Un Boris Johnson desafiante clama su inocencia en el comité que lo investiga
Londres, 22 mar (EFE).- Boris Johnson defendió este miércoles con uñas y dientes su inocencia, e incluso pasó al ataque cada vez que pudo, ante el interrogatorio del comité que investiga si mintió al Parlamento sobre las fiestas que violaron las reglas anticovid ("partygate") cuando era primer ministro del Reino Unido.
Como reputado maestro de la dialéctica, Johnson recurrió a todo tipo de piruetas y fintas verbales para escapar de las comprometidas preguntas que le formularon los miembros del comité de Privilegios durante tres horas.
El ex jefe del Ejecutivo y ahora diputado conservador en la Cámara de los Comunes (Baja) se enfrenta a una posible sanción que amenaza su carrera política si la comisión resuelve que mintió deliberadamente al Legislativo.
Por eso, aprovechó el inicio de su comparecencia para pedir disculpas en tono contrito y reconocer que llevó a engaño de forma involuntaria a los diputados en varias ocasiones en 2020 y 2021, cuando dijo que no se habían celebrado reuniones sociales en su residencia oficial de Downing Street que vulnerasen las restricciones vigentes.
Tras jurar sobre la Biblia, Johnson proclamó: "Estoy aquí para decirles, con la mano en el corazón, que no mentí a la Cámara. Cuando se hicieron esas declaraciones, fue en buena fe y sobre la base de lo que sabía y creía honestamente en ese momento".
Poco tardó, sin embargo, en pasar al ataque contra el comité que podría tener su futuro en las manos. Y eso que, pese a que la presidencia del órgano recae en la laborista Harriet Harman, la mayoría de sus siete miembros son correligionarios "tories" del propio Johnson.
A su juicio, los investigadores no disponen de ninguna prueba que muestre que mintió a sabiendas y, en cambio, acumulan "incontables testimonios" sobre su inocencia.
Acusó al comité de llevar a cabo un proceso "manifiestamente injusto", al actuar "al mismo tiempo como investigador, fiscal, juez y jurado" y al "decidir publicar solo las evidencias que considera incriminatorias".
Asesorado por sus abogados, que se encontraban junto a él en la vista, no se privó de meter en el barro al ahora primer ministro y rival político, Rishi Sunak, quien, al igual que Johnson, fue multado por la Policía por su presencia en una de esas fiestas cuando era ministro de Economía.
El ex primer ministro consideró que si para él hubiese sido "obvio" que se violaban las reglas de distancia social -como estimó el comité en sus conclusiones preliminares-, también lo habría sido para el resto de los presentes en esos encuentros, incluido Sunak.
TENSIÓN EN LOS CAREOS
La temperatura en Westminster se elevó varios grados conforme transcurrió el interrogatorio, especialmente en sus careos con su compañero de bancada y prominente figura "tory" Bernard Jenkin.
Éste le preguntó por qué no había buscado asesoramiento sobre si las reuniones sociales violaban las reglas, lo que exasperó a Johnson, enrocado en su argumento de que nadie lo alertó nunca de ese riesgo.
"Mi opinión es que unas cuantas tardes los eventos se alargaron más de lo necesario, y solo puedo disculparme por ello", dijo, para insistir en que su presencia siempre obedeció a cuestiones de "trabajo" y nunca de ocio. Sostuvo esa afirmación en que la Policía solo juzgó en una ocasión que su participación en las fiestas fuese merecedora de multa, pese a que hay pruebas de que estuvo en varias de ellas.
Sus aliados contribuyeron a calentar la sesión antes de su comparecencia al catalogar el proceso de "juicio farsa".
El presidente de la Cámara Baja, Linday Hoyle, se vio obligado a advertir a los diputados de que no tolerará "interferencias" en los trabajos del comité.
Tras el interrogatorio de hoy, la comisión podrá seguir recogiendo testimonios o documentos para su pesquisa, cuyo veredicto se espera para el verano.
Si recomienda una sanción contra Johnson por haber engañado deliberadamente a los legisladores, el pleno de la Cámara lo debatiría antes de votar sobre el castigo propuesto.
Por Enrique Rubio
(c) Agencia EFE