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La ciudad italiana que vivirá en silencio durante varias semanas para inmortalizar un sonido inigualable

Un nuevo y ambicioso proyecto musical está haciendo que la ciudad italiana de Cremona desafíe la ruidosa vida moderna y se empeñe en vivir en silencio hasta el próximo 9 de febrero.

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Con la colaboración de toda la población y sus autoridades, esta ciudad del norte de Italia se enfrasca en conservar para la posteridad uno de los sonidos más icónicos y sublimes producidos por el ser humano: la música de un violín Stradivarius.

El objetivo del singular proyecto, denominado Banco del Sonido, es compilar una extensa base digital de grabaciones de todos los tonos y sonidos posibles de cuatro famosos instrumentos de cuerda conservados en el Museo del Violín de Cremona y seleccionados para este fin.

Además de dos violines Stradivarius, serán grabados instrumentos confeccionados por Amati y Guarneri del Gesú, otros dos famosos lutieres -fabricantes de instrumentos- de Cremona.

Para capturar perfectamente los sonidos de los icónicos instrumentos, todos los ruidos externos deben reducirse al mínimo. El alcalde de Cremona, Gianluca Galimberti, ha implorado a los residentes y turistas que eviten sonidos repentinos e innecesarios. Esto incluye no dejar caer objetos al piso… en una ciudad de más de 70,000 habitantes.

Asimismo, las calles empedradas aledañas al auditorio del museo donde ocurren las sesiones de grabación permanecerán cerradas las cinco semanas de trabajo, para evitar que vibraciones externas captadas por los sensibles micrófonos utilizados arruinen las grabaciones.

Buscando el “silencio perfecto”, que garantice la pureza total de las notas en la “zona cero” de las grabaciones, la ventilación y los ascensores del auditorio se mantienen apagados e incluso las bombillas del edificio se han desenroscado para eliminar el más leve zumbido provocado por la electricidad.

Stradivarius “MacDonald” sacado a subasta en 2014 por Sotheby’s al precio de 45 millones de dólares (Foto: AFP)
Stradivarius “MacDonald” sacado a subasta en 2014 por Sotheby’s al precio de 45 millones de dólares (Foto: AFP)

El Banco de Strads

A lo largo de las semanas de grabación, cuatro músicos tocando dos violines, una viola y un violonchelo interpretarán todas las escalas y arpegios posibles, usando diferentes técnicas con sus arcos o tocando directamente las cuerdas.

Treinta y dos micrófonos ultrasensibles instalados en el auditorio del museo captarán estos sonidos.

“Será un desafío físico y mental para ellos”, dijo Thomas Koritke, un ingeniero de sonido de Hamburgo, Alemania, que lidera el proyecto. “Tendrán que tocar cientos de miles de notas y transiciones individuales durante ocho horas al día, seis días a la semana, durante más de un mes”, explicó a The New York Times (NYT).

Organizar el proyecto también tomó mucho tiempo, contó Koritke. “Llevó años convencer al museo para que nos permitiera usar los instrumentos de cuerda de 500 años de antigüedad”, dijo.

Luego tuvieron que encontrar músicos de primera línea, grandes conocedores de los instrumentos. Un violín, viola o violonchelo de Stradivarius representa el pináculo de la ingeniería de sonido y hasta ahora nadie ha podido replicar sus tonos únicos.

Uno de los ingenieros, Mattia Bersani, contó al NYT que los sonidos archivados en la base de datos podrán manipularse con un software para producir nuevas grabaciones cuando el tono de los instrumentos originales se haya degradado.

Los músicos del futuro podrían “grabar una sonata con un instrumento que ya no funciona más”, explicó.

Antes que sea tarde

La razón principal del proyecto es que el sonido producido por estos instrumentos cambia con el tiempo.

Fausto Cacciatori, curador del Museo del Violín, explicó al New York Times que cada Stradivarius tenía “su propia personalidad”. Sin embargo, sus sonidos distintivos “cambiarán inevitablemente” con los años, incluso podrían perderse en unas pocas décadas.

“Es parte de su ciclo de vida”, dijo Cacciatori. “Los preservamos y los restauramos, pero después de que alcanzan cierta edad, se vuelven demasiado frágiles para tocarlos y ‘se van a dormir’, por así decirlo”, explica.

De acuerdo con Leonardo Tedeschi, a quien se le ocurrió la idea de grabar a los magistrales instrumentos, “el banco permitirá a mis nietos escuchar cómo sonaba un Strad. Estamos haciendo inmortal el mejor instrumento jamás creado”, asegura el exDJ.

Una joya llamada Stradivarius

Cremona es el hogar de los talleres de algunos de los mejores fabricantes de instrumentos del mundo, incluido Antonio Stradivari, quien en los siglos XVII y XVIII produjo algunos de los instrumentos más finos de la historia.

Hoy en día, sus instrumentos -como los violines- están en exhibición en varios museos y son utilizados solo por los grandes músicos.

De los casi 1,100 instrumentos fabricados por Antonio Stradivari, actualmente solo la mitad de ellos sobrevive.

El Mesias, un Stradivarius propiedad del Museo Ashmolean de Oxford, Inglaterra, construido en la era de oro de su creador, no ha sido tocado en al menos 300 años y su valor puede superar actualmente los 20 millones de dólares.

En 2014, la casa de subastas Sotheby’s puso a venta por 45 millones de dólares -precio de salida- el Strad “The Macdonald”, pero no consiguió compradores. Este habría sido un récord para cualquier instrumento musical vendido de forma privada o en una subasta, según Sotheby’s.

En 2011, el violín Stradivarius “Lady Blunt”, de 1721, fue vendido por más de 15 millones de dólares por la Nippon Music Foundation, que utilizó las ganancias para ayudar a las víctimas del terremoto y tsunami de Japón.