En medio de un amplio esquema de seguridad, el líder norcoreano Kim Jong-Un llegó a Rusia en un tren blindado en las primeras horas del martes. El viaje, poco usual en la agenda de Kim, contempla un encuentro con el presidente ruso Vladimir Putin. Mientras, Occidente y Asia vigilan de cerca el encuentro.

La geopolítica busca una vieja alineación.

En el lejano oriente ruso, este 12 de septiembre arribó un tren blindado que transportó por más de un día al líder norcoreano, Kim Jong-Un, que se reunirá en las próximas horas con el presidente ruso Vladimir Putin para tratar temas "sensibles", adelantó el Kremlin.

Kim arribó a Rusia con una nutrida delegación que incluye a los ministros de Defensa y de Exteriores, así como altos cargos militares.

El líder norcoreano fue recibido con alfombra roja en la estación de Khasan, mientras recibía honores de la guardia integrada por efectivos de las tres ramas de las Fuerzas Armadas de Rusia y una orquesta militar.

El recibimiento estuvo a cargo del ministro Ruso de Recursos Naturales, Alexandr Kozlov, presidente de la comisión intergubernamental de ambos países. Koslov también lo recibió en abril de 2019 cuando se realizó la primera cumbre entre Kim y Putin en la ciudad de Vladivostok.

El viaje de Pyongyang a Vladivostok, cuya distancia es de 1.200 kilómetros, tarda al menos 20 horas, suponiendo que el tren especial del líder norcoreano, pesado debido a su blindaje, viaje a una velocidad de aproximadamente 60 kilómetros por hora.

Putin brindó detalles de su agenda durante la sesión plenaria del Foro Económico Oriental. Dijo que tiene planeada una visita al cosmódromo de Vostochni, ubicado a unos 1.500 kilómetros al norte de Vladivostok en la región de Amur, Siberia.

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