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Javi Vega: "En la moto no me obligo a ganar"

Madrid, 19 dic (EFE).- La retahíla de desgracias de Javi Vega es infinita. "Me he roto la cadera, las rodillas, los codos, las clavículas, ocho costillas, he tenido un neumotórax...", enumera el madrileño, con razón "cansado de los hospitales".

Esas terribles huellas que le dejó el esquí resultan imperceptibles bajo el mono blanco y azul que luce ahora. Hace un tiempo decidió hacer la transición de la nieve a las dunas en busca de nuevas emociones. Se exige, sin embargo, cierta contención en el deporte de motor.

"La última vez que estuve 12 días en la UCI reflexioné. Estuve mucho tiempo solo. Dije que a lo mejor era el momento de parar un poco. Me llegó la moto y sigo pensando en esos días que estuve hospitalizado. Nunca voy al cien por cien. Me gusta reservarme un poco", asegura en una entrevista a EFE.

Este esquiador profesional reconvertido en motorista aficionado será uno de los participantes en el Rally Dakar 2020. Por segundo año consecutivo su dorsal aparece en la lista de inscritos en la categoría Original. Competirá sin asistencia. Será a un tiempo piloto y mecánico. Una verdadera aventura. La más extrema.

Las horas de sueño se convertirán, probablemente, en desvelos. Pero su carrera no es por ocupar los puestos de delante -"en la moto no me obligo a ganar", subraya- sino por sobrevivir etapa a etapa. Al término de cada tramo tendrá que "desmontar la moto y hacer las revisiones". "Tus dos horitas no te las quita nadie. Después: cenar, montar la tienda, inflar el colchón para dormir. Si tienes suerte, duermes cuatro horas", explica.

Le gusta, en todo caso, afrontar esta aventura de supervivencia. Le permite probar sus límites físicos y mentales y retar su capacidad de sufrimiento. Ganar no es la prioridad.

"Es una prueba para terminar", insiste.

Esa frase resume su cambio de mentalidad. La nieve conoció la competitividad de Javi Vega; no así la arena.

"Yo he sido esquiador profesional, he sido campeón de España de freestyle. Cuando empecé con los rallys, vi que estar en las posiciones de cabeza es bastante complicado. Ya no solo depende de mi cuerpo sino de una moto. Si no tengo los medios, la moto y el dinero de un equipo oficial es complicado", cuenta.

En esas condiciones, el tiempo de gozo es escaso. "El año pasado disfruté dos días", recuerda sobre la experiencia peruana. "Me hice tres días 17 horas encima de la moto. Acabas reventado por todos los lados. Más que un cansancio físico es mental. Después de tantas horas acabas con la cabeza... es como estar recién salido de la discoteca. El año pasado realmente no disfruté mucho (...) Lo pasé un poco mal", reconoce.

El recorrido planteado por la empresa organizadora del evento para esta primera edición en Arabia Saudí promete recuperar la emoción de aquellos tiempos en los que la carrera se disputaba en África.

"El Rally Dakar de Perú fue muy técnico. Eran menos kilómetros, la velocidad era mínima. En Arabia va a ser un Dakar como los de antes. Más lineal, con pistas, más rápido, 500 kilómetros al día de media. Eso quiere decir que se va a ir muy rápido", analiza Javi Vega, atreviéndose asimismo a estrechar los lazos entre la moto y los esquís.

"En la nieve y en los rallys, yo soy la misma persona. De hecho, los dos únicos días que he disfrutado en Perú ha sido bajando montañas inmensas de dunas, con el motor medio apagado, reteniendo la moto y apoyándome como si fuera en esquís. Era una sensación brutal, dirigiendo la moto con los pies. Simplemente apretando. Era la misma sensación. Por las dunas me manejo bastante bien porque el terreno se parece a la nieve virgen. Es la misma sensación que he tenido cuando esquiaba", apunta sin la urgencia del crono o de una puntuación, como en los años dedicados al esquí alpino y al freestyle.

"Dejé de competir porque te haces mayor, pierdes la motivación, algún patrocinador y porque ya no ganas tantas carreras... La vida del deportista de élite es un poco cruel. Pero fue coger la moto y retomar la sensación del principio. Con la moto es más difícil por el tema económico, todo cuesta más. Pero desfogarme, que es lo que necesito, me lo da", subraya a las puertas de su segundo Rally Dakar consecutivo. Al igual que en su primera experiencia, en este segundo reto también aspira a terminar. EFE

Lucía Santiago

(c) Agencia EFE