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Un Joao Félix brillante no fue suficiente

Redacción deportes, 13 ago (EFE).- Un Joao Félix brillante en la media hora que tuvo durante la segunda parte de los cuartos de final de la Liga de Campeones no fue suficiente en su casa, en Lisboa, para doblegar al RB Leipzig alemán, que se impuso por 2-1 pese al empate de penalti del jovencísimo mediapunta luso de 20 años.

Después de una temporada irregular, de apenas destellos entre la penumbra de una adaptación difícil, Joao Félix encontró en casa, en Lisboa, su versión de 'crack' al salir en la segunda parte, provocar un penalti y rescatar al Atlético... Pero no le bastó para llevar a su equipo a las semifinales del máximo torneo continental.

Porque el Leipzig del entrenador alemán Julian Nagelsmann, un joven prodigio de los banquillos de 33 años que ha puesto a su equipo entre los cuatro mejores de Europa contra todo pronóstico, encontró en sus últimos cambios la manera de atenuar el brillo de la estrella atlética, y halló el gol, con fortuna, del estadounidense Tyler Adams.

Aún siendo en el feudo del eterno rival de su querido Benfica, el José Alvalade del Sporting de Portugal, el 'Menino de Ouro' sí que fue profeta en su tierra, convertida en la casa de emergencia para que la Liga de Campeones dilucide quién será el nuevo campeón de Europa en un formato excepcional.

En un escenario excepcional como una Final a Ocho de la Liga de Campeones, Joao Félix se convirtió en la segunda mitad en lo que el Atlético deseaba cuando desembolsó 126 millones de euros hace un año al Benfica para hacerse con sus servicios: desequilibrio y marcar la diferencia en los momentos importantes.

Fue así, nada más se produjo su salida en el minuto 58, en lugar del mexicano Héctor Herrera. El entrenador argentino Diego Pablo Simeone apostó en el inicio por la dupla atacante que mejor le había funcionado en los últimos compases de Liga, la formada por Diego Costa y el sorprendente nuevo delantero Marcos Llorente, con el belga Yannick Carrasco y Koke Resurrección en los costados.

Así las cosas, el 'Menino' tuvo que esperar. Ya durante los días previos había admitido que había venido al Atlético a jugar "al fútbol del 'Cholo'" en una entrevista al diario 'Marca' y parte del libreto de Simeone pasa por que las jóvenes estrellas pasen un proceso de adaptación exigente.

El gol del español Dani Olmo para el conjunto alemán en el minuto 51 obligó probablemente al entrenador argentino a acelerar sus planes. El Atlético necesitaba una reacción lo antes posible para que la búsqueda del empate no se convirtiera en una salida a la desesperada.

No pudo tener mejor efecto. El primer balón que tocó Joao le permitió rescatar un balón casi perdido en la banda izquierda y prolongarlo hacia Carrasco, para convertir una jugada abortada en un contragolpe que solo se perdió porque el centro del inglés Kieran Trippier no encontró a Diego Costa.

El belga fue el mejor socio de un Joao que era puro fuego cayendo a la banda izquierda, esa que estaba peor resguardada con el mediocentro austríaco Konrad Lainer como carrilero izquierdo. Desde ahí trenzaron una especie de pared que solo abortó el central francés Dayot Upamecano.

Pero justo tres minutos después llegaría el momento. Una progresión, de nuevo por la izquierda, y una pared con Diego Costa, permitieron a Joao Félix pisar área para irse directo a la portería del húngaro Peter Gulacsi. Solo una zancadilla clara del alemán Lucas Klostermann le interrumpió en su camino. Penalti.

Solo llevaba 12 minutos en el campo. A sus 20 años, no tuvo inconveniente en recoger el balón para lanzar la pena máxima. El chut, fuerte y ajustado a la derecha de Gulacsi, no admitió reacción del meta húngaro, que aunque adivinó el lado no alcanzó siquiera a rozar el fuerte disparo del mediapunta luso.

Con el 1-1, el Atlético estaba en el mejor escenario posible: en crecida, ante un rival sorprendido, con el peso de la experiencia de saber manejarse en este tipo de circunstancias en la máxima competición europea.

Pero aparecieron dos factores: Nagelsmann y la suerte. El técnico alemán vio que por la izquierda Carrasco y Félix estaban haciendo daño por la izquierda, y metió músculo con el estadounidense Tyler Adams y el maliense Amadou Haidara. A partir de ahí, perdió presencia Joao Félix.

La fortuna vino de la mano del centrocampista estadounidense, que rescató un buen pase atrás del lateral español Angeliño para intentar un disparo desde fuera del área que se envenenó al tropezar con la pierna del central montenegrino del Atlético Stefan Savic, despistando completamente al portero esloveno Jan Oblak y firmando el 2-1 que fue la sentencia del partido.

Un duelo que encumbró a Joao Félix en una gran noche europea y en su casa, en Lisboa, pero que no fue suficiente para que el delantero luso y el Atlético avancen hacia la final de Da Luz. Otra vez Lisboa es esquiva para el conjunto madrileño, como lo fue seis años antes.

(c) Agencia EFE