La cifra de soldados de EEUU en Afganistán podría bajar de 10.000

Por Missy Ryan y Arshad Mohammed WASHINGTON (Reuters) - El número de soldados estadounidenses en Afganistán podría reducirse a menos de 10.000, que es el mínimo exigido por el Ejército para entrenar a las fuerzas afganas, a medida que la guerra más larga en la historia de Estados Unidos llega a su fin, dijeron el lunes responsables del Gobierno de Barack Obama informados sobre el asunto. Desde la elección general realizada en Afganistán el 5 de abril, altos cargos de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono han reanudado los debates sobre la cantidad de soldados que deberían permanecer en ese país después de que la coalición liderada por Washington termine su misión este año. La decisión de considerar una fuerza pequeña, posiblemente con menos de 5.000 miembros, refleja el pensamiento de estos funcionarios de la Casa Blanca de que las fuerzas de seguridad afganas han evolucionado y se han fortalecido para contener una potencial insurgencia encabezada por talibanes. Las fuerzas estadounidenses que continuasen en el país podrían centrarse en operaciones antiterroristas o de entrenamiento. La idea se basa en parte en las inesperadamente tranquilas elecciones de Afganistán, que ganó elogios por su elevada participación - estimada en un 60 por ciento de los 12 millones de votantes -, y en el fracaso de los talibanes para llevar a cabo atentados importantes ese día, destacaron las autoridades. El Gobierno del presidente Barack Obama lleva meses buscando opciones para establecer una posible fuerza residual. "El debate está muy vivo", dijo un alto cargo estadounidense que no quiso ser identificado. "Están buscando opciones adicionales por debajo de los 10.000 soldados". Actualmente hay unos 33.000 efectivos estadounidenses en Afganistán, cifra muy inferior a los 100.000 que se alcanzaron en 2011, el máximo de una década. Los talibanes y otros grupos extremistas se han debilitado tras más de 12 años de ofensivas afganas y de la OTAN, pero todavía tienen acceso a suministros y planean ataques desde remotas regiones montañosas de Afganistán y áreas tribales del vecino Pakistán.