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KN95 y N95: ¿Cuáles mascarillas recomiendan los CDC?

Mientras EE.UU. lucha para frenar la propagación de la variante ómicron de covid-19, han surgido informes de que los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) consideran recomendar que aquellas personas que puedan deben usar un estándar más alto de cubrebocas cuando estén en público. Esto se refiere en específico a los cubrebocas KN95 y N95, los cuales tenido una gran demanda durante los últimos dos años.

The Washington Post cita a un funcionario anónimo que dice que “la agencia busca activamente actualizar sus recomendaciones para KN95 y N95 debido a ómicron”, y explicó: “sabemos que estos cubrebocas brindan una mejor filtración”.

La noticia llega cuando el creciente número de casos presiona a los CDC y a la administración de Biden para que ajusten su estrategia de covid-19 en varios frentes, desde proveer pruebas caseras hasta los requisitos de aislamiento y los mandatos de vacunas. Pero la política del uso de cubrebocas aún está bastante activa, y la cuestión de cuáles brindan la mejor protección ha sido un factor desde que la pandemia aceleró.

Entonces, ¿por qué los CDC están bajo presión para recomendar estos cubrebocas en particular? ¿Por qué son mejores que los de tela en los que confía la gran mayoría de las personas? Y dado que son relativamente caros y, a veces, difíciles de conseguir para los estadounidenses, ¿cómo se pueden reutilizar?

¿Por qué son mejores?

Tanto los cubrebocas N95 como KN95 funcionan al ajustarse bien a la cara y filtrar el aire mediante múltiples capas de material diseñado para atrapar partículas extremadamente pequeñas, algo que los desechables o de tela comunes no pueden hacer de manera tan confiable.

En EE.UU., los cubrebocas de respirador N95 son la cubierta facial de alto estándar recomendada para los trabajadores de la salud. Según los CDC, los N95 aprobados por los reguladores filtran hasta el 95 por ciento de las partículas en el aire si se colocan en la cara correctamente para formar un sello hermético. Pueden sentirse más difíciles de respirar que un cubrebocas estándar y son más caros.

Mientras tanto, los KN95 son más baratos y están más disponibles. Antes de la pandemia, no estaban aprobados para uso médico en EE.UU., pero se han autorizado como alternativa a los N95 cuando es necesario. Sin embargo, están aprobados por varios estándares internacionales, aunque los CDC advierten que muchos de esos estándares no incluyen requisitos de calidad específicos y, lo que es más importante, que hasta el 60 por ciento de los disponibles en EE.UU. son falsificados.

¿Cómo se reutilizan?

En circunstancias normales, de acuerdo con la guía de los CDC, lo ideal es que los cubrebocas N95 no se reutilicen. Sin embargo, debido a los problemas con su suministro y el de otros equipos de protección personal que marcaron el primer año de la pandemia, la agencia emitió una guía para su reutilización donde los trabajadores de la salud no podían contar con un suministro constante de nuevos cubrebocas desechables de alta calidad.

La investigación publicada en 2020 sugirió que las mejores formas de reutilizar los N95 incluían rotar varios en el transcurso de varios días, calentarlos a 70 °Fahrenheit (21 °Celsius) durante una hora e incluso limpiarlos con vapor o hervirlos. Sin embargo, no se recomienda lavarlos con agua y jabón o alcohol.

Sin embargo, esto se refiere a los cubrebocas utilizados por los trabajadores de la salud en entornos de alto riesgo. Para las personas que los usan en la vida cotidiana y pueden seguir otras precauciones de distanciamiento, los expertos han sugerido un método más simple que funciona tanto para N95 como para KN95: dejar un cubrebocas usado en una bolsa de papel kraft seca durante uno o dos días, esencialmente secar el cubrebocas mientras se evita que cualquier virus que quede en él infecte a cualquier persona cercana.