El jefe de la junta birmana y diplomático chino se reúnen en plena escalada de la crisis
Bangkok, 9 ago (EFE).- El jefe de la junta birmana, Min Aung Hlaing, y el enviado especial chino para Birmania (Myanmar), Deng Xijun, se han reunido en Naypyidó para discutir sobre "el proceso de paz" en el país del Sudeste Asiático, con numerosos frentes abiertos por parte de los grupos rebeldes que combaten al Ejército.
El general golpista birmano explicó a Deng en una reunión el jueves en Naypyidó que la junta, que detenta el poder tras el golpe de Estado de febrero de 2021, "tiene un plan de cinco puntos para asegurar la paz y la estabilidad" en el país, según publica hoy The Global New Light of Myanmar, diario controlado por los militares.
"Durante la reunión, ambas partes hablaron cordialmente sobre la amistad y las relaciones diplomáticas bilaterales, el proceso de paz interno y las medidas en la frontera para erradicar los fraudes, estafas y negocios ilegales", señala el rotativo.
La reunión se produce apenas días después de que el líder de la junta militar admitiera en un inusual discurso la presión contra el régimen debido a los múltiples frentes abiertos por los grupos rebeldes que combaten al Ejército en todo el país.
El general reconoció la "retirada" de las tropas del Ejército en el estado norteño de Shan, donde los militares perdieron el pasado fin de semana el control del cuartel general militar regional y de la ciudad de Lashio.
Fue en este estado birmano, limítrofe con China, donde el pasado 27 de octubre una fusión de guerrillas de minorías étnicas -algunas con lazos con China- llamada “Alianza de la Hermandad” inició una ofensiva contra el Ejército que se ha ido extendiendo por casi todo el país, suponiendo la mayor amenaza al Ejército desde el golpe.
Pese a la aparente buena relación entre la junta y China, su dinámica es compleja.
La Alianza que impulsó la ofensiva, que se bautizó "Operación 1027" por su fecha de lanzamiento, defendió entonces que uno de sus objetivos era la lucha contra las mafias que operan en la frontera, en línea con los objetivos de Pekín, lo que suscitó dudas sobre la posible implicación de la potencia asiática.
China, el principal socio comercial de Birmania y con el que comparte 2.129 kilómetros de frontera, adopta en general un enfoque pragmático con el volátil país, y mantiene vínculos tanto con los generales como con grupos rebeldes y la oposición prodemocrática para asegurar sus numerosos proyectos en el país lidere quien lidere.
El golpe acabó con diez años de transición democrática y abrió una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que sufre Birmania desde hace décadas, con miles de jóvenes uniéndose a grupos armados que combaten al Ejército.
Aunque la junta birmana extendió la pasada semana otros seis meses el estado de emergencia, lo que impide celebrar elecciones durante ese periodo, el diario pro militar indica que Min Aung Hlaing y Deng "discutieron la preparación de elecciones libres y multipartidistas" en Birmania, pese a la inexistencia de oposición oficial tras el golpe.
(c) Agencia EFE