Julieta Díaz: regreso al teatro y a la televisión

Julieta Díaz vuelve al teatro y a la televisión
Fuente: LA NACION - Crédito: ALEJANDRO GUYOT

Este año Julieta Díaz había decidido retomar la actividad teatral. El nacimiento de su hija Elena, hace seis años, la había llevado a tomar la decisión de no trabajar los fines de semana. Tenía dos proyectos en preparación. En la primera quincena de abril iba a estrenar Precoz, una adaptación teatral de la novela de Ariana Harwicz junto al actor Tomy Wicz, con dirección de Lorena Vega. Y cuando la obra estuviera en marcha iniciaba los ensayos de un nuevo texto de Javier Daulte, también director, con un elenco que se completaba con Gloria Carrá y Paola Krum.

La cuarentena impuesta en marzo hizo que ambas propuestas quedaran detenidas y aquel deseo de volver a un escenario se viera frustrado durante ocho meses. Pero un llamado del productor Sebastián Blutrach cambió notablemente la situación. Él le propuso participar de la obra Felices los felices, de la francesa Yazmina Reza que, a partir de hoy, a las 21, podrá verse por streaming desde la página del teatro El Picadero.

El espectáculo, que cuenta con dirección de Daniel Veronese y del que también participan Cecilia Roth y Peto Menahem, está conformado por tres cuentos de la autora de piezas como Art y Un dios salvaje. Tres monólogos enlazados por el vínculo de sus protagonistas. Un matrimonio integrado por Odile y Robert Toscano y una amiga de la pareja, Pascualine Hutner.

Los textos exponen una serie de singularidades que los tornan muy potentes. Dejan entrever con solidez las conductas de los personajes, su universo social y están inmersos en una situación en la que también asoma el humor.

"El material -explica Julieta Díaz- tiene algo muy especial. Uno se identifica con los universos vinculares. Esta cosa de las parejas, de las familias y después la idiosincrasia de cada estrato social, de cada cultura, de cada personaje con sus particularidades, sus detalles. Me gustó esa combinación. El humor es sutil, tiene profundidad. No termina de ser algo dramático aunque se meta con cosas muy tristes. Tampoco es superficial. Yazmina Reza expone un mundo muy interesante".

-¿En escena ustedes leen el texto?

-Es una lectura interpretada muy trabajada. Es muy placentero hacerlo. Al ser monólogos hay una línea de pensamiento que se continúa en el siguiente pero también hay personajes muy ricos. En mi caso lo que trabajamos con Daniel Veronese es que se trata de alguien que habla con una persona con la que tiene mucha intimidad. Después está bueno porque a continuación verás la subjetividad de la mirada del marido respecto del vínculo. Uno aporta su mirada y el otro la suya. Y si uno se pone a analizar siempre los dos tienen un poco de razón en sus planteos.

-¿Te resultó difícil seguir el proceso de ensayos por Zoom?

-Creo que la pandemia nos puso un poquito fóbicos a todos que, en algún punto, no queremos salir de la casa. En el teatro y sobre todo en la actuación es necesario poner el cuerpo. Por momentos era un poco incómodo porque la tecnología no funciona bien, a veces. Por otro lado como se trata de un monólogo y decía el texto mirando a cámara el trabajo fluía muy bien. Eventualmente fue interesante como una experiencia apartada. Claramente después cuando ensayamos en la sala fue otra cosa. La experiencia del streaming me parece superinteresante. Es otro lenguaje. Es teatral pero al mismo tiempo audiovisual. No es teatro filmado.

Julieta Díaz, lista para los nuevos protocolos para la grabación de la miniserie Pequeña Victoria
Fuente: LA NACION - Crédito: ALEJANDRO GUYOT

-¿Extrañabas no hacer teatro?

-Nunca fui de hacer mucho teatro pero vengo de familia de teatristas. Estudié teatro e hice algunas experiencias muy hermosas pero, la verdad, es que hice más televisión y cine. Cuando nació mi hija no quise hacer más teatro para no tener que irme los fines de semana y ahora ya tiene seis años. Tengo ganas de volver y por eso había comenzado el año con proyectos. Ya se van a concretar y esperemos que podamos proteger al teatro y sostener las salas, sobre todo las independientes hasta que comencemos bien.

-¿Han sido difíciles estos meses sin trabajar, sin poner a prueba tu creatividad?

-Lo que me pasó es que, como vengo laburando mucho, entonces pude darme el lujo de no trabajar y sostenerme igual. El padre de mi hija, aunque estamos separados, es un padre muy presente, muy justo. No tuve una preocupación económica. Fue enorme eso para la tranquilidad y después en lo creativo aparecieron otras cosas. Se dieron millones de procesos personales en estos ocho meses pero creativamente estuve cantando bastante. Haciendo cosas por amor al arte con amigos y compañeros y estuve escribiendo cosas para mi. Ahora estoy con ganas de empezar a trabajar. Comienzo también a grabar Pequeña Victoria para Telefé y Amazon.

-Ese proyecto tuvo una primera aparición el año pasado.

-Se hizo un programa que se llamó Pequeña Victoria y este año se hace una serie que va a dirigir Gerardo Taratuto. Son diez capítulos y hay otros directores invitados. Empezamos en diciembre y continuaremos hasta principios de marzo. Estoy muy contenta. Es un proyecto muy hermoso y además me alegra que termine el aislamiento. Es la primera serie que se graba para ese grupo de comunicación. Ese trabajo siempre se mantuvo ahí. Es difícil volver después de tanto estar adentro. Mi sector fue muy castigado, sobre todo los actores y las actrices. Todo ha sido muy duro. Me alegro que se empiece a activar con protocolos. Nosotros vamos a hacer lo nuestro, punta de lanza a ver qué onda. Grabaciones con protocolos, barbijos.

-Seguramente va a resultar extraño relacionarse con los compañeros considerando los cuidados que deben tenerse.

-Sí, claro. Contar historias de amor con hijos, amigos y, a la vez, hacerte test de coronavirus todas las semanas para abrazar a un compañero o agarrar a un niño o besar a un supuesto amante de la historia. Va a ser intenso.

"Este año fue de bancarse la incomodidad", señala Julieta Díaz
Fuente: LA NACION - Crédito: ALEJANDRO GUYOT

-¿Qué expectativas tenés respecto a la recepción de las obras ahora que se está retomando la actividad teatral?

-El teatro se abre pero hay que ver si los espectadores asisten. Primero está el tema de lo económico. La economía de muchas personas ha sido arrasada y luego habrá que ver si se animan a meterse en un teatro. Creo que hay gente que tiene la necesidad y lo hará. Me parece que van a activarse más los espectáculos al aire libre, sobre todo en verano. Yo tengo ganas de ir al teatro. Y voy a ir. Depende de lo que vaya sintiendo la gente o lo que vaya necesitando.

-¿Pensás que cuando termine la pandemia vamos a ser distintos?

-Se habla de eso. Creo que vivimos procesos fuertes. Si vamos a ser distintos, no lo sé. La logística de algunas cosas creo que va a cambiar. También algunos procesos internos o algunas miradas. Colectivamente lo veo difícil. Creo que vamos a seguir con los mismos procesos. Hay una parte del mundo que viene buscando una cosa más luminosa, más solidaria y más generosa y hay otra parte que está totalmente en una rueda re loca y eso no va a parar. Tengo también una parte ingenua de deseo pero no sé. Ahora se dice mucho que vamos a ser mejores. Algo distintos vamos a estar, hasta que nos acomodemos para estar tranquilos. Pasará un tiempo largo después de la vacuna y hasta que haya muy pocos contagios y ninguna muerte. Hay gente que está muy relajada y otra que sigue muy asustada. Nosotros veníamos difícil y esto fue bravísimo. Más allá de que a uno le guste o no la manera en que el gobierno resuelve o maneja las cosas, cada uno con su opinión, pero es una situación que no se la deseo a nadie a la hora de organizar un país que encima viene como viene. Yo confío que iremos mejorando. Siempre tengo esa ilusión. Argentina es sobreviviente en tantas cosas. Con respecto al teatro y a nuestro trabajo estoy muy contenta de que se empiece a activar y que se abran las salas. Ya encontraremos la manera de volver al teatro todos juntos, disfrutando, mientras tanto hay que bancarse las transiciones. Como dicen muchas religiones o caminos espirituales: hay que estar un poco en la incomodidad. Este fue un año de bancarse la incomodidad.