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La escandalosa suma que pagó el vicepresidente de Venezuela por un anuncio en The New York Times

En un capítulo más de la batalla pública entre Estados Unidos y Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro acaba de autorizar la publicación de una carta abierta al secretario de Departamento del Tesoro en la que su vicepresidente, Tareck El Aissami, esgrime varios argumentos en su defensa.

Dejando atrás los canales habituales empleados por los gobiernos para definir sus posicionamientos en cualquier tipo de diferendo, esta vez el gobierno de Caracas, fiel al estilo altisonante heredado del difunto expresidente Hugo Chávez, ha optado por la más grandilocuente de las vías: la publicidad a página completa en uno de los diarios más leídos e influyentes del planeta.

Carta de Tareck El Aissami al Dpto del Tesoro. Foto de EFE
Carta de Tareck El Aissami al Dpto del Tesoro. Foto de EFE

“Le escribo como ciudadano venezolano y en mi capacidad de vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, a fin de responder a las sanciones ordenadas contra mí por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de EEUU, el pasado martes 13 de febrero”, comienza el documento dirigido a Steven T. Mnuchin.

En el mensaje, el recién nombrado vicepresidente venezolano acusa a Mnuchin de estar “engañado” por sectores políticos y cabilderos, opositores todos al gobierno de Nicolás Maduro, quienes pretenden que las relaciones entre su país y Estados Unidos se vean deterioradas.

Lo inquietante de esta última reacción desde Venezuela es que, a pesar de firmar la carta abierta como un “ciudadano venezolano”, seguramente muy pocos ciudadanos de esa nación estarían en condiciones financieras para poder pagarse una publicidad -cualquiera que esta fuera- a página completa en The New York Times.

Aunque la cifra de la transacción no ha sido revelada, según estimados esta podría fluctuar entre los 100.000 y los 175.000 dólares. De ahí que no pocos se hayan hecho un par de preguntas: ¿Quién paga realmente esta publicación? ¿Cuántas cosas se hubieran podido hacer con ese mismo dinero en un país que sufre cada día niveles alarmantes de carestía, desatención e inseguridad social?

¿Quién paga, finalmente? ¿Lo habría financiado el propio El Aissami? ¿Podría un simple funcionario de un gobierno latinoamericano poseer semejante suma de dinero y, sobre todo, emplearla para una publicación de este tipo? ¿Se trata, acaso, y una vez más, del petróleo venezolano?

Tareck El Aissami (izq) y el presidente Nicolás Maduro. Foto: AFP
Tareck El Aissami (izq) y el presidente Nicolás Maduro. Foto: AFP

Mientras El Aissami victimiza a Venezuela y acusa a la vecina Colombia como el real flagelo en cuanto al tema del narcotráfico en la región, con los fondos empleados para financiar su publicación podían haberse sostenido durante meses los centros para la atención a las personas mayores, que son las principales víctimas de la crisis económica que atraviesa el país.

“Venezuela combate también los carteles de drogas porque nuestro país y nuestro pueblo son víctimas del narcotráfico -prosigue la carta abierta del vicepresidente-, en particular de la poderosa industria colombiana de las drogas ilegales, la principal proveedora de las drogas que inundan las calles de Estados Unidos y Europa”.

Más allá del flagrante despilfarro de una suma considerable que persigue defender lo indefendible a través de la prensa libre, vale la pena anotar además la manera en la que el gobierno de Maduro ha coartado la libertad de expresión en su país y ha maniatado a los medios de prensa que critican sus políticas.

El tinte exculpatorio de la carta pública aparecida en The New York Times, ya tuvo un antecedente en unas declaraciones realizadas por el propio El Aissami el pasado 19 de febrero, cuando, de acuerdo con un reporte de la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), dijo: “La verdad va a vencer sobre el odio, la infamia y las agresiones”; un estilo grandilocuente muy similar al empleado durante años por el gobierno de Fidel Castro en Cuba.

Este episodio vinculado a un medio de prensa de Estados Unidos recuerda la publicidad que en marzo de 2004 apareció a página completa en el mismo rotativo neoyorkino, instando a la liberación de los cinco espías cubanos encarcelados en Estados Unidos desde 1998.

Las acusaciones contra El Aissami

Hace apenas unas semanas El Aissami fue incluido en una “lista negra” del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por su supuesta vinculación al tráfico internacional de drogas.

El político venezolano asegura que mientras dirigió las fuerzas de seguridad de su país el combate contra las drogas alcanzó “el mayor progreso de nuestra historia y del hemisferio oeste tanto en términos de negocios transnacionales de tráfico de drogas y sus estructuras logísticas”.

Las sanciones derivadas de la entrada en esta lista del Departamento del Tesoro comprenden limitaciones al acceso a fondos en territorio estadounidense, así como el congelamiento de sus bienes en ese país.

Según el Departamento, El Aissami habría “facilitado los envíos de narcóticos desde Venezuela, incluyendo el control de los aviones que salen de una base aérea venezolana y los envíos de narcóticos de más de 1.000 kilos desde Venezuela en múltiples ocasiones, incluyendo los que tienen destinos finales de México y el Estados Unidos”.

Igualmente, el hombre fuerte de Nicolás Maduro estaría ligado a la coordinación de envíos de estupefacientes al grupo paramilitar Los Zetas.