Vinicius es el Real Madrid: ni más, ni menos

Vinícius es lo que hay. Para lo bueno y lo malo. El brasileño deja de ser la perfecta muestra de estos nuevos tiempos para el Real Madrid. No tiene el equipo blanco ninguno de los diez jugadores más desequilibrantes del mundo, probablemente tampoco uno de entre los 20, y por eso toca aferrarse a una esperanza, a un podría ser, a que el brasileño madure de repente sobre el campo y tome por fin las decisiones adecuadas cuando llega el momento de la verdad.

Ni Mbappé ni Haaland visten la camiseta madridista porque no está la economía del club para hacer esfuerzos como aquel de 2009, cuando de golpe llegaron Cristiano, Kaka, Benzema y Alonso, entre otros. Tal es así que este año no solo no se ha fichado a nadie sino que el Madrid se ha tenido que desprender de talento para cuadrar sus cuentas. Así, Achraf y Reguilón se han marchado dejando muchos millones en la caja y Bale y James para librarse de sus millonarias fichas. A cambio, ni una cara nueva más que el repescado Odegaard.

¿Está el Real Madrid haciendo bolsa para ir a por una estrella mundial? Solo Florentino lo sabe y solo el tiempo lo dirá, pero ahora la realidad es Vinícius y su tremenda irregularidad. Espera un año de esperanza con cada regate, con cada gol, pero de desesperación con cada fallo y con cada mala decisión que toma en el campo. Es lo que hay, insisto.

Vinicius Jr en un partido del Real Madrid (REUTERS/Susana Vera)
Vinicius Jr en un partido del Real Madrid (REUTERS/Susana Vera)

Existe otra esperanza, la de Eden Hazard. Que el belga por fin se recupere del todo de las lesiones que le asolan desde que viste de blanco, que coja la forma y vuelva a ser el jugador que maravilló en el Chelsea. Bueno, todo es posible, pero es mejor esperar a ver si es capaz de jugar cinco partidos seguidos antes de especular con que recupere ese nivel de top 5 del mundo con el que llegó.

Así que mientras, lo que hay es Vinícius. Entiendo a Benzema, a lo que le pasó en Alemania. Viendo cómo estaba jugando el brasileño, se desesperó. No es por su individualismo, es por eso que pasa por su cabeza que le hace tomar siempre la decisión equivocada en cuanto pisa el área contraria o la posibilidad del gol es real. La desesperación de Karim no venía solo del Borussia Park, era de antes, del Camp Nou. En una espléndida media hora final, el Madrid pudo matar el Clásico muchísimo antes de que lo hiciera Modric, pero Vini malogró un contragolpe tras otro con decisiones incomprensibles, de las que escapan a la lógica. La pausa de Luka en su gol es la que le faltó al brasileño cada vez que tocó el balón con todo a su favor.

Dudo que tenga mucho recorrido el caso Benzema vs Vinícius. Son cosas de vestuarios, su relación es buena. Pero bien hará el galo en mentalizarse de que ahora mismo el brasileño es una de las grandes bazas que tiene este Real Madrid, que su explosividad y energía es muy necesaria en un equipo veterano y sin chispa que necesita lo que aporta el brasileño. Mientras la cabeza de Vini decide si se va a quedar por el camino, si va a ser un Robinho de la vida, o va a ser un crack mundial, toca tener paciencia con él... porque no hay mucho más en este Madrid. Salvo que Hazard diga lo contrario.

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