Jorge Sampaoli asume que tiene las horas contadas, mientras pelea por la indemnización y Flamengo busca a un ex DT de Brasil
Las habituales reacciones extemporáneas que tiene Jorge Sampaoli no le quitan olfato para prever lo que vendrá. Su ira le deja lugar a la interpretación de los acontecimientos. Era consciente de que en la final de la Copa de Brasil se estaba jugando su puesto de entrenador de Flamengo. El empate 1-1 en la vuelta no le alcanzó para compensar la derrota 1-0 en la ida ante San Pablo, el campeón.
En medio de la tristeza del vestuario del estadio Morumbí, Sampaoli le dijo a su plantel unas palabras que sonaron a separación de caminos, a ciclo concluido. Según reflejó Globoesporte, el entrenador expresó: “Ni ustedes supieron aprovecharme a mí ni yo supe aprovecharlos a ustedes”. Sus colaboradores lo acompañaron con un mensaje que tenía el mismo tono. Renato Rodrigues, comentarista de ESPN Brasil, marcó un punto de no retorno: “No es mala relación entre Sampaoli y el equipo, la cuestión es que no hay relación”.
Tras cinco meses de gestión -debutó el 19 de abril, con un 2-0 ante Ñublense por la Copa Libertadores-, la salida de Sampaoli es inminente. “Contra San Pablo hicimos una gran final, pero nos van a sacar porque Flamengo perdió seis finales en el año y algo tienen que mostrar. Todavía no nos informaron nada. La verdad que laburamos muchísimo, fueron casi 40 partidos en cinco meses”, le comentaron a este diario desde el entorno de Sampaoli.
Ante el malestar de los hinchas, los dirigentes de Flamengo necesitan descomprimir la situación de un club que atraviesa un 2023 adverso en resultados, tras haber sido campeón el año pasado de la Copa Libertadores.
El director técnico de Casilda carga con tres decepciones: eliminado por Olimpia en los octavos de final de la Copa Libertadores, final perdida en la Copa Brasil y séptimo puesto en el Brasileirao, a 11 puntos del líder Botafogo. Cuando asumió, Flamengo cargaba la pesada mochila de haber perdido ante el Al-Hilal -lo dirigía Ramón Díaz- en las semifinales del Mundial de Clubes y las finales de la Supercopa de Brasil, la Recopa Sudamericana y el Estadual Carioca. Sampaoli no pudo revertir esa tendencia negativa en un club que tiene poca tolerancia a la derrota, y mucho menos paciencia entre sus torcedores, que explotaron contra el casildense en las redes sociales.
Lo más destacado de la segunda final entre San Pablo y Flamengo
Como ya ocurrió en las rescisiones anticipadas de contrato que tuvo en Olympique Marsella y Sevilla, la cuestión económica vuelve a ser fundamental para que Sampaoli firme el finiquito. Él no está dispuesto a renunciar. Con contrato hasta el 31 de diciembre de 2024, su despido implica una indemnización de 7,9 millones de reales, aproximadamente 1,6 millones de dólares. Mientras Flamengo propone un plan en cuotas, Sampaoli exige un único pago. De esas negociaciones está pendiente la desvinculación del exentrenador del seleccionado argentino.
En marzo de este año, Sampaoli fue despedido de Sevilla por una conjunción de factores: el equipo estaba comprometido con el descenso y su relación con el plantel se había deteriorado (Marcos Acuña llegó a romper dentro de la cancha un papel con indicaciones que le habían acercado desde el banco).
Desde el cuerpo técnico de Sampaoli asumían que el método de trabajo no había calado entre los jugadores: “Quizá nosotros le sumamos una complejidad que ellos (los futbolistas) no podían resolver. A veces, eso es un error”. En Sevilla sí le dieron el crédito de haber mejorado el estado físico del plantel heredado de Julen Lopetegui. A Sampaoli lo reemplazó José Luis Mendilibar, que hizo subir a Sevilla en las posiciones de Liga de España y lo condujo a la conquista de la Europa League. Mientras, Sampaoli entablaba con los dirigentes andaluces otro tipo de disputa, la económica: Sevilla gestionó reducir a la mitad los 10 millones de euros de indemnización.
Esta es la tercera experiencia de Sampaoli en el fútbol brasileño, tras haber dirigido a Santos y Atlético Mineiro. Los calendarios brasileños son extenuantes: dirigió 39 partidos en 158 días , a un promedio de un cotejo cada cuatro días.
Su paso por el club más popular de Brasil no estuvo exento de polémicas, que excedieron lo futbolístico. Sorprendió la ruptura con Arturo Vidal, a quien dirigió en el seleccionado de Chile que ganó la Copa América 2015. En julio, el Rey Arturo se fue de Flamengo a Athlético Paranaense y en el camino dejó una frase explosiva: “Me siento muy feliz de jugar. Siempre estuve preparado, solamente que me tocó un entrenador, un perdedor, que no sabe apreciar a los jugadores”.
En la citada Copa América de Chile, Sampaoli le perdonó a Vidal una salida nocturna, en la que chocó con su Ferrari cuando conducía hacia un casino. Hubo una fuerte presión social en el país trasandino para que lo excluyera del plantel, pero Sampaoli lo mantuvo. “Esa de la Ferrari es la que saben todos. Hay un montón más que no trascendieron”, dicen en el entorno del entrenador sobre la conducta de Vidal.
Hace poco menos de dos meses estalló otro conflicto con un integrante de su cuerpo técnico. El preparador físico Pablo Fernández fue separado tras haber agredido con un puñetazo al jugador Pedro Guilherme en el vestuario, luego de un partido, situación que Sampaoli no presenció. En su cuenta de Instagram, Guilherme escribió: “Cobarde, sin razón e inexplicablemente, fui atacado, con un puñetazo en la cara, por Pablo Fernández, miembro del comité técnico de Sampaoli. La cobardía física ha superado la cobardía psicológica que he sufrido durante las últimas semanas. Alguien que se siente con derecho a atacar a otro no merece el respeto de nadie. He pasado por muchas dificultades aquí en Flamengo, pero nada se compara con la cobardía que he sufrido hoy”.
El incidente se produjo en medio de un buen momento de Flamengo, con una sola derrota en 21 partidos. Pese a que se especuló que caería arrastrado por el preparador físico que era de su confianza, Sampaoli conservó el puesto. En su Instagram reprobó el comportamiento de su colaborador: “No creo en la violencia como solución. No nos lleva a ninguna parte. Ni en la vida, ni en el fútbol. A lo largo de mi carrera, he visto tantas peleas y siempre me han dejado con una sensación de vacío. Lo que pasó ayer me puso muy triste. Ensombrecimos una impresionante victoria con una disputa interna cuyas razones existen, pero en este momento no importan. La historia me ha demostrado que la única solución es la conversación. Incluso cuando cometí un error o vi el error de los demás. Tengo fe en la palabra. Que es una forma de tener fe en el ser humano. Porque la violencia nos separa y la conversación nos une. Soy el líder de este equipo. Me duele mucho cuando dos compañeros de trabajo se pelean”.
Mientras la suerte de Sampaoli en Flamengo está echada, los dirigentes también demoran el anuncio porque pretenden salir rápido de la crisis con la designación del nuevo entrenador. El apuntado es Tite, que dirigió a Brasil en los últimos dos mundiales, y a quien deben convencer para que asuma ahora, ya que su pretensión es hacerlo en enero. Flamengo no puede esperar.