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La clave de la elección: por qué Macri se convirtió en Presidente

La clave de la elección: por qué Macri se convirtió en Presidente

Finalmente, las encuestas volvieron a fallar. Aquellas que vaticinaban una diferencia de 10 puntos quedaron muy lejos de los 2.80 que terminó sacando. Lo concreto: Macri cumplió su sueño, ese que venía gestando desde hace años y que cuidaba celosamente sin presentarse elecciones hasta no estar absolutamente seguro de que podía ser posible: suceder a Cristina Fernández de Kirchner y ponerle un punto final al kirchnerismo. Pero por sobre todas las cosas, una primordial: convertirse en el presidente de la República Argentina.

Los factores que explican el triunfo son varios. La llamada por la oposición “campaña del miedo” o “campaña de concientización” del lado del kirchnerismo no fue del todo efectiva y arrojó, en parte, a un electorado cansado del oficialismo a inclinarse por Macri. La derrota en la Provincia de Buenos Aires, con el triunfo de María Eugenia Vidal, fue otro factor que le puso un freno al Frente para la Victoria. Pero hubo uno en particular que fue, de entre todos los porotos sumados, el que terminó por inclinar la balanza.

La clave matemática: Córdoba, siempre rebelde al poder de turno

Haciendo las cuentas, Macri ganó en menos provincias que Daniel Scioli, el candidato del Frente para la Victoria. Pero la diferencia fue sustancial y cuantitativa, no cualitativa: se quedó con 9 de las 24 provincias. Pero esas 9 fueron las más determinantes en cuanto a la cantidad de electores.

La llave a la presidencia de Mauricio Macri fue Córdoba: sacó más de 70 puntos, que le significó 800 mil votos. Un número cercano a la diferencia que Macri le sacó a Scioli, en una elección que se ganaba por un voto de ser necesario. Con casi el 100% de los votos escrutados, Scioli sacó 12.198.441 y Macri, 12.903.301.

Los factores que hicieron a una Córdoba pintada de amarillo están fuertemente relacionados a lo que de la interna de UNA salió, esto es, la disputa entre Sergio Massa y José Manuel de la Sota. Los votos de Massa, que había conseguido un 21 por ciento de los votos en las primarias, eran una incógnita para esta elección: ¿irían a Macri o a Scioli? Aunque sea imposible saberlo con exactitud, los números sugieren que el voto massista se inclinó más por el lado antikirchnerista que por la filiación macrista. ¿Resonará todavía en Córdoba la música que bailó Cristina Fernández en la Plaza de Mayo en 2013, pocos días después de los violentos saqueos en la provincia?

Ahora bien, si bien Córdoba fue determinante, no fue el único factor. Macri retuvo las cinco provincias en las que había ganado en la primera vuelta y consiguió revertir el resultado en otras cuatro. Y en Buenos Aires sacó más votos, lugar clave donde se concentra casi el 40% del electorado: allí, si bien ganó Daniel Scioli, Macri acortó la distancia a dos puntos: todo un mérito a destacar para un partido que no tiene tradición en la política bonaerense, ante un viejo conocido como el peronismo que jugaba de local.

Los números en las grandes ciudades también ayudan a divisar el triunfo: Macri ensanchó en la Ciudad de Buenos Aires (64,8 a 35,2), Santa Fe (55,75 a 44,25) y Mendoza (57,55 a 42,45).Y hasta llegó a dar vuelta la elección en Entre Ríos, donde había perdido en la primera vuelta.

También sorprendió (a propios y ajenos) el triunfo de Macri en el norte del país: no por nada el presidente electo reforzó su campaña cerrando en Humahuaca, la tradicional ciudad jujeña. Allí, Macri ganó 53,15 a 46,85 y en La Rioja 56,55 a 43,45.

El voto en blanco fue otro factor a tener en cuenta: cayó superando apenas el 1 por ciento, respecto de las PASO y la primera vuelta. Alrededor de 300 mil votos en blanco (en la otra ocasión había superado el millón)

Para terminar de explicar los números, la participación electoral fue otro factor a tener en cuenta: superó el 81 por ciento, un cercano al de las elecciones pasadas, que deja ver que, si bien no se ganaron votantes, el número se mantuvo.

Los desafíos: una presidencia con un consenso dividido

Si bien es cierto que Macri se consagró con el 51 por ciento de los votos, no es menor que esto haya sido en un balotaje: significa que hay más de un 48 por ciento que no legitima su proyecto de Gobierno. Los números arrojados ayudan a ver el panorama actual, pero plantean incertidumbre en cuanto a la gobernabilidad que manejará Mauricio Macri en los próximos cuatro años.

En este sentido, los desafíos que enfrentará tendrán que ver con el consenso social. Su ministro de economía sigue siendo una incógnita, y los nombres de Carlos Melconián y Federico Sturzenegger asoman como posibles candidatos. Candidatos que, muy probablemente, el 48 por ciento que votó al kirchnerismo salga a repudiar por su perfil ortodoxo en lo económico (neoliberal, en la jerga política de la Argentina).

Si bien es cierto que contará con un Congreso favorable, el macrismo no deberá olvidar que la primera minoría será el kirchnerismo. Y que, el peronismo, siempre construye mejor fuera del poder que dentro de él: ¿qué rol jugará Cristina Kirchner luego de dejar la presidencia de la Nación?