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Kristoff Puelinckx, dueño del ATP de Buenos Aires: "Hay que mantener el tenis vivo; si todos cancelan sus torneos el deporte está muerto"

Kristoff Puelinckx es un ejecutivo belga, licenciado en ingeniería civil y química recibido en la Universidad de Gante. Perspicaz y activo empresarialmente, fue socio de una consultora tecnológica y residió en Dubai para promover la firma Delta Partners, de la industria de las telecomunicaciones. En 2015 se convirtió en el fundador y jefe ejecutivo de Tennium, una firma que nació como gestora de torneos de tenis y amplió su negocio representando jugadores y financiando sus carreras. La compañía con sede en Barcelona es la accionista mayoritaria del ATP de Buenos Aires desde 2017, además de ser la propietaria del torneo de Amberes (también de categoría 250 como el porteño), que se desarrolla esta semana.

"El tour hoy está como la economía y las sociedades de los distintos países. El tenis es un espejo de eso: con limitaciones, presión económica, un drama para todo el mundo", le expresó Puelinckx a LA NACION, desde Bélgica.

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Claro que la radiografía del circuito es más amplia. "Durante meses estuvo todo parado, ahora el tenis salió del confinamiento, hubo torneos cancelados, pero otros siguen adelante, lo que es una buena noticia. Hay que intentar vivir con el virus hasta que haya una solución. La vida sigue y en el tenis no es distinto. Que haya habido dos Grand Slam y que se puedan celebrar otros torneos es una gran noticia, ayuda a las economías locales, a que el tour siga 'on the road', hay trabajo para colaboradores y empresas en el mundo. Es bueno que haya gente que quiera tomar el riesgo, organizar eventos y asegurar que el tour avance", aportó Puelinckx desde el Lotto Arena, el estadio cerrado multiuso de Amberes donde se hace la quinta edición del certamen [Diego Schwartzman fue finalista en 2016 y 2017]. Bélgica, con más de 250.000 casos y 10.500 fallecidos, es el décimo país europeo más golpeado por el Covid-19. El torneo (European Open) se lleva adelante, aunque con restricciones para el público, claro. "Permitimos un 30% de la capacidad total, que es parecida a la del estadio central de Buenos Aires, con 5500 personas. Aquí recibimos a unas 1500 personas por día", comentó.

-¿Es viable el mercado del tenis sin público o con capacidad reducida?

-Es como preguntar a un restaurante de hoy en día si es viable como trabajan. Es más un tema de supervivencia. Es como dicen los ingleses: 'Intentamos hacer lo mejor posible'. Y también es un tema de responsabilidad: hay que mantener el tenis vivo porque si todos cancelan sus torneos el deporte está muerto. Que el tenis se detuviera durante un año o un año y medio sería realmente dramático. Entonces, creo que jugar así es un acto de responsabilidad y de apoyo a los jugadores. ¿Es viable? Pues, es muy difícil sin público. Hay que cortar mucho los gastos, hay que organizar de otra manera, pero lo importante es que haya tenis. Y si hay organizadores que pierden dinero o no ganan como antes, pues que el tenis siga y esperar que el virus pase rápido. Pienso que en 2021 será difícil todavía, pero hay que estar ahí, es como cualquier negocio, un restaurante, un supermercado o comercio de tornillos. Todos intentan sobrevivir para estar ahí cuando los tiempos mejoren. Habrá gente que terminará saliendo del negocio, pero otros que seguirán ahí. Viabilidad es difícil, pero hay que estar.

-¿No hay temor de que haya torneos u organizadores que queden definitivamente afuera del camino?

-Puede ser, aunque los operadores que hay en el tenis son empresas bastante sólidas. Yo no sé de ninguno que esté en bancarrota ahora, por ejemplo. Que están sufriendo, cortando gastos, mandando gente a casa en forma temporal, pues sí, cada uno intenta sobrevivir de la manera que puede, pero no sé de ninguno que haya colapsado, como ha pasado en otras industrias. Los torneos sumaron un nuevo gasto, el de los protocolos sanitarios, es dinero relevante. Pero también es verdad que otros costos han bajado. Por ejemplo, el prize money se ha ajustado, al haber menos público tienes menos gastos de personal de servicios. Garantías que se pagaban a los jugadores ya no se pagan. Los costos de infraestructura se limitan mucho más, se está siendo mucho más cautos.

-¿Qué mirada tiene de lo que se hizo, al menos hasta aquí, en cuanto a las burbujas sanitarias de los torneos?

-Se ha trabajado muchísimo, pero, al final, depende de la responsabilidad de cada uno. Vas a un torneo, a otro, preguntan si hay burbuja y claro que tenemos, pero la respuesta es que cada uno es responsable de su propia seguridad. No toca ir de fiesta o de copas cuando estás ahora en el tour. No toca salir del hotel, de compras, al cine. Protegerse del Covid-19 es responsabilidad del propio jugador, porque las burbujas no son 100% efectivas.

-Jugadores y entrenadores se mostraron preocupados por los "falsos positivos" que pueden dejarlos sin competir.

-No creo que esa sea la mayor preocupación. Se hacen las cosas bien, hay doble testeos. La mayor preocupación es la salud, evitar el Covid y poder jugar, que haya torneos y puedan trabajar. Es su trabajo, no nos olvidemos. De la misma manera que mucha gente está sufriendo y que su trabajo está cancelado, ellos tienen la misma preocupación. La situación en general y la continuidad del tour es lo que preocupa. Hay charlas y discusiones continuamente, hay distintos grupos que se reúnen por Zoom, yo con los organizadores de los ATP 250 tenemos el comité y nos reunimos, también con el board de la ATP, hay comunicación y entre todos intentamos ayudarnos. Hay gente que compite, pero más a nivel de management, y nos interesa que el tour funcione bien. Paso bastante tiempo al teléfono con distintas personas de la ATP. Hay escenarios cambiantes y tratamos de anticiparnos a lo que puede pasar.

-Los torneos redujeron el prize money. ¿Los jugadores, muchos de ellos intranquilos por eso, deben comprender la situación?

-No son los torneos los que bajan el prize money. Fue una decisión conjunta con el board de la ATP, los jugadores y los torneos. Obviamente que para los torneos sería mejor hacer una reducción todavía más agresiva, pero se buscó un equilibrio. El acuerdo es bueno porque permite que los torneos se hagan. Hay una distribución distinta del premio, porque por ejemplo en nuestro torneo la primera ronda paga igual que en 2019 [6565 euros], para que los jugadores que tienen un ranking más bajo y les cuesta más pasar de ronda, no sufran tanto. Los que más asumen la reducción son los top, pero son los que más la pueden asumir.

-Este año se hizo el ATP de Buenos Aires antes de la cancelación del tour por la pandemia. ¿Qué miras hay para 2021 teniendo en cuenta, además, la crítica situación económica argentina?

-Nuestra esperanza es llevar adelante el torneo, como siempre. Argentina ha tenido sus problemas en el pasado también. Es verdad que ahora la situación es muy grave, pero el deporte siempre ha vivido en Argentina y contamos con el apoyo de la gente para venir a ver partidos, de los sponsors..., es la ventaja de tener un torneo con historia. Que yo sepa no hubo ningún sponsor que nos dijera que no quiere seguir el año que viene. Es un evento muy importante para los auspiciantes. La duda es más a nivel sanitario, pero yo creo y espero que se pueda celebrar el torneo. Ya se está trabajando en eso.

-El torneo lleva 20 ediciones y tiene sus sponsors fieles, ¿pero ninguno les comunicó que no los acompañarán en 2021?

-La situación es difícil para todos. No hay que negarlo. Hay mucha historia, una relación con los sponsors desde hace tiempo, hay una conversación con cada uno y dependiendo de cómo se haga el torneo, con público, sin público, se llegará a un acuerdo o al otro. Las conversaciones son positivas.

-¿Traerán figuras extranjeras o hay que esperar un torneo austero?

-Es demasiado pronto para decirlo. Vamos a tener que ver la situación en Argentina, los viajes a nivel mundial, hay muchas cuestiones ahí. Siempre buscamos un cuadro fuerte, trayendo jugadores buenos. La última vez acordamos con Matteo Berrettini [NdR: en febrero pasado, el italiano era 8°] y al final se tuvo que dar de baja, pero el acuerdo estaba. Trataremos de tener un torneo potente. Ya solo con tener a los argentinos sería espectacular. Ver jugar a Diego Schwartzman, mucho más ahora que ha entrado en el Top Ten, sería espectacular, todo el mundo lo querrá ver. Pero es pronto para saber la lista.

-En breve comenzará el campeonato del fútbol argentino, pero sin público. ¿Se puede esperar que el Argentina Open sea de la misma manera?

-No, yo no diría esto. Si vemos lo que ha pasado en el resto del mundo, a nivel de pandemia, Argentina empezó más tarde, va unos tres meses detrás de Europa, donde hubo torneos de tenis con público reducido y medidas muy estrictas. Es posible. Aquí en Bélgica, por ejemplo. Entonces, no sé por qué no se podría hacer así en Argentina. Sabemos cómo hacerlo, creando burbujas seguras, con distancia, con mascarillas, trabajando mano a mano con las autoridades sanitarias. Aquí, en Bélica, hemos llegado a un acuerdo; además es bajo techo, lo que es peor. Ahora tenemos el conocimiento. Tendremos que empezar las charlas con el gobierno, con la Ciudad, para ver cómo se puede hacer, si la situación es extrema y nos dejan o no. Pero si nos dejan, tenemos las políticas para hacerlo. Sí pienso que será con público reducido. Veo difícil que se haga en forma completa, es casi imposible, aunque nunca se sabe.

-¿Qué cree que pasará antes, en enero, con la gira australiana?

-Creo que será complicado. No tengo certezas, pero creo que sí se hará. Llevan muchos meses trabajando, han aprendido de los otros Grand Slam y de los torneos, están muy preparados. Los jugadores tendrán que ir muchos días antes, entrar en una burbuja, no sé si en Melbourne, donde me da la sensación de que se hará toda la gira.

-¿Qué tan firme es la posibilidad de un Argentina Open femenino?

-Es un tema que estamos mirando activamente y creo que existe la posibilidad. Estamos hablando con la WTA y vamos a ver cómo podría encajar. Estamos hablando con algunos partners, intentando ver el interés del gobierno, creo que sería una cosa muy buena, sobre todo con los resultados recientes [NdR: sobre todo con la explosión de Nadia Podoroska en Roland Garros] y las chicas que están subiendo. Sí, podría ser muy interesante y lo estamos estudiando. No será para la primera mitad de 2021. Y para la segunda dependerá de la situación del Covid. Todavía no hemos llegado a una conclusión.

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-¿Qué siente cuando desde Europa ve las noticias económicas, políticas y sociales de la Argentina?

-Es muy distinto de cómo se hacen las cosas ahí que, por ejemplo, aquí en Bélgica o en España, donde gestionamos el Godó [el ATP 500 de Barcelona]. Cada país tiene sus particularidades, ni buenas ni malas. Sólo hay que entender cómo funciona un país y cómo operar. He vivido en muchos sitios, no puedo saber cuál es mejor o peor, lo importante es ajustarse a la cultura local y operar de esa manera, pero siempre con profesionalidad. Tenemos un equipo que conoce el mercado. El sitio perfecto no existe.