Jóvenes y desconocidas, pero entre las mujeres más ricas "hechas a sí mismas"
Hace unos días, la revista Forbes actualizaba su habitual lista anual de las mujeres "hechas a sí mismas" más ricas del mundo. Entre los nombres de estas empresarias y ejecutivas destacan los de la cantante Rihanna, la empresaria y productora de cine Diane Hendricks, la responsable financiera de Zoom Video Communications, Kelly Steckelberg; Kris Jenner, madre y cerebro del imperio Kardashian-Jenner, así como Oprah Winfrey, Alice Schwartz, Ellen DeGeneres y Madonna.
Sin embargo, en esta lista también aparecen dos mujeres de las que se habla mucho menos, pero cuyos desempeños dan cuenta de su empuje y su valía, en parte por tener poco más de 30 años.
La primera es Whitney Wolfe Herd, la fundadora y CEO de Bumble, una app para que las mujeres organicen citas amorosas.
“Todos merecemos un lugar en la mesa”, declaró hace tres años esta joven nacida en Salt Lake City, el 1 de julio de 1989.
La expresión tenía una doble carga: fue dicha en el acto de lanzamiento de un nuevo producto de Bumble, en el espacio donde en otros tiempos estuvo ubicado el restaurante Four Seasons, tan frecuentado por hombres célebres como Henry Kissinger o Stephen Schwarzman.
Ahora, en medio de tiempos de cambio para las mujeres, tocaba alzar el mentón y asumir un nuevo papel: “El power lunch ya no es sólo para hombres”, volvió a la carga Herd ante una audiencia mayoritariamente constituida por mujeres libres e independientes, de acuerdo con un reporte de la propia Forbes.
De la mano de esta emprendedora, Bumble se convirtió en el principal competidor de la célebre app Tinder, empresa de la que fue cofundadora y vicepresidenta de mercadotecnia, pero con la que en 2014 terminó en los tribunales. Herd había demandado a la compañía y a su jefe y exnovio, Justin Mateen, por acoso sexual y maltrato verbal. Al final todo se resolvió con un acuerdo del que no trascendieron más detalles.
Lo cierto es que entonces Whitney Wolfe Herd decidió abrirse camino por sí sola y centrar su actividad en el público femenino, satisfaciendo las necesidades de un renglón no menos poderoso y con deseos de marcar su territorio sin la anuencia de patrones y prejuicios masculinos.
“No somos uno de los tantos competidores que simplemente tratan de enganchar a la gente”, aseguraba Herd en 2019. “Tratamos de decir ‘Cambiemos conductas que llevan miles de años a nivel global’. ¿Se entiende por qué es un desafío tan grande?”
En la actualidad, Bumble, cuyo 85% del personal está compuesto por mujeres, tiene un capital de 162 millones de dólares y espera poder salir a bolsa a inicios de 2021. También posee un fondo de capital de riesgo dedicado a invertir en proyectos generados por mujeres emprendedoras.
Una línea de cosméticos sanos y naturales
La otra mujer que sobresale es Karissa Bodnar, quien en 2015 lanzó Thrive Causemetics, una marca de cosméticos vegana.
Según ha trascendido, Bodnar decidió echar a andar esta compañía luego de que una amiga suya muriera de una rara forma de cáncer. Por eso sus cosméticos “limpios” pueden ser usados por personas con sistemas inmunológicos comprometidos.
Antes de lanzarse en esta aventura, esta joven trabajó para una división de lujo de la marca francesa L'Oreal, y mucho antes, siendo todavía una niña, pasaba horas mezclando productos en su casa en el estado de Washington.
Pero hubo un momento en que Bodnar, de 32 años, asumió la tarea de elaborar productos de calidad que fueran respetuosos con el medio ambiente, con los recursos naturales, y que no dañaran la piel de las mujeres.
Have you gotten on the list for the first ever Vegan Cuts Winter Makeup Box?!💄⛄️💋 @Juicebeauty @ThriveCause & more! pic.twitter.com/UI43nUGIod
— Vegancuts (@vegancuts) December 9, 2016
“Hace cinco años, los cosméticos veganos no eran muy efectivos”, dice ella. “Al jugar con ingredientes como polímeros, ácido hialurónico y espirulina, sabía que podía crear mejores productos veganos y libres de crueldad sin parabenos y sulfatos”.
Uno de sus productos estrella, el rímel Liquid Lash Extensions Mascara, está elaborado a base de extractos de plantas coreanas y células madre de orquídeas.
“Si una persona tiene cáncer, alopecia o tricotilomanía, su piel puede ser más sensible”, asegura Bodnar, quien le dio nombre a uno de sus modelos de pestañas postizas como “The Kristy”, en homenaje a aquella joven amiga que murió de cáncer.
Tras sus estudios universitarios, Kristy se marchó a Chile, a enseñar inglés en un orfanato, al tiempo que Karissa Bodnar se trasladaba a París para trabajar en L'Oreal. Fue ahí que apareció el cáncer. “Ella ni siquiera se sintió enferma”, relata. Nueve meses después ya había fallecido con apenas 24 años.
Según Bodnar, a Kristy le costaba trabajo encontrar maquillajes que no le hicieran daño durante su etapa de quimioterapia. No había productos de belleza para ella.
Por eso esta emprendedora le dedicó tantas horas iniciales a la elaboración de cosméticos más sanos. Afortunadamente, al cerrar el primer año de Thrive Causemetics la empresa ya era rentable.
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