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El escándalo de Jon Gruden en la NFL nos enseña el dolor que causa la homofobia en un vestuario

LAS VEGAS, NEVADA - OCTOBER 10: Head coach Jon Gruden of the Las Vegas Raiders reacts during a game against the Chicago Bears at Allegiant Stadium on October 10, 2021 in Las Vegas, Nevada. The Bears defeated the Raiders 20-9. (Photo by Ethan Miller/Getty Images)

Un efecto dominó es una serie de catástrofes o de fenómenos negativos que se suceden en forma de reacción en cadena. Una cadena que en el caso del escándalo que ha llevado a Jon Gruden a perder su puesto de entrenador en jefe de Las Vegas Raiders (y un contrato de 100 millones de dólares) empezó con la maraña de despropósitos que eran los Washington Redskins (el actual Washington Football Team). Posteriormente se ha llevado varias piezas por el camino y además ha podido cerrar alguna que otra puerta que se había abierto recientemente en los vestuarios de la NFL.

Lo que empezó en las altas esferas no terminó en Jon Gruden. En absoluto. El estropicio de fichas continuó mucho más allá y ha alcanzado a algunas que, en un principio y sobre el papel, no formaban parte del dominó. El ya exentrenador de los Raiders ha sido la cabeza de turco mediática, pero los daños colaterales de su escándalo han afectado a diferentes niveles, llegando incluso al vestuario del que era su equipo. Pero vayamos por partes y así podremos entender cómo una pequeña bola de nieve puede acaban arrasando con todo al irse haciendo grande.

Todo empezó con una investigación al Washington Football Team por la filtración de unas fotos de varias animadoras/dancers/porristas del equipo en paños menores. Unas imágenes que habían sido enviadas entre miembros del cuerpo de entrenadores vía email. El The New York Times fue tirando del hilo y, sin quererlo, se encontró con unos correos electrónicos de Jon Gruden con términos racistas y homófobos por doquier. Dicho de otro modo, el medio neoyorquino dio con unos cuantos grumos en un barrizal ya da por sí importante y se guardó el cartucho.

En un intercambio de emails de 2010 con Bruce Allen, entrenador jefe de los por entonces Redskins, Gruden ponía en entredicho la capacidad de las mujeres para arbitrar en la NFL, soltaba perlas ridiculizando a los homosexuales, utilizaba términos racistas y compartía fotos de cheerleaders en topless. Después de analizar más de 650.000 correos electrónicos y entrevistar a más de 100 testigos e implicados, la Liga tomó medidas y multó al conjunto de Washington con 10 millones de dólares. Gruden se fue de rositas, pero en 2020 el The Washington Post se encargó de remover el ‘barro’.

LAS VEGAS, NEVADA - OCTOBER 25: Head coach Jon Gruden of the Las Vegas Raiders walks across the field before the game against the Tampa Bay Buccaneers at Allegiant Stadium on October 25, 2020 in Las Vegas, Nevada. (Photo by Jamie Squire/Getty Images)
LAS VEGAS, NEVADA - OCTOBER 25: Head coach Jon Gruden of the Las Vegas Raiders walks across the field before the game against the Tampa Bay Buccaneers at Allegiant Stadium on October 25, 2020 in Las Vegas, Nevada. (Photo by Jamie Squire/Getty Images)

El medio de la capital estadounidense entrevistó a varios trabajadores del Washington Football Team y publicó declaraciones en las que se denunciaban abusos, bullying y acosos sexuales en el ambiente de trabajo de la franquicia. Tras la publicación del reportaje, varios de esos empleados fueron despedidos, otros renunciaron a su trabajo y el resto pasaron a un segundo plano dentro de la organización. Si a esto le sumamos que el escándalo siguió rodeando al equipo, saliendo a la luz malas prácticas y difamaciones por parte del propietario y todo el jaleo racial con Colin Kaepernick como protagonista... el The New York Times encontró motivos más que suficientes para entrar en escena y empezar a mover sus hilos gracias a ese cartucho del que hablamos antes.

Al ya comentado resultado de Gruden perdiendo su trabajo se sumó otro particular efecto dominó en el que el comportamiento del exentrenador pintó la cara a muchas personas. Los Tampa Bay Buccaneers, avergonzados, eliminaron al técnico de sus libros de historia, en los que aparecía como miembro del equipo que consiguió el primer título de la NFL de la franquicia. La marca de calzado deportivo Skechers, también avergonzada, rescindió su contrato con él y condenó públicamente el comportamiento de Gruden, llegando incluso a pedir disculpas indirectas sus clientes, en su mayor parte humillados en los comentarios aireados por el Times. Una serie de daños a terceros que llegaron también al vestuario de los Raiders, donde la cara oculta de Gruden golpeó con más fuerza que en ningún sitio.

LAS VEGAS, NEVADA - OCTOBER 04:  Defensive end Carl Nassib #94 of the Las Vegas Raiders warms up before the NFL game against the Buffalo Bills at Allegiant Stadium on October 4, 2020 in Las Vegas, Nevada. The Bills defeated the Raiders 30-23.  (Photo by Ethan Miller/Getty Images)
LAS VEGAS, NEVADA - OCTOBER 04: Defensive end Carl Nassib #94 of the Las Vegas Raiders warms up before the NFL game against the Buffalo Bills at Allegiant Stadium on October 4, 2020 in Las Vegas, Nevada. The Bills defeated the Raiders 30-23. (Photo by Ethan Miller/Getty Images)

Carl Nassib saltó a los medios hace unos meses, cuando se convirtió en el primer jugador profesional de fútbol americano en activo en salir del armario y hablar abiertamente de su condición homosexual. El jugador de los Raiders derribó, de golpe y porrazo, una barrera de dimensiones descomunales y se mostraba al mundo sin filtros. Seguramente no fuese el único jugador en esa situación en toda la NFL, pero sí el primero. Normal que entrase en barrena emocional cuando se supo del pensamiento del que era su entrenador hasta hace unos días. Tanto que el general manager del equipo informó a los medios de que el ala defensiva había recibido permiso de la franquicia para tomarse un día de descanso. “Me pidió el día libre. Me dijo que tenía mucho que procesar. Han pasado muchas cosas y, por supuesto, que apoyamos su petición y le respetamos”, explicó Mike Mayock.

Entre todas esas cosas que procesar, no sería de extrañar que por la cabeza de Nassib pasase el hecho de que ahora más de uno se pensará seguir sus pasos y hacer de la NFL una liga abierta y plural, en la que la condición sexual o la raza no tengan más valor que el desempeño en los terrenos de juego. En la que el trabajo no se vea distorsionado por el cristal a través del que mira un entrenador que quizás piense que eres inferior por su color de piel o tus gustos. Una liga en la que los vestuarios podrán volverse más herméticos por si el caso de Gruden, al igual que el de Nassib, no es el único dentro de un vestuario.

VÍDEO | Carl Nassib es el primer jugador en activo de la NFL que se declara homosexual

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