El hombre en la sombra del que se dice que manda más que Florentino en el Real Madrid

José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid. Foto: Twitter @totalcristiano
José Ángel Sánchez, director general del Real Madrid. Foto: Twitter @totalcristiano

"Para entrenar al Real Madrid se necesita algo más que currículum. Se necesita una cosa que se llama lobby y yo no lo tengo porque no tengo cercanías a la gente que toma esas decisiones. A la persona que maneja el lobby no le caigo bien. Mi nombre ha estado en la mesa alguna vez, pero...". Así se lamentaba anoche, durante una entrevista en el programa de radio El Larguero, el técnico Míchel, flamante fichaje del Getafe y eterno aspirante al banquillo de clubes de media España... menos, paradójicamente, del blanco, pese a que como jugador el Bernabéu le considera una de sus leyendas históricas en los '80 y '90. No lo dijo, pero otorgó al callar cuando le preguntaron si es José Ángel Sánchez quien le ha vetado.

Ignoramos si existe alguna rencilla personal entre uno de los mejores números 8 de la historia reciente del equipo (con permiso de Mijatovic y Kroos) y el hombre que, según el organigrama corporativo, ostenta el cargo de director general de la institución. Solo está por debajo de Florentino Pérez, aunque las malas lenguas dicen que eso es en el papel y que en realidad tiene más poder incluso que el presidente. En rigor, en general sabemos muy poco de una persona que tiende a mantenerse en la sombra y a protagonizar escasísimas apariciones públicas.

A Sánchez se le considera la persona que mueve los hilos en la política deportiva madridista. Se le cita como responsable de algunos grandes fichajes del club en los últimos tiempos, como Courtois, Casemiro, Varane o el mismo Kroos, aunque también ha participado en fracasos como el de Hazard. Florentino le tiene como su mano derecha y no solo le permite aconsejarle, sino que delega en él las gestiones más farragosas.

Su biografía no ofrece demasiada información. Se sabe que José Ángel Sánchez Periáñez nació en Segovia en 1967 y que sus estudios universitarios son de Filosofía y Letras, pero sus intereses profesionales fueron por el camino de la gestión empresarial: en 1992 asumió el cargo de director comercial del fabricante de videojuegos Sega en España y tres años más tarde se le ascendió a director general para toda Europa. Luego, cuando Pérez ganó las elecciones en el año 2000, le fichó como jefe de marketing.

Esteban Cambiasso, Zinedine Zidane, Luis Figo, Ronaldo y David Beckham saltando en la barrera ante un lanzamiento de falta durante un partido del Real Madrid.
De derecha a izquierda, Beckham, Ronaldo, Figo y Zidane, los cuatro grandes fichajes "galácticos" en el primer mandato de Florentino Pérez en el Real Madrid. El quinto futbolista en la barrera, a la izquierda, es Estaban Cambiasso.. Foto: Nick Potts - PA Images via Getty Images.

Su trabajo fue fundamental para la consolidación de la fama mundial del equipo de los galácticos que confeccionó Pérez en aquellos tiempos con quizás no los mejores jugadores (a fin de cuentas, pese a la acumulación de talento a golpe de talonario, el Real Madrid de la época solo ganó dos Ligas y una Champions en seis años), pero sí los de más renombre mediático, con rostros como Figo, Zidane, Beckham o Ronaldo. En tan buena estima se le tenía que en 2006, cuando Florentino dimitió, su sustituto Ramón Calderón no solo no prescindió de sus servicios, sino que le ascendió al cargo de director general que todavía ocupa. Su poder se vio consolidado con la vuelta del presidente que le había traído en 2009 y, sobre todo, a raíz de la salida de la estructura del club de Jorge Valdano, el director deportivo que le hacía sombra, apenas dos años más tarde.

Sin nadie contra quien pelear, ha podido dedicarse a implantar definitivamente su visión del fútbol. Para él, asegura el diario Levante, un club deportivo no es más que una empresa como otra cualquiera, sujeta a las mismas reglas de mercado y competencia. Esto significa, en el mundo globalizado del siglo XXI, el predominio de cinco o seis "marcas" gigantes, valorables según la audiencia que generan y su perfil socioeconómico. El objetivo del club es transformar "una relación meramente pasional entre la marca y la audiencia en otra que posibilite un retorno económico", lo que implica trabajar "no solamente en el terreno de juego sino en el complicado mundo de las acciones promocionales".

Es innegable que, aplicando este modelo, el Real Madrid y otros grandes clubes europeos se han convertido en máquinas de generar dinero a niveles inimaginables hace solo un par de décadas. También, por otro lado, que los gastos asociados se han multiplicado. Esta concepción tan extremadamente mercantilista del deporte puede ser el origen de proyectos fallidos muy sonados como el de la Superliga.

La etapa de Sánchez como dirigente blanco también tiene también momentos muy turbios. A principios de 2016 su puesto corrió mucho peligro como consecuencia de la sanción que recibió el Real Madrid de dos mercados de fichajes sin poder contratar jugadores, como consecuencia de irregularidades que la FIFA detectó en traspasos internacionales de menores de edad para las categorías inferiores. Por otra parte, otros desastres burocráticos afectaron al Real Madrid y menguaron, aunque fuera temporalmente, la confianza de Florentino en él.

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Un ejemplo: el caso de David Bettoni. Este francés, amigo de Zidane desde que ambos coincidieron en la cantera del Cannes, ejercía como su segundo entrenador pero sin tener la licencia oportuna para ello. El club lo intentó desmentir diciendo que no trabajaba como tal, sino que era simplemente un "ayudante". Ante el riesgo de sanción, el Real Madrid le tuvo durante una temporada y media con el puesto oficial de utillero. De hecho, el propio Zidane también causó un problema cuando tuvo que hacerse cargo apresuradamente del puesto tras la destitución de Rafa Benítez por el mismo motivo: no disponía del título que le exigía la legislación.

Benítez, por cierto, se dice que fichó por el Real Madrid por recomendación expresa de Sánchez. Se le contrató en junio de 2015 y duró apenas hasta enero del año siguiente. Uno de los momentos más bochornosos de su trayectoria como entrenador merengue se vivió en Cádiz durante la eliminatoria de dieciseisavos de final de Copa del Rey contra el equipo local, en aquella época en Segunda B. El técnico hizo salir al campo a Denis Cheryshev, futbolista que el año anterior había estado cedido en el Villarreal y que arrastraba un partido de sanción desde entonces. Nadie, ni Sánchez ni ninguno de sus subordinados, le había avisado de que se estaba cometiendo alineación indebida: la Federación sancionó a los blancos eliminándoles del torneo.

También se acusó a Sánchez en su momento de ser el responsable del fichaje frustrado de David de Gea, a quien se intentó contratar desde el Manchester United pero no se le pudo inscribir porque el fax con la documentación llegó un par de minutos tarde. Ha habido periodistas, como José Ramón de la Morena, que se han mostrado tremendamente críticos con él, acusándole de otras actuaciones difícilmente justificables como la poco honorable salida de Iker Casillas.

No obstante, también hay que reconocer sus méritos. Que tanto en lo deportivo como en lo económico coinciden con los de Florentino: el Real Madrid es hoy uno de los clubes de fútbol más ricos del mundo (el segundo, según Forbes) y tiene varios títulos más en su palmarés que cuando él llegó. ¿Héroe o villano? Decida cada cual; Sánchez, mientras tanto, seguirá haciendo su trabajo en silencio, procurando pasar desapercibido, sin reconocimiento pero sin apenas críticas, sin que nadie le moleste y sin tener que dar la cara. Que es, probablemente, la forma más cómoda y eficaz de mandar.

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