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La extraña historia del cargamento de oro que llevó al FBI a excavar en un bosque (y lo ha puesto en entredicho)

Historias de tesoros escondidos son comunes en muchos países: barcos hundidos con su carga de maravillas o cofres llenos de riquezas enterrados durante tiempos de crisis para resguardarlos pero que jamás son recuperados.

La mayoría no son sino leyendas y aunque muchos se han lanzado en busca de esos tesoros, por lo general se quedan con las manos vacías. Pero, ¿qué pasa cuando el protagonista del asunto es el FBI? Que la agencia de procuración de justicia federal de Estados Unidos se dedique a cavar en pos de oro enterrado es ciertamente curioso, pero eso es lo que sucedió en 2018, de acuerdo a información recientemente revelada.

Dennis Parada (der.) y su hijo Kem Parada en el sitio donde el FBI excavó supuestamente en busca de oro enterrado durante la Guerra Civil de EEUU. (AP Photo/Michael Rubinkam, File)
Dennis Parada (der.) y su hijo Kem Parada en el sitio donde el FBI excavó supuestamente en busca de oro enterrado durante la Guerra Civil de EEUU. (AP Photo/Michael Rubinkam, File)

Hace casi tres años, el 13 de marzo de 2018, agentes del FBI llegaron a un remoto lugar en un bosque de Pensilvania, 220 kilómetros al noreste de Pittsburgh, reportó la agencia AP con base en emails y documentos oficiales recientemente divulgados.

En ese sitio, llamado Dent’s Run, cuya ubicación exacta no ha sido especificada por el FBI, la leyenda cuenta que fue enterrado en 1863 un gran cargamento de oro propiedad del gobierno de la Unión que, supuestamente, iba en camino a la casa de moneda de Filadelfia.

Pero en esa época, en plena Guerra Civil estadounidense, ese oro habría sido robado o se habría perdido y habría sido enterrado, quizá por personas que pensaron ir a buscarlo después, cuando los tiempos fueran más propicios.

Muchos a lo largo del país, y eso ha sucedido en otros lugares y épocas, se han lanzado en pos de misteriosas riquezas escondidas durante la Guerra Civil, y en el caso de Dent’s Run los buscadores de tesoros Dennis y Kem Parada, padre e hijo y ambos propietarios de la compañía Finders Keepers, llevaban años tratando de hallar el legendario oro enterrado.

En enero de 2018, los Parada dijeron que al usar un detector sofisticado identificaron lo que sería una gran masa de metal enterrada en un paraje en Dent’s Run. Ellos supusieron que era el oro escondido y entonces acudieron al FBI, pues como el sitio donde se encontraba enterrado el supuesto tesoro era de propiedad estatal, correspondía al FBI obtener la orden judicial para poder excavar. Eso además de que, de existir, ese oro sería propiedad del gobierno estadounidense.

En un email recién divulgado y originalmente considerado confidencial, K. T.Newton, fiscal federal asistente en Filadelfia, dijo que “creemos que [la masa enterrada que sería el supuesto tesoro] mide entre 3x5x8 y 5x5x8” pies, es decir algo que podría medir más dos metros y medio de largo por un metro y medio de alto y ancho.

De tratarse de oro, podrían ser varias toneladas con un valor que podría sumar millones de dólares.

Pero, se afirma, cuando los agentes del FBI excavaron en el lugar no hallaron el supuesto tesoro.

El FBI no ha dado detalles al respecto, pero de acuerdo a AP sí confirmaron que sus agentes se habrían presentado a una excavación autorizada por una corte basada en "evidencia que sugiere que se trataría de un sitio de patrimonio cultural”.

Los Parada no creen que en la excavación no se haya encontrado nada y lograron por vía judicial que se revelaran documentos al respecto. En ellos se establecería que en efecto el FBI estaba en busca de ese supuesto oro. Y los resultados del rastreo hecho con un gravímetro, un equipo de detección, señala AP, habrían indicado que en el citado lugar estaba bajo tierra una masa metálica de gran tamaño y de la densidad propia del oro.

Con todo, expertos consultados señalan que aunque los gravímetros aportan información útil en la exploración minera y de otros yacimientos, sus resultados por sí mismos no son prueba de lo que hay enterrado.

Solo excavando puede eso ser clarificado y según se indica el FBI no habría encontrado nada. A los Parada no se les permitió estar presentes durante la excavación y solo se les dejó aproximarse dos días después. Vieron solo un gran agujero vacío, de acuerdo a AP.

No había allí tal oro y "el FBI rechaza inequívocamente cualquier alegación o especulación de lo contrario", dijo un vocero.

Con todo, cuando Audrey Miner, cabeza del equipo legal del Departamento de Conservación y Recursos Naturales de Pennsylvania, le preguntó a la fiscal Newton al respecto, ella dijo que "no tenían más evidencia científica, distinta a aquella en la que se basó la excavación, de que haya oro escondido en el área", pero tampoco descartó que ese oro pueda existir.

Es decir, el misterio persiste y, tres años después de la excavación, los Parada siguen en su afán de averiguar qué es lo que pasó. Y muchos creen que si el FBI se involucró en la búsqueda de ese oro es porque realmente suponía que podría estar enterrado en Dent’s Run. Y quizás sigue allí.

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