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Injusticia en Roland Garros: Mladenovic, eliminada por un doble bote que no se pudo revisar por no haber VAR

La tenista Kristina Mladenovic sujetando su raqueta con cara de circunstancias.
Kristina Mladenovic durante su partido en Roland Garros. Foto: Clive Brunskill/Getty Images.

La edición de 2020 de Roland Garros está siendo particularmente extraña. Para empezar, por las fechas: aunque lo habitual es que se dispute al final de la primavera, la pandemia de coronavirus ha obligado a retrasarlo a esta época del año. Exclusiones de jugadores por positivos, otros ilustres como la vigente campeona Barty que han preferido no venir, y restricciones a la afluencia de público son algunos de los factores que convierten al torneo de París del presente año en una anomalía imprevisible.

Pero las cosas raras no ocurren solo en la organización, sino también dentro de las pistas. Si no, que se lo cuenten a Kristina Mladenovic. La tenista francesa de origen serbio, que hoy está en el puesto 44º del ranking WTA pero llegó a ser la décima, afrontaba ayer mismo su partido de primera ronda contra la alemana Laura Siegemund. A priori era un trámite para Kiki, en principio muy superior a su rival. Y de hecho lo estaba demostrando cuando se puso 5-1 y tuvo una bola que le habría permitido ganar el primer set.

Pero en ese punto ocurrió esto:

Antes de que Siegemund la devolviera, la pelota botó dos veces en su lado de la cancha, lo que, según las reglas, significa que el punto tenía que haberse adjudicado a su rival. Todo el mundo lo vio y las imágenes de la televisión no dejan lugar a duda. Todo el mundo, menos la juez que estaba arbitrando el partido, que consideró la devolución válida.

De esta manera tan estrafalaria la alemana salvó el punto de set y consiguió remontar a una Mladenovic psicológicamente hundida a partir de ese momento. El partido acabó 7-5, 6-3 a favor de Laura. Kristina no tuvo más remedio que aceptar la derrota; eso sí, tremendamente enfadada.

“No admite duda, ha sido doble bote. Además ha sucedido con bola de set, hubiera significado un 6-1 a mi favor, pero la juez de silla ha sido la única persona en todo el estadio que no lo ha visto. Debería haber sido 6-1 para mí. Luego no sé lo que pasó en el resto del encuentro, así que sí, podemos llamarlo punto de inflexión”, dijo más tarde en rueda de prensa.

“Claro que afecta, por supuesto. Intenté mantener la calma, no quejarme demasiado, aunque es difícil quedarse así. Sabes que en ese tipo de circunstancias, si de verdad han tomado una mala decisión, no puedes hacer absolutamente nada para subsanar el error. Tenía el resultado en mis manos, pero así es el tenis, a veces todo depende de un punto. Desde ese instante ella ha ido a por sus tiros y lentamente se ha metido en el partido. Busqué permanecer allí, pero probablemente comencé a perder intensidad en pista”.

Mladenovic se mostró muy crítica por la situación, pero no solo contra su oponente, de quien dijo que “se habría convertido en la mujer más honrada y deportiva del circuito” en caso de reconocer el doble bote, aunque “tampoco esperé que lo hiciera”. El error principal, insiste, es de “la juez de silla, que es la persona que debía estar atenta a ese punto”.

Eva Asderaki, que así se llama la encargada de impartir justicia en el partido, fue inflexible en su decisión, a pesar de que posteriormente las grabaciones demostraran que había metido la pata. Por eso mismo, cuando más adelante le preguntaron a Mladenovic si veía conveniente implantar un sistema de videoarbitraje en el tenis similar al VAR del fútbol, no dudó en mostrarse a favor. “Estaría muy bien. Sería una pena reemplazar a un humano por una cámara, pero errar es humano. No entiendo cómo la árbitra pudo no verlo. Por desgracia, ella sigue en Roland Garros y yo no”.

Lo sorprendente es que, en rigor, ya lo hay. El vídeo está disponible como herramienta para revisar jugadas polémicas a petición de los propios jugadores desde noviembre de 2018, cuando se implantó en el Next Generation ATP Finals (torneo reservado a los ocho mejores competidores del año que tengan menos de 21 años), si bien la primera vez que se llegó a utilizar fue en la edición del año siguiente. Curiosamente, el beneficiado fue un español: Alejandro Davidovich vio cómo se le concedía un punto a favor porque el golpe de su rival, el noruego Casper Ruud, fue tan alto que llegó a pegar en el techo. De todas formas no le sirvió para ganar el partido.

Ocurre que está todavía en fase de pruebas. Ese torneo de noviembre es el que la ATP utiliza no solo para premiar al mejor joven, sino también para evaluar posibles innovaciones de cara al futuro. El experimento parece haber salido bien, hasta el punto de que ya se ha usado en más competiciones (Rafa Nadal tuvo la ocasión de probarlo en la ATP Cup el pasado enero), pero los trámites van poco a poco y su uso aún no se ha generalizado.

La tardanza está generando cierta inquietud entre profesionales y aficionados al tenis. No comprenden cómo, existiendo ya los medios técnicos para hacerlo sin un coste excesivo, habiendo ya antecedentes exitosos y, sobre todo, contando con la experiencia de otros deportes como el fútbol de la que se podría aprender, aún no se ha implantado de forma masiva en los torneos importantes. Sería la mejor forma de evitar errores gravísimos como el que ha sufrido Mladenovic.

Sorprende especialmente teniendo en cuenta que el tenis ha sido un deporte históricamente abierto a la innovación, como demuestra el hecho de que el ojo de halcón, para determinar exactamente dónde ha botado una pelota y saber si ha entrado o no, se lleva usando desde 2006. De hecho, suele suceder al revés: son otros los que copian al juego de las raquetas. Pero para este otro sistema llevan un retraso inexplicable.

Volviendo a la competición, la victoria de Siegermund significa que ha conseguido avanzar a la segunda ronda. En ella se tendrá que enfrentar a su compatriota Julia Görges, quien a su vez ha derrotado a la estadounidense Alison Riske. En esta parte del cuadro (la sección 8) la jugadora más destacada es la checa Karolína Plíšková, cabeza de serie número 2, que de momento ya ha vencido a la egipcia Sharif. La única española en esta zona de los emparejamientos es Paula Badosa, que también está en segunda ronda y deberá jugar contra la norteamericana Sloane Stephens.

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