"Por favor, hijo, renuncia al odio": la condena de un padre a su hijo por marchar con los supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia

El repudio a la violencia que grupos supremacistas blancos y neonazis desataron el pasado fin de semana en Charlottesville, Virginia, ha sido amplia y pronta en todo Estados Unidos, con algunas excepciones y el caso remiso (pero pertinente) del propio presidente Donald Trump.

Pero una de esas condenas ha sido singular por provenir directamente de la familia de uno de los participantes en la concentración de grupos de odio de ultraderecha que tuvo lugar el pasado sábado y, sobre todo, por el modo profundo y tajante con el que en ella se realiza un deslinde moral.

En una carta pública, un angustiado padre reclama a su hijo abandonar sus creencias de odio e intolerancia, que no aprendió en casa, donde se le enseñó tolerancia y respeto para todos, pues de lo contrario tendría que echar el cuerpo de sus propios familiares al horno, una alusión a una perturbadora referencia a los crematorios del Holocausto que, se cuenta, el propio hijo emitió ante sus padres.

Un grupo de nacionalistas blancos en Charlottesville, Virginia. (AP)
Un grupo de nacionalistas blancos en Charlottesville, Virginia. (AP)

Peter Tefft, residente de Fargo, Dakota del Norte, fue identificado como uno de los participantes de la reunión de supremacistas blancos realizada en Charlottesville. Él mismo se ha identificado en su página de Facebook como miembro de la llamada ‘derecha alternativa’ o ‘alt-right’ (un modo eufemístico de llamar a grupos de ultraderecha y proclividad a la intolerancia, el racismo y el fascismo) e incluso, como se reportó en Business Insider, Tefft mismo llegó a calificar a la manifestación en Charlottesville –en el que una mujer murió en un ataque terrorista y muchos resultaron heridos por la violencia desatada por grupos de odio– como “una victoria para nosotros… Nuestro movimiento saldrá fortalecido por Charlottesville”.

En respuesta a los actos y palabras de Tefft, su padre envió una carta al periódico The Forum, que se edita en Fargo. En ella Pearce Tefft, padre de Peter Tefft, condenó firmemente las acciones y actitudes de su hijo

La carta completa dice:

“Mi nombre es Pearce Tefft y les escribo a todos en relación a mi hijo menor, Peter Tefft, un declarado nacionalista blanco que ha aparecido en varias noticias locales durante los últimos meses. La noche del pasado viernes, mi hijo viajó a Charlottesville, Virginia, y fue entrevistado por un medio de información nacional mientras marchaba, se reportó, con nacionalistas blancos que presuntamente iban a matar a una persona.

Yo, junto a todos sus hermanos y su familia completa, deseamos repudiar enfáticamente la retórica y las acciones viles, llenas de odio y racistas de mi hijo. Nosotros no sabemos en dónde aprendió esas creencias. Él no las aprendió en casa.

Yo he compartido mi hogar y mi corazón con personas y conocidos de toda raza, género y credo. Yo he enseñado a todos mis hijos que todos los hombres y las mujeres fueron creados iguales. Que debemos amarnos los unos a los otros por igual.

Evidentemente Peter escogió olvidar esas lecciones, lo que a mí y a su familia nos angustia y nos rompe el corazón. Habíamos mantenido silencio hasta ahora, pero ahora vemos que fue un error. Fue el silencio de la gente buena lo que permitió a los nazis florecer en su primera ocasión, y es el silencio de la gente buena lo que les permite florecer ahora.

Peter Tefft, mi hijo, no es más bienvenido en nuestras reuniones familiares. Oro para que mi hijo pródigo renuncie a sus creencias de odio y vuelva a casa. Entonces y sólo entonces organizaré la celebración.

Sus opiniones cargadas de odio han traído esa retórica a sus hermanos, primos, primas y sobrinos además de a sus padres. ¿Por qué tenemos que ser culpables por asociación? Reitero, ninguna de sus creencias fue aprendida en casa. Nosotros no aceptamos, nunca lo hemos hecho y nunca lo haremos, esa torcida visión del mundo.

Él una vez bromeó: “El asunto con los fascistas no es que no creamos en la libertad de expresión. Ustedes pueden decir lo que quiera, Nosotros sólo los arrojaremos al horno”.

Peter, tú tendrás que arrojar nuestros cuerpos al horno también. Por favor, hijo, renuncia al odio, acepta y ama a todos”.

La carta de Pierce Tefft conmueve y alerta, además de ser una punzante condena a los actos de su hijo y en general de los grupos racistas y de odio, como los neonazis y los supremacistas blancos que se manifestaron en Charlottesville.

Reconocer que un hijo es parte de violentos grupos de odio, vinculados a infames ideologías, denunciarlo y repudiar sus actos y conductas y llamarlo directamente a abandonar esas creencias destructivas en aras de la tolerancia y el respeto es un acto de singular valor y potencia.

Y, aunque la carta alude a una familia, en cierto modo es un reflejo de la sociedad estadounidense, en donde personas y grupos –vinculados a ideologías violentas y racistas con raíces tan ominosas y repudiables como el nazismo o el KKK– han brotado a contracorriente de los valores nacionales y de las libertades y derechos generales. En ese sentido, la carta de Tefft es un llamado general a la reconciliación y a comprender que, más allá de las diferencias, la convivencia pacífica y la tolerancia, la justicia y el mutuo respeto son la vía que la nación debe seguir.

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