Atrapan in fraganti a la esposa de un alcalde de EEUU que se fue de fiesta a un bar en plena pandemia

Quedarse en casa salvo para actividades esenciales es clave para frenar la epidemia de coronavirus y, en buena medida, es un imperativo tanto de salud como moral para proteger la salud individual y la de la comunidad.

Pero la esposa del alcalde de la ciudad de Alton, Illinois, al parecer pensó otra cosa y asistió sin empacho a una fiesta que se realizó en un bar de esa localidad en abierto desafío de la orden de quedarse en casa vigente en todo el estado, establecida el pasado 21 de marzo.

Unos tragos en el bar Hiram's en Alton, Illinois. Allí, la policía dispersó una fiesta ilegal el pasado domingo, que se realizó en plena epidemia de coronavirus y en desafío de la orden estatal de quedarse en casa. (Facebook/HiramsBar219)
Unos tragos en el bar Hiram's en Alton, Illinois. Allí, la policía dispersó una fiesta ilegal el pasado domingo, que se realizó en plena epidemia de coronavirus y en desafío de la orden estatal de quedarse en casa. (Facebook/HiramsBar219)

El propio alcalde de esa localidad, Brant Walker, consideró que su esposa mostró una “pasmosa falta de juicio” y se dijo avergonzado por lo que ella hizo, desoyendo no solo las instrucciones del gobierno sino las de los médicos y del sentido común, en momentos de aguda epidemia de COVID-19.

De acuerdo a Newsweek, la policía de Alton identificó que dentro del bar Hiram’s Tavern había una concentración excesiva de personas a eso de la 1 am del pasado domingo 5 de abril. La orden de quedarse en casa de Illinois prohíbe reuniones de más de 10 personas. Por añadidura, esa reunión en ese bar se hizo en abierto desafío de esa orden, pues sería obvio que los administradores del bar y los asistentes sabían que realizar esa fiesta en medio de la epidemia era una violación.

Por ello, la policía acusó a todos los presentes en ese sitio de una falta de conducta peligrosa. Incluida la esposa del alcalde.

Y, por añadidura, sobre el dueño del bar, Hiram Y. Lewis, pesaba una orden de aprehensión por violencia doméstica, por lo que fue arrestado por la policía.

“Ella ahora enfrenta las mismas consecuencias por su desatinada decisión que las otras personas que eligieron violar la orden de quedarse en casa durante este incidente. Estoy avergonzado…. y pido una disculpa a los ciudadanos de Alton por cualquier vergüenza que este incidente pueda causarle a la ciudad”, dijo Walker sobre las acciones de su esposa.

Ciertamente los que incurrieron en esa violación en contra del necesario distanciamiento social están sujetos al escarnio público, pero lo que pueden haberle causado a su comunidad es mucho más grave que eso: esa concentración de personas –considerando que el coronavirus al parecer puede ser contagiado no solo por individuos con síntomas sino también por asintomáticos– podría provocar un severo brote de COVID-19 entre los asistentes y entre las personas cercanas a ellos, con su posible cuota de enfermedad, sufrimiento, agudización de la epidemia y, en el peor e indeseable de los casos, fallecimientos.

“Todos debemos hacer nuestra parte para aplanar la curva del COVID-19 para proteger nuestra salud y en algún momento resumir nuestras actividades normales”, dijo el alcalde Walker un tanto para el público en general y otro tanto, al parecer, como mensaje a su propia esposa.

Cumplir con los lineamientos de distanciamiento social y quedarse en casa es imperativo. En Alton, Illinois, y en todas partes.

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