Kósovo | El asesinato de un policia y el tiroteo en un monasterio reavivan las tensiones con Serbia
Las fuerzas del orden kosovares recuperan el control de un monasterio del norte de Kósovo, donde una treintena de hombres armados se habían atrincherado durante varias horas.
El ministro del Interior, Xhelal Sveçla, afirmó que tres asaltantes murieron y dos agentes resultaron heridos.
Las tensiones comenzaron durante la mañana del domingo, cuando un grupo serbio emboscó a una unidad policial kosovar que patrullaba en la frontera con Serbia.
El ataque dejó un policía muerto y otro herido. Acto seguido, el grupo de asaltantes acudió al monasterio de Banjska en busca de refugio.
Anteriormente, la policía había dicho que también se había "detenido a cuatro civiles en posesión de equipos de radiocomunicación" y que se había incautado un gran número de armas y munición.
Kósovo responsabiliza a Serbia del ataque
Estos hechos ocurren en medio del aumento de las tensiones entre Pristina y Belgrado, que negó toda responsabilidad.
En una vigilia en la comisaria de policía de Pristina en honor al policía albanokosovar asesinado, el primer ministro de Kósovo, Albin Kurti, acusó a "funcionarios de Belgrado" de ofrecer apoyo logístico y financiero "a la delincuencia organizada".
La Presidenta de Kósovo, Vjosa Osmani, también acusó a Belgrado de emplear a las bandas criminales para desestabilizar el orden.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, también ha condenado el asesinato, pero ha negado cualquier implicación de su país, afirmando que los atacantes eran serbios de Kósovo.
"No quiero justificar la muerte de un albanés, y no es justificable. Hay que condenarlo", declaró Vucic. Pero "el único culpable de todo lo que está ocurriendo en el norte de Kósovo (...) es Albin Kurti. No deja de provocar, y lamento que algunos serbios hayan cedido a sus provocaciones".
A "los que piensan que esto empujará a Serbia a reconocer a Kósovo", añadió Vucic, "les digo que esto no sólo me ha fortalecido a mí, sino a toda la nación, y que nunca reconoceremos la independencia de Kósovo, aunque nos maten a todos".
Aumento de las tensiones entre Pristina y Belgrado
Kósovo, de población mayoritaria de origen albanés, declaró su independencia de Serbia en 2008 y desde entonces, ha sido escenario de varios episodios de violencia.
Serbia, con el apoyo de sus aliados rusos y chinos, se ha negado desde entonces a reconocer la independencia de Kósovo, que alberga una comunidad serbia de unos 120 000 miembros. Esta habita principalmente en el norte, donde tuvieron lugar los hechos y donde algunos de sus miembros rechazan cualquier lealtad a Pristina.
El último episodio de violencia tuvo lugar durante la primavera de este año, cuando las autoridades kosovares decidieron nombrar alcaldes albaneses en cuatro municipios de mayoría serbia.
Esto desencadenó importantes manifestaciones, la detención de tres policías kosovares por Serbia y disturbios por parte de manifestantes serbios que dejaron heridos a más de 30 miembros de la fuerza de mantenimiento de la paz en Kósovo (KFOR), dirigida por la OTAN.