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De Kivelidi a Navalni, 25 años de asesinatos con armas químicas

Moscú, 15 ene (EFE).- El modus operandi para eliminar a personajes incómodos para el Kremlin con agentes químicos como Novichok no ha cambiado desde que se utilizara por primera vez contra el banquero Iván Kivelidi en 1995 y por última vez contra el opositor Alexéi Navalni en 2020, según el abogado Boris Kuznetsov, perseguido por los servicios secretos rusos.

"Los servicios secretos eliminan a personas indeseables para el régimen. Kivelidi era peligroso. Lo mismo pasó con (el doble agente Serguéi) Skripal y ahora con Navalni", comentó a Efe Kuznetsov, exiliado en Letonia.

Kuznetsov sabe de lo que habla, ya que tiene en su poder el material toxicológico del primer caso conocido de uso de Novichok en territorio ruso, relato que ha plasmado en uno de los capítulos de un libro aún sin publicar que hizo llegar a Efe.

NAVALNI, UN ESLABÓN DE LA MISMA CADENA

Por eso, en cuanto se enteró del envenenamiento de Navalni, lo primero que hizo fue ponerse en contacto con la clínica Charité de Berlín donde fue ingresado el opositor después de caer en coma en agosto pasado en Siberia.

"Para empezar entregué los documentos a los médicos de Charité porque pensé que podrían ayudar a curar a Navalni", dijo el abogado, que defendió al principal acusado del envenenamiento del banquero.

Son 17 documentos con peritajes forenses, médicos, químicos y toxicológicos sobre los síntomas de la enfermedad de Kivelidi, las secuelas en el organismo de la víctima e incluso la fórmula química de Novichok.

"Contra Navalni usaron un Novichok perfeccionado. Bueno, entonces no se llamaba Novichok, ese nombre sólo se conoció en 2018 cuando envenenaron a Skripal", explica.

Precisamente, tras el ataque a Skripal en Salisbury (sur de Inglaterra), Kuznetsov se puso en contacto con uno de los químicos soviéticos que participó en la elaboración de Novichok, Vil Mirzayánov, quien le confirmó desde su exilio en EEUU que la sustancia utilizada contra Kivelidi y el antiguo agente era la misma.

ALIANZA FSB Y CRIMEN ORGANIZADO

Kuznetsov, que también representó los intereses de la asesinada periodista rusa Anna Politkóvskaya a manos de un comando chechén, considera que todas esas operaciones están relacionadas y llevan al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).

"La alianza entre los servicios secretos, el crimen organizado y los chechenes se ha reforzado en los últimos años", señala.

El letrado recuerda que Skripal colaboró con las autoridades españolas en el marco de la investigación de grupos criminales de San Petersburgo y otras ciudades rusas.

"Y Litvinenko también colaboraba con investigadores españoles, aunque con él no usaron Novichok, sino Polonio", señala, sobre el asesinato en 2006 en Londres del antiguo espía del KGB.

Según el abogado, uno de los implicados en el asesinato de Kivelidi sirvió en el mismo departamento del KGB que Andréi Lugovói, principal sospechoso del asesinato de Litvinenko.

"Ya nada me sorprende. Trabajé durante 20 años en el sistema penal ruso. Ahora no hay duda de que unos criminales están sentados al frente del país y los métodos que utilizan también son criminales”, señaló.

PECADO ORIGINAL DE NOVICHOK

El asesinato de Kivelidi, uno de los pioneros de la libre empresa en este país, fue, según Kuznetsov y la prensa independiente rusa, "el primer caso de uso de Novichok contra una persona en la historia de Rusia".

"Era una persona muy influyente entre los empresarios y banqueros rusos. Podía influir en las autoridades de entonces contra los criminales", resalta.

El liberal Kivelidi, que tenía ambiciones políticas, se dirigió al entonces presidente, Boris Yeltsin, para que tomara medidas enérgicas contra la creciente influencia del crimen organizado, y amenazó con una huelga de bancos privados.

El químico "Leonid Rink confirmó en el interrogatorio que contra Kivelidi se usó un agente tóxico militar sobre la base de fósforo que influye en el sistema nervioso", apuntó.

Rink, al que el jurista considera colaborador del FSB, fue condenado a una pena suspendida por, según el abogado, "sintetizar" el Novichok coincidiendo con la desintegración de la Unión Soviética (1991) y vendérselo a los asesinos del banquero.

"Debería estar en prisión. Él sintetizó el Novichok con el que envenenaron a Kivelidi. Lo establecieron los tribunales", subraya Kuznetsov, quien destaca que la prensa oficial rusa utiliza a Rink como experto para rebatir todas las acusaciones sobre la mera existencia de Novichok -que Moscú niega insistentemente-, y el uso de agentes químicos contra los enemigos del Kremlin.

Kuznetsov, que mantiene que Putin se la tiene jurada desde que defendiera a los marineros muertos en el hundimiento del submarino atómico Kursk (2000), denuncia en su libro que, pese a haberse comprometido a eliminar su arsenal químico, Rusia siguió desarrollando "Novichok" tras la caída de la URSS.

Además, advierte que desde entonces centenares de dosis de dicha "arma de destrucción masiva" fueron a parar a manos de grupos criminales.

Ignacio Ortega

(c) Agencia EFE