Johnson activa otra ofensiva en la apuesta para anticipar las elecciones a octubre

PARÍS.- "¡Más vale muerto en el fondo de una zanja!" Después de la triple humillación que le infligió el Parlamento en apenas 48 horas, Boris Johnson sigue negándose a pedir una postergación del Brexit a la Unión Europea (UE), como se lo exige el texto de ley aprobado por los legisladores opuestos a una salida sin acuerdo (no deal) el 31 de octubre.

El primer ministro británico solicitará el lunes a los Comunes, por segunda vez, la organización de elecciones anticipadas para poder concretar su promesa de abandonar Europa en la fecha anunciada.

"Debemos salir de la UE el 31 de octubre", insistió Johnson, ayer, ante la prensa durante un acto en West Yorkshire. "Pedir una postergación no sirve de nada", repitió y persistió en su intención de organizar elecciones anticipadas para el 15 de octubre.

En las actuales condiciones, en efecto, solo unos comicios generales podrían devolverle la mayoría parlamentaria que perdió al expulsar a 21 diputados rebeldes, que votaron esta semana junto con la oposición para bloquear sus planes de Brexit sin acuerdo.

"Es el único camino para el Reino Unido", aseguró, acusando nuevamente a los diputados de "torpedear" las negociaciones en curso con la UE para obtener un nuevo acuerdo.

Con ese objetivo, el gobierno presentará una moción que debería ser votada por la Cámara el lunes, justo antes de la suspensión de sesiones, y ser aprobada por una mayoría de dos tercios de los diputados.

Segundo pedido

Esta será la segunda solicitud en ese sentido que Johnson presenta al Parlamento. La primera fue rechazada anteayer a pesar de que todos los partidos políticos concuerdan sobre la necesidad de esos comicios.

Escaldados con las liberalidades que asume Johnson con el funcionamiento democrático, los adversarios de un no deal prefirieron esperar a que los lores aceptaran hoy el texto de ley que lo prohíbe, antes de autorizarlo a lanzar esa convocatoria.

El proyecto de ley, que pasó anteanoche a la Cámara de los Lores, establece que, de no obtener un nuevo acuerdo con la UE antes del 18 de octubre, el gobierno británico deberá solicitar una prórroga del Brexit hasta el 31 de enero próximo.

Después que ese texto adquiera fuerza de ley, el opositor Partido Laborista podría votar el lunes a favor de las elecciones. Sin ese apoyo, la moción volvería a fracasar. En tres días, el Partido Conservador perdió 23 diputados, entre ellos el propio hermano de Johnson, Jo, que votó remain (permanecer) en el referéndum de 2016 y, hasta ayer, se desempeñaba en el gabinete gubernamental por "solidaridad familiar".

Los partidos de oposición estudian asimismo la forma de responder al pedido de Johnson de fijar la cita electoral para el 15 de octubre. Convencidos de que Johnson no conseguirá lograr un nuevo acuerdo antes del 18 de octubre, se preguntan si no deberían fijar esa fecha después de acordada una postergación del Brexit. Se impediría así que Johnson, inmediatamente después de las elecciones, concretara su intención de un no deal.

Sin plan B

Hasta el momento, tanto la oposición laborista como fuentes europeas en Bruselas aseguran que el primer ministro "no tiene ningún nuevo plan".

"A pesar de sus fanfarronadas, no hay verdaderas negociaciones en curso en Bruselas", afirmó Philippe Lamberts, presidente de los Verdes en el Parlamento Europeo, tras una reunión con el jefe del equipo negociador de la UE, Michel Barnier.

Según otras fuentes, para obtener concesiones, el primer ministro habría amenazado a la UE con reducir los compromisos asumidos en el terreno de la defensa común en el texto del primer acuerdo, firmado por Theresa May en noviembre pasado.

Una solicitud en ese sentido habría sido presentada esta semana por David Frost, el enviado de Johnson a Bruselas. Gran Bretaña es la principal potencia defensiva del bloque, uno de los dos únicos miembros junto con Francia que posee un "total espectro" de capacidades militares.

Para complicar aún más las cosas, el euroescéptico líder del Brexit Party, Nigel Farage, advirtió a Johnson que "no podrá ganar una elección si el Brexit Party no lo apoya". Por el contrario, "si logramos un pacto, seremos imparables", declaró.

Si así sucediera, los británicos habrán decidido abandonar la UE, para terminar siendo gobernados por Boris Johnson y la extrema derecha de Nigel Farage.