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La ansiedad y la depresión, los mayores problemas para los adolescentes en EEUU

Los adolescentes en general enfrentan momentos de transformación y tensión singulares en sus vidas. Es una época clave en la formación del carácter, el intelecto y la emotividad y en lo que será el futuro de cada persona. Por ello, los problemas y las inquietudes que los adolescentes encaran son de meridiana importancia para ellos y para la sociedad y revelan, en buena medida, el estado del tejido social del lugar en donde viven.

Por ello, los datos de un estudio del Centro Pew sobre cuáles son los principales problemas que enfrentan los adolescentes estadounidenses son muy reveladores. Por lo que indican en sí y porque los datos son producto de encuestas con los propios adolescentes.

70% de los adolescentes estadounidenses consideran la depresión y la ansiedad como problemas mayores en sus vidas, según un estudio del Centro Pew. (Pexels)
70% de los adolescentes estadounidenses consideran la depresión y la ansiedad como problemas mayores en sus vidas, según un estudio del Centro Pew. (Pexels)

Así, en el estudio realizado en adolescentes estadounidenses de entre 13 y 17 años de edad, el mayor factor de tensión reportado es la ansiedad y la depresión, que el 70% de los encuestados consideró un problema mayor y es, por un amplio trecho, el más mencionado por los participantes.

Le siguen el acoso o bullying, considerado un problema mayor por el 55% de los adolescentes, la adicción a las drogas con el 51%, las bebidas alcohólicas con el 45%, la pobreza con el 40%, el embarazo adolescente con el 34% y las pandillas con el 33%.

Que la ansiedad o la depresión sea el problema más mencionado es, en buena medida, un reflejo de la carga que el resto de los asuntos impone a los menores y, posiblemente, de un cierto desasosiego inherente a la cultura estadounidense, con su enorme carga de individualismo, exaltación del éxito y estigmatización del perdedor. Y aunque podría decirse que todo adolescente siente en algún momento un conflicto existencial, las tensiones generadas por el acoso, la pobreza, las adicciones y la violencia las presumiblemente tienen una elevada incidencia en el nivel de ansiedad o depresión que padecen los adolescentes estadounidenses. La cuestión, así, es un ciclo que se retroalimenta y no cuestiones necesariamente aisladas entre sí.

El factor económico y social

Al respecto, esos problemas conductuales y mentales tienen impactos distintos dependiendo del nivel socioeconómico de los adolescentes. La ansiedad y la depresión son problemas más ominosos para los adolescentes de nivel económico intermedio y menos para los más ricos (que en general señalaron en menor proporción a esos asuntos como cosas que les inquietan). En cambio, el problema de las pandillas es mucho más grave para los adolescentes pobres que para otros grupos socioeconómicos, situación similar al problema del embarazo adolescente.

En ese sentido, aspectos como el desempeño académico, el acceso a la universidad, el empleo o la perspectiva de matrimonio y tener hijos tienen importancias variables entre los adolescentes estadounidenses en función, también, del nivel socioeconómico de cada uno.

Anxiety and depression top list of problems teens see among their peers
Anxiety and depression top list of problems teens see among their peers

Por ejemplo, para el 56% de los adolescentes de mayor nivel económico el casarse es un asunto de gran importancia para cuando sean adultos, cifra que es 45% en lo relativo a tener hijos. En cambio, para los adolescentes más pobres el matrimonio y la procreación son mucho menos importantes: solo el 31% y el 27% de ellos consideraron esos asuntos de gran relevancia en su futuro, respectivamente.

Una situación similar se da en el ámbito de la educación universitaria. Los adolescentes más ricos consideran en un 72% que planean asistir a la universidad y solo en 13% que están preocupados por las finanzas de su familia. Esas cifras, en contraste, son del 42% en ambos casos para los jóvenes de bajos ingresos, lo que sugiere poderosamente que el asistir a la universidad es una opción desplazada por la necesidad de obtener ingresos y evitar gastos (el costo de la educación superior en Estados Unidos es muy alto).

Al respecto, los chicos de familias de menores ingresos reportan en un 40% que pasan demasiado poco tiempo con sus padres, cifra que es 20% entre los de mayor riqueza, una situación posiblemente vinculada a que en los hogares más pobres padres y madres con frecuencia tienen múltiples trabajos para tratar de aumentar sus ingresos todo lo posible.

Y aunque resulta en buena medida obvio que las personas de mayor nivel económico enfrentan menores problemas y tienen mayores expectativas en cuestiones relacionadas con cuestiones educativas y laborales, no por ello perciben su realidad como miel sobre hojuelas. En general, el 40% de todos los adolescentes encuestados dijeron sentirse aburridos diariamente o casi todos los días y 29% se sienten diariamente tensos sobre lo que les depara. Y el 61% dice sentir mucha presión en relación a sus calificaciones académicas, aunque solo el 8% siente severa presión por tener una sexualidad activa, 6% por consumir alcohol y 4% por usar drogas.

El estudio del Centro Pew, así, plantea un amplio panorama sobre la condición y las perspectivas de los adolescentes estadounidenses, y sus resultados son útiles no solo para conocer su pensamiento y su emoción (en un momento de la vida crítico, entrañable e inolvidable) sino para que en general la sociedad, las instituciones y los adultos trabajen para mitigar las presiones y problemas y elevar las posibilidades de quienes, a fin de cuentas, son el futuro.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro