La jueza Ana María Figueroa dijo que fue "la primera víctima del lawfare" y denunció al exfuncionario macrista Juan Bautista Mahiques

Ana María Figueroa, jueza de la Cámara Federal de Casación, declaró por escrito que el exfuncionario Juan Bautista Mahiques la presionó para que votara en una causa como pretendía el macrismo

La jueza de la Cámara Federal de Casación Ana María Figueroa juró ante la Justicia que fue "la primera víctima del lawfare" que denuncia el kirchnerismo y aseguró que en 2015 el exsubsecretario del ministerio de Justicia Juan Bautista Mahiques la visitó en su despacho cinco días después de que asumiera Mauricio Macri para reclamarle que firmara un fallo que declaraba abstracta la discusión sobre la constitucionalidad del pacto firmado entre Argentina e Irán por la causa AMIA.

Pasaron más de cuatro años, pero Figueroa dijo que nunca denunció lo ocurrido (hecho que Mahiques niega) porque era la primera vez que le pasaba y no tenía información sobre el "lawfare". Eso es, según su interpretación, lo que sufrió, porque después de su negativa tuvo tres pedidos de investigación en el Consejo de la Magistratura, que los diarios reflejaron durante esos años. La jueza interpretó, en sintonía con el kirchnerismo, que hay una alianza entre medios y poder político para crear falsas acusaciones penales en su contra. Según ella, esos artículos y la acción del Consejo era parte de un "disciplinamiento".

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"Las referidas e infundadas denuncias ante el Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación y las publicaciones mediáticas constituyeron mecanismos de presión con una clara pretensión de disciplinamiento, que utilizaban contra juezas/ces, que como en mi caso, no aceptábamos injerencia alguna en nuestro trabajo jurisdiccional", dijo la magistrada, que además se declaró víctima de maniobras de espionaje durante el gobierno de Macri.

Señaló que su "actitud independiente y de resistencia a las presiones" de la prensa y el Consejo de la Magistratura le trajeron "problemas de salud" a los que su médico de cabecera, según ella, no les pudo "hallar una causa orgánica". Figueroa dijo que el médico le indicó que la somatización se debía a una "aversión a la injusticia y falta a la verdad" que padeció.

Figueroa, por radio, había dicho hace 15 días que había sufrido presiones del gobierno de Macri por este asunto, pero no dijo quién la había presionado. Cristina Kirchner dijo por Twitter que había sido Mahiques, actual Procurador General de la ciudad de Buenos Aires. El interesado lo negó -también por Twitter- y dijo que nunca acudió al despacho de Figueroa y que nunca existió el intercambio que ella había insinuado.

Las declaraciones de Figueroa a la radio se convirtieron en una causa penal contra el gobierno de Macri por presuntas presiones a la Justicia para conseguir "fallos a la carta", como dijo la vicepresidenta. En ese expediente, que tramita ante el fiscal federal Ramiro Gonzalez, Figueroa declaró como testigo. Lo hizo por escrito, dada su condición de camarista.

Mahiques dijo que nunca acudió al despacho de Figueroa y que nunca existió el intercambio que ella había insinuado en declaraciones radiales

Allí dijo que fue presionada, pero aclaró que no se sintió coaccionada. Dijo que no le dio la entidad suficiente para denunciarlo porque era la primera vez que le ocurría.

Figuerora dijo que Mahiques la visitó el 15 de diciembre de 2015 para decirle que cuando el ministro Germán Garavano concurriera a tribunales, el 20 de ese mes, esperaba que estuviera firmado el fallo que declaraba abstracta la discusión constitucional sobre el memorándum firmado con Irán. En ese asunto, el gobierno de Cambiemos a poco de asumir desistió del recurso, por lo que el fallo declarando abstracto el asunto era no solo lo que se debía hacer, sino que era una formalidad que deba por cerrada la discusión.

Figueroa se dijo sorprendida por el pedido de Mahiques y sostuvo que a partir de allí fue denunciada y que los medios recordaron entonces sus simpatías por el kirchnerismo y su adhesión a las políticas orientadas por la vicepresidenta.

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En diciembre de 2015, Mahiques era el subsecretario del Ministerio de Justicia que tenía a su cargo las relaciones con el Poder Judicial; después, fue elegido por Macri como el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura. Es hijo del camarista Carlos Mahiques, compañero de Figueroa en la Cámara Federal de Casación.

Las "presiones" que denunció Figueroa no se refieren a la denuncia de Alberto Nisman que motivaron que Cristina Kirchner sea enviada a juicio acusada de encubrimiento, sino de una causa anterior, referida a la constitucionalidad del acuerdo con Irán.

No pude dimensionar que la visita de Mahiques en aquella oportunidad sería la iniciación de un proceso con pretensiones de condicionar las decisiones de los miembros del Poder Judicial Ana María Figueroa

Figueroa dijo que el diálogo con Mahiques fue la única vez que le preguntaron desde el Gobierno de Macri sobre alguna cuestión. Dijo que cuando le preguntaron por radio si Mahiques era el funcionario que la presionó no dijo su nombre "por una cuestión de prudencia funcional", aunque ahora lo declaró bajo juramento.

"En ese entonces, no tenía información de lo que luego se conoció como 'lawfare', como un mecanismo de hostigamiento constante y sistemático, mediante un complejo despliegue de un aparato partidario, mediático e institucional. De modo que no pude dimensionar que la visita de Mahiques en aquella oportunidad sería la iniciación de un proceso con pretensiones de condicionar las decisiones de los miembros del Poder Judicial en general y en mi caso en particular", declaró la jueza que dijo que el suyo fue "el primer caso de 'lawfare".

Según Figueroa, la visita de Mahiques fue el inicio de una "persecución ideológica", pero ella no le dio la entidad suficiente. "Distinto habría sido con el correr del accionar público del macrismo, donde el lawfare se había instalado como práctica explícita", remató la magistrada, que dijo que hubo en el gobierno de Cambiemos "intenciones de destitución y disciplinamiento" en su contra. Y puso como prueba las notas de "cierta prensa, coordinada con el uso de las instituciones". Los artículos a los que aludió reflejaban los avances de las denuncias en su contra en el Consejo de la Magistratura y sus fallos en sintonía con el kirchnerismo.

"Nunca dicté un fallo según el nombre o la cara del imputado para complacer los intereses de un gobierno de turno, ni de grupos de poder", señaló, y dijo que "la convicción" con la que se opuso "a la dictadura militar, no iba a flaquear en una democracia, aunque sus prácticas fueran reprochables".