habría fuego ni calor en ello, sino que se trata de un efecto óptico producido cuando la luz del sol incide en un flujo líquido, una cascada de agua, que estacionalmente brota de la cima de El Capitán y la ilumina con vivos colores rojos y amarillos.

El fenómeno, de acuerdo al sitio web del Parque Nacional Yosemite, ocurre solo durante unas pocas semanas de febrero si las condiciones meteorológicas lo permiten. Y cuando eso sucede, como en la actualidad, la “cascada de fuego” atrae a fotógrafos y entusiastas de múltiples regiones, fascinadas por beberse con los ojos y las cámaras ese flujo de agua, luz, color y apariencia de fuego.

Para quienes lo miran desde el área de picnics en torno a El Capitán, como comentó la cadena CNN, se trata de una experiencia encantadora y efímera. Durante unos 10 minutos la montaña se transforma, la luz y el agua parecen rocosa lava incandescente y la naturaleza aporta un momento de singular esplendor. Muchas personas que lo han presenciado y fotografiado comparten sus imágenes en redes sociales, en donde también fascinan por su esplendor.

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La ‘Firefall’ o ‘Cascada de fuego’, fenómeno natural creado por luz solar que colorea el agua que cae del monte El Capitán, Yosemite. (Flickr/Steve Corey)

Curiosamente, en alguna época la maravilla del “Firefall” tuvo un competidor producido artificialmente, cuando entre 1872 y 1968, durante los veranos, gran cantidad de carbones encendidos eran arrojados desde la cima montañosa conocida como Glacier Point, también en Yosemite.

Eso simulaba una suerte de flujo de fuego, en cierto modo similar a lo que naturalmente ocurre en el “Firefall”, y era realizado por los dueños de un hotel cercano como atracción turística. A finales de los años 60, esa práctica fue suspendida e, incluso, el propio hotel –Glacier Point Hotel- que la impulsaba acabó destruido en un incendio y nunca fue reconstruido.

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La ‘cascada de fuego’ artificial que los dueños de un hotel creaban arrojando carbones encendidos desde Glacier Point, Yosemite. (Wikimedia Commons)

Por suerte, la “cascada de fuego” límpida y brillante persiste y vuelve cada año para encender la imaginación y exaltar la naturaleza.