La creciente amenaza de las "bacterias pesadilla" resistentes a los antibióticos

La amenaza de bacterias resistentes a los antibióticos ha sido un espectro que ha perseguido a la medicina por décadas, y aunque esos fármacos se han desarrollado constantemente para ser más capaces de curar infecciones de diversa naturaleza, los microorganismos –en parte potenciados por un sobreuso de antibióticos– han generado resistencia en su afán de sobrevivir. Pero eso significa la posibilidad, y en ciertos casos una realidad ominosa, de que la humanidad encare enfermedades bacterianas muy agresivas y sin un tratamiento efectivo.

En un escenario radical, sería como remontarse a la época anterior al descubrimiento y uso de la penicilina. Eso no se ha dado aún a escala general y posiblemente nunca suceda. Pero sí han surgido ya bacterias con una resistencia tan amplia y fuerte a los antibióticos disponibles que en ocasiones simplemente no existe un tratamiento contra ellas.

Una ilustración elaborada por el CDC de una
Una ilustración elaborada por el CDC de una “bacteria pesadilla”, de resistencia inusual a los antibióticos. (AP/CDC)

Según un estudio del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 23.000 estadounidenses mueren al año de infecciones provocadas por microorganismos resistentes a antibióticos. Y algunas de esas cepas son resistentes de modo inusual a casi todos los tipos de antibióticos y han llegado, por ello, a ser denominadas “bacterias pesadilla”. 221 instancias de esas bacterias hiperresistentes fueron detectadas en Estados Unidos en 2017, según el CDC.

Ciertamente, la gran mayoría de los casos de bacterias resistentes a antibióticos se dan dentro de hospitales y con frecuencia son personas ya enfermas, inmunodeprimidas o con males crónicos las que son afectadas. Pero las bacterias resistentes pueden expandirse más allá de ese entorno, y ese es el escenario que resulta más perturbador porque esos microorganismos pueden ser capaces de pasar de una persona a otra con facilidad, incluso cuando el paciente portador no presenta síntomas, y con ello ampliar su presencia a más centros hospitalarios o incluso al exterior de ellos.

Algunos de esos gérmenes, además, tienen la capacidad de transmitir su “resistencia” genéticamente a otros microorganismos, por lo que se convierten en una suerte de bomba de tiempo potencial.

Por ello, la lucha por mantener contenidos y bajo control los casos de infecciones por bacterias resistentes, y más aún ante las “bacterias pesadilla”, es crítica y el CDC ha establecido protocolos a seguir en las instalaciones médicas y está permanentemente alerta para responder ante un brote. Especialmente significativo es poder identificar y atender rápidamente a pacientes que recibieron atención en instalaciones médicas en el extranjero y que podrían portar bacterias resistentes no conocidas o presentes localmente.

Además, se trabaja con otras instancias públicas y privadas para apoyar a expertos que estudian la materia, reducir el abuso de antibióticos y promover el desarrollo de nuevos fármacos.

La carrera, con todo, es vertiginosa y como señalaron expertos citados por Kaiser Health News, muchas bacterias resistentes han adelantado a los científicos y se han expandido en numerosos hospitales y clínicas estadounidenses.

Médicos y otros especialistas a escala internacional analizan continuamente casos de bacterias resistentes para mantenerlos bajo control, entender sus mecanismos y formular acciones para contenerlas y erradicarlas. (The Telegraph)
Médicos y otros especialistas a escala internacional analizan continuamente casos de bacterias resistentes para mantenerlos bajo control, entender sus mecanismos y formular acciones para contenerlas y erradicarlas. (The Telegraph)

Con todo, las capacidades de reacción del CDC y otras instituciones para identificar y contener casos de “bacterias pesadilla” son importantes. Pero los casos se acumulan poco a poco, como un “lento tsunami”, de acuerdo a Michael Osterholm, director del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota.

Así, al reconocer que la amenaza de esos microorganismos resistentes a los antibióticos es real y severa, y con capacidad de propagarse rápida y nocivamente, las autoridades de salud y los investigadores médicos realizan su parte para identificar, contener y neutralizar brotes y para delinear protocolos y políticas de salud apropiados para ello y para el uso y desarrollo de antibióticos y otras técnicas antibacterianas.

Y para las personas comunes, las recomendaciones del CDC son hablar con el médico para mantener bien tratados males crónicos, obtener las vacunas necesarias para prevenir enfermarse y ser más susceptibles de desarrollar infecciones y en general mantener una higiene apropiada y una conducta saludable.

Todo ello podrá ayudar a que las “bacterias pesadilla” no tengan un peligroso despertar a escala social.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro