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Si Joe Rogan necesita que lo convenzan sobre el cambio climático, no necesita ver más allá de su antigua ciudad

En Newton South High, cerca de Boston, una ola de acción urgente se ha extendido por los pasillos.

“En toda la escuela, hay grupos de estudiantes trabajando para educarse a sí mismos y a otros sobre el cambio climático”, escribió la reportera Eve Cohen en The Denebola, uno de los dos periódicos estudiantiles de Newton South.

Al igual que los jóvenes de los EE.UU. y más allá, los estudiantes de Newton participaron en las huelgas climáticas globales de 2019. Luego, trabajaron para reducir los desechos plásticos en la cafetería, mejorar el reciclaje y conocer los temas. Las clases de biología de tercer año adoptaron el “Viernes de Cambio Climático”, en los que los estudiantes presentaban un tema por turnos.

“Su objetivo final es realizar una acción, hacer una diferencia que sea duradera en Newton South”, explicó Molly Estrada, profesora de biología, al periódico estudiantil, y agregó que “si todas las escuelas hicieran eso, empezaríamos a ver realmente un cambio en todo nuestro país”.

Newton South se encuentra en el 3 por ciento de las mejores escuelas públicas del país y tiene algunos exalumnos muy exitosos. Roger Myerson, ganador del premio Nobel de Economía, y Jonathan Mann, figura líder de la Organización Mundial de la Salud que encabezó las primerar investigaciones sobre el sida, estudiaron allí. También lo hicieron los actores John Krasinski, BJ Novak, la actriz y modelo Hari Nef, y el director Eli Roth. Y la superestrella de los podcasts de Spotify, Joe Rogan.

Joseph James Rogan nació en Newark, Nueva Jersey, y se mudó a California y Florida antes de que su familia se estableciera en Newton Upper Falls, Massachusetts, donde asistió a Newton South.

Joe Rogan en el anuario de su preparatoria, en 1985 (Newton South High School)
Joe Rogan en el anuario de su preparatoria, en 1985 (Newton South High School)

“Aprendí que 2 errores solo se convierten en aciertos si no te atrapan, y la vida es demasiado importante para tomársela en serio”, bromeó en su anuario de la generación de 1985.

Sus sucesores en Newton South podrían ofrecerle algunas lecciones al hombre de los US$100 millones de Spotify, quien actualmente se encuentra en el centro de la polémica por la desinformación, incluyendo el episodio de la semana pasada, que se metió en las aguas turbias de la negación climática.

Durante una larga entrevista en The Joe Rogan Experience, el doctor Jordan Peterson, un psicólogo clínico famoso por sus puntos de vista contra la corrección política, sus ataques a la comunidad trans, sus argumentos de que el privilegio blanco no es real y su defensa del patriarcado, expresó sus opiniones ante la audiencia (de aproximadamente 11 millones de personas) sobre que la ciencia climática no tiene base en la realidad, y que la energía solar mata más personas que la nuclear, algo que el anfitrión no rechazó firmemente.

Posteriormente, el doctor Peterson citó un libro de S. Fred Singer como su fuente de información. Singer, quien murió en 2020, fundó el Proyecto de Ciencia y Política Ambiental, un grupo de defensa de los escépticos climáticos con apoyo financiero del Instituto Heartland, un grupo de expertos respaldado por intereses petroleros, ExxonMobil y la familia Koch, según informó Desmog.

Contrariamente al consenso científico, Singer calificó las emisiones causadas por los humanos como “triviales” y aseguró que los modelos climáticos eran “alarmistas”. El doctor Peterson no respondió a una petición de The Independent para que hiciera comentarios sobre sus declaraciones sobre el cambio climático.

Los comentarios agravaron una crisis creciente en Spotify por la desinformación sobre covid-19 en el programa de Rogan, que es exclusivo de la compañía.

Después de que una carta abierta firmada por cientos de médicos y profesionales de la salud pública hiciera poco para que Spotify abordara el problema, la semana pasada el veterano del rock Neil Young pidió a la compañía que retirara su música, seguido por Joni Mitchell, el excompañero de banda de Young, Graham Nash, y el guitarrista de Bruce Springsteen. Nils Lofgren. La autora superventas Brene Brown suspendió su podcast exclusivo de Spotify “hasta nuevo aviso”. La cantautora India.Arie pidió que retiraran su música debido al “problemático lenguaje sobre raza” de Rogan.

Durante la discusión con Peterson, Rogan también habló sobre el cambio climático, y señaló que actualmente estaba leyendo un libro “intenso” sobre el tema.

“Requiere mucha reflexión, y luego tengo que buscar las críticas de este tipo y las críticas del trabajo”, contó Rogan. “Quien cree que en 10 años Miami estará bajo el agua, quien cree que esto es probablemente una hipérbole y una gran exageración y la realidad es que el mundo siempre pasa por estos ciclos de cambio, pero los seres humanos definitivamente están teniendo un efecto en él, pero un efecto pequeño comparado con las vacas y otras cosas ... esto del cambio climático es extraño”.

Los científicos del clima respondieron con consternación al episodio. “Una anticiencia similar difundida por estas dos personas sobre el covid-19 probablemente ha provocado y seguirá provocando muertes”, dijo a CNN Michael Mann, científico climático de la Universidad Estatal de Pensilvania. “Aún más perecerán debido a extremos climáticos increíblemente peligrosos y mortales si no actuamos contra la crisis climática. Así que la promoción de la desinformación sobre el cambio climático es, en cierto modo, aún más peligrosa”.

El profesor de la Universidad de Boston Nathan Phillips, un ecologista fisiológico que estudia las interacciones tierra-clima y vive en el área de Newton, dijo que Rogan “podría estar haciendo algo mejor que complacer la controversia falsa”.

El profesor Phillips es un feroz crítico de la construcción de nueva infraestructura de combustibles fósiles, y participa en las campañas locales actuales de desobediencia civil no violenta. En 2020, inició una huelga de hambre para llamar la atención hacia las preocupaciones de seguridad y salud pública en una polémica estación compresora de gas en Weymouth, al sur de Boston.

“Simplemente ya no podemos hacer esto”, le dijo a The Independent esta semana. “La ciencia, los hechos, y la justicia ambiental son claros. Nadie los quiere, excepto por unos pocos intereses corporativos. En vez de que Joe Rogan nos distraiga con la negación climática, trabajemos en las comunidades resilientes”.

The Independent se ha puesto en contacto con Rogan y Spotify para obtener comentarios.

En respuesta al furor, Rogan publicó un vídeo en Instagram el domingo. “No estoy tratando de promover la desinformación. No estoy tratando de ser polémico”, expresó. “Nunca he intentado hacer nada con este podcast que no sea hablar con las personas y tener conversaciones interesantes”.

Prometió que se “esforzaría en conseguir a personas con diferentes opiniones” y “hacer su mejor esfuerzo para asegurarse de haber investigado estos temas”.

Aunque las investigaciones publicadas en 99,9 por ciento de los artículos científicos revisados por pares coinciden en que el cambio climático es real y es principalmente causado por los humanos, para una síntesis real de la crisis climática, Rogan no necesita ver más allá de su antiguo patio trasero en Beantown, donde los retos se están acumulando.

Rogan, de 54 años, pasó su adolescencia en Newton Upper Falls. Vivía en una gran casa revestida de madera cerca de Echo Bridge, que cruza el río Charles en un área panorámica conocida como Hemlock Gorge.

Originalmente un pueblo de molinos, Newton Upper Falls ahora está en gran parte protegido como un área histórica y se encuentra entre el 15 por ciento de los barrios de ingresos más altos de Estados Unidos.

Para la ciudad, al igual que en todo EE.UU., el cambio climático puede ser visto a través de un lente local y como parte de un panorama mucho más amplio.

Datos reunidos en el Observatorio Blue Hill cerca de Newton, Massachusetts, muestran el aumento de la temperatura anual a lo largo de casi 200 años (The US National Climate Assessment)
Datos reunidos en el Observatorio Blue Hill cerca de Newton, Massachusetts, muestran el aumento de la temperatura anual a lo largo de casi 200 años (The US National Climate Assessment)

En el noreste, las últimas décadas han sido las más cálidas de los últimos 1.500 años, y la región se está calentando más rápido que el promedio mundial.

Las temperaturas anuales promedio han aumentado unos 3 grados Fahrenheit (1.7 Celsius) o más en Nueva Inglaterra desde 1901, de acuerdo con la última Evaluación Nacional del Clima (NCA), un informe ordenado por el Congreso que involucra el trabajo de cientos de científicos.

El calor de Newton está aumentando en línea con la región más amplia, de acuerdo con los datos reunidos por el Observatorio Blue Hill en Milton, a menos de 10 millas (16 kilómetros) de la ciudad.

“En las comunidades urbanas, el calor puede ser una amenaza significativa para la salud humana, especialmente para las comunidades marginadas y de escasos recursos”, mencionó Heather Goldstone, del Centro Woodwell de Investigación Climática en Falmouth, Massachusetts, a The Independent.

Junto con el aumento del calor, una atmósfera más cálida retiene más humedad. La combinación puede ser letal, particularmente a medida que las olas de calor duran más ahora y no refrescan por la noche, aumentando los riesgos para la salud.

Más calor y humedad dificultan las cosas para las personas con afecciones respiratorias y los grupos vulnerables como los niños, los ancianos, las personas enfermas y los pobres.

Un estudio de 2020, dirigido por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, descubrió que miles de muertes en EE.UU. pueden atribuirse al calor cada año, mucho más que las 600 muertes estimadas previamente por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Las temperaturas más altas también pueden generar más enfermedades transmitidas por insectos, señala la Agencia de Protección AMbiental (EPA). Es más probable que las personas estén expuestas a las garrapatas que transmiten la enfermedad de Lyme (que se encuentran activas a temperaturas de más de 45°F [7.2°C]), y el calor excesivo también hace a más partes de Nueva Inglaterra lo suficientemente calientes para el mosquito tigre asiático, portador del virus del Nilo occidental.

Los aumentos de temperatura tendrán consecuencias potenciales en algunas de las industrias más emblemáticas de Nueva Inglaterra.

“Los cambios en el clima otoñal están afectando la producción de arándaros y la producción de jarabe de arce”, apunta la doctora Goldstone. “Los cambios en las temperaturas invernales y las nevadas afectan la industria del esquí más al norte.

“En Cape Cod, es difícil ir a pescar bacalao ahora. En gran parte es por la sobrepesca, pero se cree que el cambio climático juega un rol significativo en por qué las pesquerías de bacalo no alcanzan los límites [de captura] y no se recuperan como se espera.

“Más de la mitad de las especies pescadas comercialmente se han desplazado de donde se encuentran en el océano como resultado del aumento de la temperatura frente a nuestras costas”.

Luego está la lluvia. El noreste ha visto uno de los incrementos más dramáticos en las precipitaciones extremas de cualquier parte del país, lo que ha causado inundaciones más peligrosas y destructivas.

Las lluvias en Boston han aumentado 10 por ciento desde los años setenta y ha habido un incremento de 71 por ciento en la cantidad de lluvia que cae en el 1 por ciento de las tormentas.

Hace una década, fuertes aguaceros en Newton provocaron daños por millones de dolares e interrumpieron el servicio en la Línea Verde del sistema de tren ligero de Boston. Un tercio de las instalaciones de la ciudad se inundaron, de acuerdo con una evaluación de vulnerabilidad al cambio climático de la ciudad de Newton de 2018.

“A medida que aumenten las cantidades de precipitación, eventos de lluvia similares a los de 2010 se volverán más frecuentes. Un evento de cada mil años casi duplicaría la lluvia experimentada durante tres días en marzo de 2010”, escribieron los investigadores de Newton.

Una serie constante de huracanes y supertormentas (Sandy, Harvey, Irma, Maria, Ida) ha provocado la pérdida de vidas y medios de subsistencia en todo el noreste.

La huella de la crisis climática está presente en este clima extremo. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, la principal autoridad mundial en ciencia climática, descubrió que las tormentas con velocidades de viento más altas sostenidas (en el rango de categoría 3-5) probablemente han incrementado en los pasados 40 años. El océano está absorbiendo más del 90 por ciento del exceso de calor atrapado por las emisiones de gases de efecto invernadero, causadas principalmente por la quema de combustibles fósiles. Toda esa agua caliente alimenta la energía de los huracanes.

Riesgo anual de inundación en Newton, Massachusetts, hasta 2070 (Ciudad de Newton)
Riesgo anual de inundación en Newton, Massachusetts, hasta 2070 (Ciudad de Newton)

“Como es evidente con el huracán Harvey, el daño y el sufrimiento de un evento tan extremo es grave. De hecho, las inundaciones o el calor extremo, y el resultado potencial de cortes de energía, pueden tener efectos devastadores y en cascada durante tormentas mucho menores que en una incidencia de una en mil años”, afirma el informe climático de Newton.

Este agosto, la tormenta tropical Fred provocó otra ola de inundaciones repentinas en Boston que dejó a decenas de personas atrapadas en vehículos sumergidos. En una imagen aterradora de Newton, un conductor escapó por poco a través de su quemacocos cuando un pequeño arroyo se convirtió de repente en un poderoso torrente y arrastró su auto.

La caída de más lluvia en Newton ha generado preocupaciones sobre las 12 represas que rodean el área y que “probablemente fueron diseñadas basadas en patrones climáticos históricos”. Más lluvia podría significar posibles rupturas o fallas en las represas, algunas de las cuales fueron construidas hace siglos.

“En muchos casos, los impactos potenciales de un clima más cálido no generan desafíos completamente nuevos, sino que exacerban las preocupaciones ya existentes”, señala sabiamente la evaluación de Newton.

La caída de lluvias más frecuentes e intensas podría aumentar los peligros de inundaciones y aguas pluviales en una ciudad donde ya son motivo de preocupación. Como es de esperar, las áreas de mayor interés se encuentran a lo largo de las vías fluviales, incluyendo el río Charles, el estanque Bullough y varios arroyos más pequeños que corren a través de la ciudad, pero también algunos lugares menos obvios con drenaje deficiente.

Durante una fuerte tormenta en 2010, más de 700 viviendas y 25 edificios de la ciudad sufrieron daños, según los registros de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias. “Los funcionarios de la ciudad sugirieron que el número de viviendas afectadas podría haber estado más cerca de las 2.000”, agrega el informe de Newton.

El aumento de la vulnerabilidad ante las inundaciones tiene repercusiones económicas también, especialmente si pone las carreteras y el transporte público fuera de los límites. Ocho de cada 10 trabajadores que viven en Newton se trasladan diariamente a sus empleos, y aproximadamente un tercio viaja al centro de Boston.

Para las comunidades costeras, más lluvia e inundaciones repentinas significan un doble golpe, con un aumento del nivel del mar y la erosion de la costa. En las ciudades de atracción turística a lo largo de la apreciada costa de Massachusetts, los impactos climáticos ponen en riesgo la infraestructura que necesitan para operar: caminos, vías férreas, estacionamientos, pabellones, malecones junto con “paisajes culturales y estructuras históricas”. La intrusión de agua saluda representa una amenaza para los suministros de agua potable.

Las olas chocan contra casas frente al mar durante una tormenta del noreste en Scituate, Massachusetts, el 29 de enero del 2022. El cambio climático está provocando que las tormentas sean más poderosas, agravando los problemas del nivel del mar y la erosión (AFP vía Getty Images)
Las olas chocan contra casas frente al mar durante una tormenta del noreste en Scituate, Massachusetts, el 29 de enero del 2022. El cambio climático está provocando que las tormentas sean más poderosas, agravando los problemas del nivel del mar y la erosión (AFP vía Getty Images)

Para Boston, el costo total de los daños causados por las tormentas este siglo podría ir de US$5 mil millones a US$100 mil millones, dependiendo de cómo responda la ciudad al aumento del nivel del mar, informa la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU.

Newton también advierte que el clima extremo podría provocar crisis financieras para los residentes y dueños de negocios debido a paros, reducción de gastos, daños a la propiedad y pérdidas.

Alrededor del 40 por ciento de los negocios de Newton están ubicados en áreas que sufren temperaturas especialmente altas, una preocupación específica para las 1.800 personas estimadas en el área que trabajan al aire libre.

“Lo realmente importante a tener en cuenta es que los impactos del cambio climático en este momento son impactos dominantes en la vida de las personas y sus medios de subsistencia. Son amplios e innegables”, añadió la doctora Goldstone. “Lo estamos viendo reflejado en la opinión pública. La gente se está dando cuenta, ‘oh, esto es el cambio climático y está afectando mi vida diaria donde vivo’”.

La doctora Goldstone dijo que el estudio reciente de la NOAA encontró que los desastres climáticos y meteorológicos provocaron la muerte de 688 personas en 2021.

“No se trata solo de dinero, se trata en realidad de la vida de las personas”, agregó.

Si bien la ciudad de Boston ha desarrollado una reputación como líder en la acción climática progresista, la vecina ciudad de Newton no se queda atrás en ese sentido. La ciudad ha desarrollado un plan de acción de cinco años hasta 2025 titulado “Use Less and Green the Rest”, con miras a la neutralidad de carbono para 2050.

Entre los planes está impulsar la energía limpia con paneles solares municipales y promover los paneles solares sobre los techos entre los residentes.

Los residentes, la fuerza laboral y los visitantes de Newton recibirán apoyo para cambiar a vehículos eléctricos, junto con planes para instalar estaciones de carga en centros, escuelas y otros sitios municipales. Se fomentará el ciclismo, la caminata, el trabajo a distancia, el transporte público y los viajes compartidos por encima de los viajes de un solo conductor, y serán apoyados con infraestructura.

Las nuevas construcciones deberán cumplir con los estándares de neutralidad de carbono, mientras que los edificios antiguos se reacondicionarán con tecnología de eficiencia energética para reducir el uso de gas natural y combustible para calefacción. Al mismo tiempo, la protección de los recursos naturales y la reducción del consumo y el desperdicio son unas de las principales prioridades.

El profesor Phillips destacó que, como ciudad, Newton está “muy comprometida” con el clima, pero dijo que incluso en los lugares más progresistas, queda mucho más trabajo por hacer.

El académico aboga por la “democratización de la energía”: hacer que las personas dependan menos de las redes eléctricas centralizadas y aumentar las opciones renovables localizadas como los paneles solares individuales o comunitarios, e incrementar el almacenamiento de batería. También incluye el paso de vehículos a base de gasolina, no solo a autos eléctricos, sino a bicicletas y bicicletas eléctricas. “La resiliencia impulsada por humanos para la movilidad, por ejemplo, si hay un gran repunte de gasolina”, describió.

El profesor Phillips citó el ejemplo de Texas (donde, dicho sea de paso, vive Rogan actualmente en una mansión de 20 millones de dólares a las afueras de Austin). El año pasado, el estado de Lone Star sufrió un corte de energía en toda la red que dejó más de 200 personas muertas durante una profunda helada histórica (Texas se enfrenta a un frío más extremo esta semana, y todos están atentos a cómo funcionará la red eléctrica).

Con tanto en juego, el profesor Phillips dice que el uso de su plataforma para la desinformación climática por parte de Rogan es una oportunidad perdida.

“Joe Rogan podría centrarse en estas enormes soluciones unificadoras en lugar de tomar el camino más fácil y obtener clics con la negación climática, lo que simplemente nos retrasa”, aseveró.

“Parece enérgico, creativo y comprometido. Podría usar eso de una manera mucho más constructiva”.