La crueldad que forzó a una mujer a dar a luz sola en una prisión de EEUU

Estar en una prisión es una experiencia ruda, pero aunque se trate de una etapa de un proceso judicial o de la pena que legalmente corresponde a la persona encarcelada por haber cometido un delito, la reclusión debe realizarse con respeto a los derechos humanos y sin suponer crueldad o riesgo para la vida.

Por ello, el drama que vivieron Tammy Jackson, de 35 años, que padece de enfermedades mentales, y su bebé recién nacida en una prisión en Florida constituye, por lo que se ha revelado, un abuso intolerable que ha desatado indignación a escala nacional.

Tammy Jackson dio a luz sola, sin asistencia médica y dentro de una celda de aislamiento en la cárcel del Condado de Broward, Florida. Su caso ha desatado indignación. (Broward County Jail)
Tammy Jackson dio a luz sola, sin asistencia médica y dentro de una celda de aislamiento en la cárcel del Condado de Broward, Florida. Su caso ha desatado indignación. (Broward County Jail)

De acuerdo al relato de The New York Times, Jackson se encontraba en el periodo final de su embarazo dentro de la prisión del Condado de Broward, acusada de cargos de posesión de cocaína. Y estaba recluida en una celda de aislamiento, lo que por lo general se le aplica a reos conflictivos o cuyo proceso legal así lo impone, pero que en el caso de Jackson se había justificado, sin que se haya explicado a cabalidad el por qué, justo en el hecho de que ella se encontraba embarazada.

Así, la madrugada del pasado 10 de abril Jackson comenzó a sufrir fuertes contracciones, signo de que el parto había ya comenzado, y presa del dolor empezó a gritar y a golpear la puerta de su celda para pedir ayuda. Pero al estar en una situación de confinación, nadie le hizo caso por mucho tiempo. Según su abogado, la mujer pasó siete horas sin recibir ninguna clase de asistencia médica o medicación, pese a que ella decía a sus custodios que estaba sangrando y padecía fuertes dolores.

“Ella se vio forzada a doblarse y cachar a su bebé”, dijo su abogado, quien añadió que el hecho de que una persona dé a luz de ese modo resultó “una ofensa a la humanidad” de la madre. Que se encontrase encarcelada no implicaba que debiera ser ignorada, aislada y mantenida en ese estado.

Y aunque resulte perturbador, no es infrecuente que mujeres embarazadas sufran terrible experiencias mientras están recluidas en cárceles de Estados Unidos.

De acuerdo a la Unión Americana de Libertades Civiles, en las últimas décadas se ha disparado la cantidad de mujeres encarceladas y las prisioneras embarazadas en cárceles de Estados Unidos son con frecuencia encadenadas o sujetadas físicamente incluso durante el proceso de parto, una práctica que esa organización exige que debe terminar. La ACLU exige además que se respete y honre el derecho de toda reclusa a la atención médica adecuada durante la gestación y el parto o en caso de aborto.

Además, de acuerdo a CNN, la responsabilidad en el caso de Jackson, y de cualquier otro que implique asistencia médica dentro de una prisión, no solo le corresponde a las autoridades carcelarias sino también a las empresas contratistas que proveen servicios médicos y reciben recursos públicos para ello. La mayor empresa de ese sector, Wellpath, recibe cada año 1,500 millones de dólares por los servicios médicos que presta en cárceles estadounidenses. Esa compañía es, de acuerdo a la citada televisora, la responsable de la atención médica en la cárcel del Condado Broward en Florida y, por ende, de la atención que debió darse y no se dio a Jackson.

Wellpath, por añadidura, ha sido objeto de demandas (tanto directamente como en las empresas que se fusionaron para constituirla) por alegaciones de trato inhumano o negligente de mujeres embarazadas recluidas en al menos seis centros carcelarios en Estados Unidos. Incluso, dice CNN, esa mala atención habría provocado que se malograsen embarazos e incluso el fallecimiento de bebés al nacer.

Situaciones en que mujeres en plena labor de parto claman por ayuda desde sus celdas y no la reciben oportunamente o la obtienen de modo tardío o insuficiente se han documentado en las demandas contra Wellpath, incluidos casos en que una mujer tuvo un parto prematuro en el que, por no recibir atención oportuna, ella perdió gran cantidad de sangre y su bebé falleció. Otro caso reportado es el de una mujer cuyo bebé tenía el cordón umbilical enrollado en el cuello ante lo que el médico se negó a prestar ayuda. El bebé murió al nacer pero la empresa de servicios médicos negó que eso hubiese sido causado por su personal y alegó que la madre había consumido drogas durante la gestación.

La falta de atención médica o acciones negligentes que afectan a mujeres embarazadas en prisiones de EEUU no son infrecuentes, y varias demandas se han presentado por ello. (Getty Images)
La falta de atención médica o acciones negligentes que afectan a mujeres embarazadas en prisiones de EEUU no son infrecuentes, y varias demandas se han presentado por ello. (Getty Images)

En el caso de Jackson, poco después de dar a luz ella y su bebé recibieron finalmente asistencia médica, pero en realidad los médicos y personal de salud de la cárcel del Condado Broward no actuaron sino hasta que les comunicaron que la mujer tenía ya a su recién nacida en los brazos. Todo ello, que los abogados de Jackson consideran una severa negligencia, ha desatado ya una investigación en esa prisión.

En gran medida Jackson resultó afortunada, pues dio a luz sola y con enorme tensión –una omisión del personal de esa cárcel que resulta censurable e inhumana– pero no presentó complicaciones que, con punzante frecuencia, se dan durante el proceso de parto. Si algún problema mayor se hubiese presentado, posiblemente Jackson y su bebé habrían muerto allí mismo, en el abandono más cruel dentro de una celda de aislamiento.

Jackson permanece en la cárcel pero su bebé ha sido entregada a familiares y, de acuerdo al Post, se espera que pronto puedan reunirse.

Aunque aún debe realizarse una investigación de lo que le sucedió a Jackson, es de esperar que se haga justicia y, en su caso y en paralelo a lo que se defina en su proceso relacionado a drogas, se le den las compensaciones requeridas y se establezcan protocolos para evitar que una situación de crueldad de esa clase no se repita.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro