Líder de banda en Haití acusa a políticos y promete protestas por asesinato del presidente

Foto de archivo del asesinado presidente de Haiti Jovenel Moise y su esposa Martine en el décimo aniversario del terrremoto que asoló al país en 2010

Por Andre Paultre y Sarah Marsh

PUERTO PRÍNCIPE, 10 jul (Reuters) -Un líder de una de las bandas más poderosas de Haití dijo el sábado que sus hombres saldrían a las calles para protestar por el asesinato del presidente Jovenel Moïse, amenazando con hundir aún más en el caos al empobrecido país caribeño.

Jimmy Cherizier, un ex policía conocido como Barbecue que dirige la llamada federación G9 de nueve bandas, arremetió contra la policía y los políticos de la oposición, a los que acusó de confabularse con la "burguesía apestosa" para "sacrificar" a Moïse esta semana.

"Fue una conspiración nacional e internacional contra el pueblo haitiano", dijo en un discurso grabado en video, vestido con uniforme militar caqui y sentado frente a una bandera haitiana. "Decimos a todas las bases que se movilicen, que salgan a la calle para que se esclarezca el asesinato del presidente".

Cherizier dijo que sus seguidores practicarían la "violencia legítima" y que era hora de que "los amos del sistema" -magnates empresariales de ascendencia siria y libanesa que dominan partes de la economía- "devolvieran" el país.

En tanto, la viuda de Moïse acusó a enemigos de organizar el asesinato del presidente para detener el cambio democrático.

Haití ha estado en la incertidumbre desde que Moïse fue asesinado a tiros la madrugada del miércoles en su casa en Puerto Príncipe. Las autoridades haitianas dijeron que asesinos extranjeros entrenados, compuestos por 26 colombianos y dos haitiano-estadounidenses, perpetraron el asesinato.

Martine Moïse, quien también resultó herida en el ataque, declaró que su esposo fue atacado por razones políticas.

"Ustedes saben contra quién estaba luchando el presidente", afirmó en una grabación divulgada en Twitter, sin nombrar a nadie.

"Enviaron mercenarios a matar al presidente en su casa con miembros de su familia por causa de carreteras, agua, luz y referéndum así como elecciones a fin de año para que no haya transición en el país".

El difunto presidente, que habló de fuerzas oscuras en juego tras años de inestabilidad -con políticos rivales y oligarcas enojados por sus intentos de limpiar los contratos gubernamentales y la política- había propuesto un referéndum para cambiar la constitución de Haití.

El referéndum, programado para el 26 de septiembre junto con las elecciones presidenciales y legislativas, podría abolir el cargo de primer ministro, remodelar el poder legislativo y fortalecer la presidencia.

El asesinato de Moïse ha empañado esos planes y provocado un caos político en el gobierno de Haití, que ha pedido tropas de Estados Unidos y Naciones Unidas.

Estados Unidos dijo que no tiene planes de brindar asistencia militar a Haití, mientras que la solicitud a la ONU necesitaría la autorización de su Consejo de Seguridad.

A última hora del viernes, el hombre que Moïse designó como primer ministro justo antes del asesinato reclamó el derecho a dirigir Haití. Pero las afirmaciones contrapuestas de los rivales políticos han alimentado la incertidumbre mientras el gobierno se esfuerza por mantener el orden y brindar respuestas al público sobre el asesinato.

Ariel Henry, un neurocirujano que el lunes había sido nombrado primer ministro por el difunto presidente, dijo a Reuters que ahora él era la máxima autoridad en Haití, no el primer ministro interino Claude Joseph, y que estaba formando un gobierno.

"Después del asesinato del presidente, me convertí en la autoridad más alta, legal y regular porque había un decreto que me nominaba", declaró en una entrevista telefónica el viernes por la noche.

Henry sostuvo que su gobierno crearía un nuevo consejo electoral, dado que el anterior se consideró demasiado partidista, que determinaría nuevas fechas para las elecciones.

"No sé en qué fecha serán, lo único que sé es que no podemos tardar mucho en hacer estas elecciones. Necesitamos hacerlas lo antes posible".

Pero Henry aún no ha jurado, y Joseph, quien fue nombrado primer ministro interino en abril, está a cargo del país, encabezando la respuesta al asesinato, pidiendo apoyo a Estados Unidos y declarando un estado de emergencia de 15 días.

La lucha por el poder ha creado confusión sobre quién es el líder legítimo de los 11 millones de habitantes del país.

El ministro de Elecciones, Mathias Pierre, dijo que el primer ministro en funciones, Joseph, mantendría ese cargo hasta la votación del 26 de septiembre.

Mientras tanto, el Senado de Haití, que actualmente comprende solo un tercio de sus 30 senadores habituales, nombró a su presidente Joseph Lambert el viernes para actuar como presidente interino, mostró un documento revisado por Reuters.

Henry dijo que estaba "listo para liderar el país con todos aquellos que quisieran avanzar" cuando se le preguntó si gobernaría junto a Lambert.

La constitución de 1987 de Haití estipula que el presidente de la Corte Suprema debe asumir como presidente interino. Pero enmiendas que no se reconocen unánimemente establecen que será el primer ministro o, en el último año del mandato de un presidente, como fue el caso de Moïse, que el Parlamento debería elegir a un presidente.

Para complicar aún más las cosas, el jefe de la Corte Suprema murió el mes pasado después de contraer COVID-19 en uno de los pocos países que aún no ha iniciado una campaña de vacunación.

Tampoco hay un parlamento en sesión, ya que las elecciones legislativas programadas para fines de 2019 se pospusieron en medio de disturbios políticos.

INVESTIGACIÓN EN CURSO

Los funcionarios haitianos no han dado un motivo para el asesinato ni han explicado cómo los asesinos pasaron al destacamento de seguridad de Moïse.

Al tomar el poder en 2017, la administración de Moïse se vio acosada por protestas masivas, primero por acusaciones de corrupción y su historial económico, luego por su creciente control del poder.

Diecisiete de los hombres sospechosos de estar involucrados en su asesinato fueron capturados luego de un tiroteo con las autoridades haitianas en un suburbio de la ladera de una colina de Puerto Príncipe, mientras que tres murieron y ocho siguen prófugos, según la policía.

Reporte de medios colombianos como Semana y El Tiempo sugirieron que los sospechosos colombianos fueron contratados para trabajar como seguridad para los políticos en Haití, entre ellos, Moïse.

Semana citó conversaciones con otros ex soldados y familiares de algunos de los hombres. El Tiempo dijo que algunos de los hombres fueron contratados para brindar seguridad a "varios dignatarios" en Haití por un período de prueba de tres meses.

Reuters no pudo verificar esos informes. La policía colombiana se negó a especificar el sábado quién contrató a los hombres, diciendo que el asunto aún está bajo investigación. Las autoridades han afirmado que los soldados fueron contratados por cuatro empresas pero no dieron nombres.

(Reporte de Andre Paultre en Puerto Príncipe y Sarah Marsh en La Habana y Julia Symmes Cobb en Bogotá; escrito por Cassandra Garrison; Editado en español por Janisse Huambachano/Javier Leira)