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La extraña prueba de la sopa que Thomas Edison les hacía a quienes le pedían trabajo

Las entrevistas de trabajo son etapas comunes en el proceso de contratación, y aunque hay quien afirma que su utilidad es variable -y que tienden a favorecer a las personas que son más proclives a la argumentación y no necesariamente detectan talentos y habilidades-, se trata de herramientas muy usadas en las actividades de las áreas de recursos humanos. A fin de cuentas, el trato personal es para muchos clave para decidir a quién incorporar al equipo de trabajo.

Thomas Alva Edison (1847-1931), uno de los inventores más prolíficos, en su laboratorio en West Orange, New Jersey. (Hulton Archive/Getty Images)
Thomas Alva Edison (1847-1931), uno de los inventores más prolíficos, en su laboratorio en West Orange, New Jersey. (Hulton Archive/Getty Images)

Ese era también el caso de Thomas Edison, uno de los inventores más destacados, aunque él tenía peculiares técnicas para seleccionar a su personal, sobre todo aquel que se integraría a sus labores de investigación.

Según se narra en posts en Medium, Inc y otros sitios, el arma secreta en las decisiones de reclutamiento de Edison era… una sopa.

Autores como Andre Martin y Jessica Stillman cuentan que para evaluar si un candidato a cierto puesto en su equipo, sobre todo en lo relacionado a sus asistentes de investigación, era la persona apropiada, Edison invitaba a esa persona a comer. Y uno de los platos que se servían era sopa.

Martin explica que "la razón para esta prueba de la sopa es que el famoso inventor quería ver si los solicitantes añadían sal y pimienta antes de probar lo que estaba en su plato o si esperaban hasta haberlo probado para luego sazonar. Edison inmediatamente rechazaba a quienes sazonaban prematuramente, pues él consideraba que no quería empleados que se basaran en presunciones [es decir que había que sazonar de entrada la sopa]. En su opinión, aquellos que se contentaban con seguir nociones preconcebidas no tenían lugar en su negocio porque la ausencia de curiosidad y la falta de deseo de hacer preguntas eran contrarias a la innovación".

En cambio, cabe suponer, quien prueba la sopa y con base en los datos de su experimentación decide sazonarla o no, sí llenaba los estándares de Edison.

La prueba de la sopa era, se cuenta, una técnica usada por Thomas Edison para decidir si contrataba o no a una persona. (Getty Creative)
La prueba de la sopa era, se cuenta, una técnica usada por Thomas Edison para decidir si contrataba o no a una persona. (Getty Creative)

Ciertamente, la técnica de la sopa de Edison no resulta muy aplicable en el entorno actual de los recursos humanos y, cabe señalar, no es que el inventor de repente le plantara un plato de sopa a un candidato durante una entrevista para ver qué hacía.

En realidad, la citada prueba de la sopa se daba durante una invitación a comer que Edison le extendía a la persona, algo que presumiblemente no es muy viable en el presente mundo de las decisiones de recursos humanos.

Pero Stillman comenta que es el concepto de la prueba de la sopa lo que sí resulta de utilidad en el mundo actual: poner a la persona a prueba ante una situación de la vida real, y vinculada de modo relevante con el puesto y las actividades del trabajo del que se trate, para ver cómo reacciona. De ese modo, más que el simple hablar durante una entrevista, esa prueba aporta elementos y datos sobre el comportamiento, las actitudes y los talentos de la persona que permiten evaluar mejor si es la apropiada para cierto puesto.

El propio Edison, se cuenta, no solo recurría a la prueba de la sopa y se dice que era común que les preguntara a los candidatos cosas inesperadas, pues al parecer le importaba mucho el nivel de inteligencia y cultura general de quienes serían parte de su equipo.

Thomas Edison realiza un experimento en su laboratorio, en una foto tomada hacia 1910. (FPG/Archive Photos/Getty Images)
Thomas Edison realiza un experimento en su laboratorio, en una foto tomada hacia 1910. (FPG/Archive Photos/Getty Images)

Así, comenta Martin, Edison podría de repente preguntarle a un solicitante de empleo cosas como ¿cómo se obtienen las ciruelas pasas?, ¿quién inventó la imprenta? o ¿qué es el fieltro?

Al final, pequeñas cosas como el momento de añadir sal y pimienta o la solución a una trivia inesperada pueden tener repercusiones importantes, y ese era al parecer el caso en las decisiones de contratación de Edison.

Por ello, recomiendan los expertos, la próxima vez que tenga una entrevista de empleo ponga atención no solo a los discursos y a los grandes planteamientos sino también a las pequeñas cosas y gestos y, sobre todo, tenga la menta abierta para responder a lo inesperado. Tanto del lado del empleador como del posible empleado.

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